La sostenibilidad, un punto clave en la Lomloe
La Lomloe habla de sostenibilidad ya desde el preámbulo, reconociéndola como uno de cinco los enfoques clave de la ley. © CIENPIES DESIGN
Casi la mitad de los estudiantes españoles (un 46%) considera que la crisis climática es el principal problema al que se enfrenta el mundo en la actualidad y se posicionan como los alumnos más concienciados a nivel global, según una encuesta internacional realizada por Cambridge Assessment y publicada el pasado mes de marzo.
El estudio también reveló que la práctica totalidad de los encuestados de nuestro país (98%) desean aprender acerca de la emergencia climática en el ámbito académico. Sin embargo, cuatro de cada diez alumnos afirman que esta temática no es abordada dentro de las aulas. Es lo que va a intentar solventar la Lomloe. La nueva ley educativa, aprobada el pasado mes de diciembre, incorpora por primera vez referencias explícitas a la Educación para el Desarrollo Sostenible y la Educación para la Ciudadanía Global, reflejadas en la Agenda 2030 de la ONU.
La Lomloe habla de sostenibilidad ya desde el preámbulo, reconociendo el desarrollo sostenible como uno de cinco los enfoques clave de la ley (los demás son derechos de la infancia, igualdad de género, personalización de los aprendizajes y competencia digital).
En el artículo 1 sobre los principios que guían la ley se incluye “la Educación para la transición ecológica con criterios de justicia social como contribución a la sostenibilidad ambiental, social y económica”.
El título IV recoge asimismo que “el sistema educativo no puede ser ajeno a los desafíos que plantea el cambio climático del planeta, los centros docentes han de convertirse en un lugar de custodia y cuidado de nuestro medioambiente”.
La Lomloe establece que los centros se conviertan en “entornos dinamizadores donde la Educación para la Sostenibilidad impregne el aprendizaje”
Y es que la nueva ley educativa establece que los centros se conviertan en “entornos dinamizadores donde la Educación para la Sostenibilidad impregne el aprendizaje” y forme a los estudiantes en la adquisición de competencias en ese campo. Los centros deben también transformarse en “espacios de custodia y cuidado del medio ambiente”, promocionando la cultura de la cooperación social, el consumo responsable y la reutilización.
En cuanto a los contenidos, habrá que esperar el desarrollo del currículum para saber si la emergencia climática se trabaja de manera transversal o si queda como un contenido aislado dentro de una asignatura puntual. Según el artículo 18, quedarían englobados en la asignatura Educación en Valores Cívicos y Éticos.
Sin embargo, en el artículo 19 y en el 121 se habla de transversalidad primero a la hora de trabajar la Educación para el consumo responsable y el desarrollo sostenible y después para incluir el desarrollo sostenible en el proyecto educativo del centro. La Lomloe deja aquí una puerta abierta para que cada centro pueda ampliar esta Educación para la sostenibilidad tanto como desee.
La ministra ha anunciado que la Educación para el Desarrollo Sostenible se va a incluir en todas las etapas formativas, como parte esencial de Valores Cívicos y Éticos
Precisamente durante la presentación del seminario web Estrategias educativas hacia la sostenibilidad. Camino de Futuro, organizado por el Ministerio de Educación el pasado 22 de abril, la ministra, Isabel Celaá, anunció que la Educación para el Desarrollo Sostenible se va a incluir en todas las etapas formativas, como parte esencial de Valores Cívicos y Éticos: “Queremos que en 2024 el alumnado haya accedido a los aprendizajes y competencias necesarios para promover el desarrollo sostenible, y que los docentes hayan recibido capacitación específica relacionada con la Agenda 2030”.
“La emergencia climática nos interpela a todos; a cada uno de nosotros, de manera individual, y al entorno social en que se desarrollan nuestras vidas. La escuela desempeña un papel clave y solo si somos capaces de comprender y hacer comprender la complejidad de la coyuntura actual, las nuevas generaciones podrán disponer de las herramientas necesarias para construir un nuevo paradigma que transforme el mundo en un lugar más justo, igualitario, solidario y respetuoso con el medio ambiente y las personas”, señaló Celaá.
Según indica la Lomloe, la Educación para la Sostenibilidad se incluirá en los procesos de formación y de acceso a la función docente
En cuanto a la formación docente, según se indica en la Disposición adicional sexta de la Lomloe, la Educación para el desarrollo sostenible, la ciudadanía mundial y la Agenda 2030 se incluirán en los procesos de formación y de acceso a la función docente.
De acuerdo con lo anterior, para el próximo año 2022 los conocimientos, habilidades y actitudes relativos a la Educación para el desarrollo sostenible y para la ciudadanía mundial tendrán que incorporarse al sistema de acceso a la función docente. Asimismo, en 2025 todo el personal docente deberá haber recibido cualificación en las metas establecidas en la Agenda 2030.
Según el colectivo de docentes Teachers for Future Spain, “esto es solo un comienzo, porque necesitamos un currículum de emergencia climática que sea ambicioso, a la altura del desafío al que nos enfrentamos. Y este currículum no puede ser un par de contenidos en una asignatura puntual”.
También cree que “hacen falta medios para que la gestión sostenible de los centros se haga realidad y podamos aplicar propuestas prácticas en todos nuestros ámbitos de actuación: energía, residuos, comedores, movilidad sostenible, huella de CO2, calidad del aire, etc.”. Y, por último, exige “un compromiso real de las administraciones para fomentar, facilitar y coordinar esas acciones”.