Lo rural apunta alto: propuestas educativas con impacto
Raúl, uno de los participantes del programa Generación Docentes de la Fundación Princesa de Girona, en el CRA de "Monterrei" el curso pasado.
Cada vez surgen más proyectos para dar a conocer a estudiantes de un contexto urbano municipios afectados por la despoblación. No se trata de acercarse a ellos como quien visita un parque temático, sino de sacar todo el partido al impacto positivo que este tipo de iniciativas tienen tanto en participantes y entorno.
Así, por ejemplo, el Ministerio de Educación y Formación Profesional cuenta desde el año 1984 con su programa de Recuperación y utilización educativa de pueblos abandonados, que se desarrolla en los pueblos de Búbal (Huesca), Granadilla (Cáceres) y Umbralejo (Guadalajara) y que goza de un gran reconocimiento en la comunidad educativa.
Este se tuvo que suspender en 2020 a causa de la pandemia, pero está previsto que se reanude el 26 de septiembre, siempre que las condiciones resulten favorables. El último curso en que se desarrolló (2019) participaron 2.450 alumnos y 196 profesores (98 centros) en primavera y otoño (periodo lectivo), así como 700 en los turnos de verano.
El programa, nos cuentan desde el Ministerio, ha ido evolucionando al ritmo de la sociedad y de la Educación ambiental. Así, en su momento se concibió como campos de trabajo de rehabilitación de espacios y en la actualidad se desarrolla con diversos objetivos: desde aplicar en entornos reales los contenidos curriculares, incidiendo en la adquisición de las competencias básicas, hasta desarrollar hábitos de vida saludable y reflexionar sobre sus beneficios, así como del consumo responsable para el desarrollo sostenible, pasando por la captación de la riqueza y variedad del patrimonio natural, social y cultural, respetando su pluralidad y favoreciendo su conservación o la promoción del trabajo cooperativo.
Los alumnos se centran en la recuperación del entorno cultural y físico y reconocen de primera mano el importante papel que juega el medio ambiente en la vida de las personas y el desarrollo de la sociedad, al tiempo que son conscientes de la necesidad de tomar decisiones y actuar para evitar su deterioro. Además, para favorecer la mejora de la competencia lingüística en inglés, se cuenta con un auxiliar de conversación para así enriquecer el aprendizaje.
Para ello, realizan trabajos que el pueblo necesita para funcionar (carpintería, albañilería, agricultura, ganadería, jardinería, tahona, telar, restauración, recuperación de espacios, limpieza de senderos, reciclaje y servicios generales), pero también talleres, que son distintos en cada pueblo (por ejemplo, observación de aves y folklore pirenaico en Búbal, cestería, alfarería y cuero en Granadilla o fragua, telares y apicultura en Umbralejo).
Si este programa del Ministerio de Educación cuenta con casi cuatro décadas de historia, el Ministerio de Universidades, junto con CRUE y el Ministerio de Transición Ecológica acaba de impulsar su iniciativa Campus Rural, por la que estudiantes universitarios de cualquier titulación podrán realizar prácticas durante entre tres y cinco meses en entornos rurales o en riesgo de despoblación, con una remuneración de 1.000 euros brutos al mes y con los gastos derivados de la Seguridad Social cubiertos por la Administración. Los 200 primeros seleccionados (en base al expediente académico) disfrutarán de esta oportunidad a partir del curso que viene.
Antes de esta iniciativa, diversas universidades y autonomías contaban con su propio Erasmus rural, como la de Zaragoza, la de Castilla-La Mancha o la Pública de Navarra.
También la UNED, presente en una veintena de localidades del entorno rural y capitales de provincias despobladas, acaba de crear una cátedra para dar respuestas al reto demográfico en su centro asociado de Zamora, la provincia que más población ha perdido en lo que va de siglo, en términos relativos.
La Cátedra Población, Vinculación y Desarrollo se ha presentado como un proyecto de cooperación público-privado que aprovecha la capacidad investigadora de la universidad y la colaboración con ayuntamiento, empresas y cooperativas para dar soluciones a este desafío. Además de contar con un observatorio de las migraciones tratará de fijar la población y frenar los procesos despoblamiento capacitando a los estudiantes en ámbitos como el emprendimiento y la empleabilidad. De hecho, premiará las nuevas ideas que, a través de la vinculación con el territorio, sirvan para fijar la población.
Según el decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNED, Gustavo Palomares, “el tiempo se agota” para revertir el problema de la despoblación de la llamada España vaciada, que considera “el problema social, geográfico y territorial más importante de España”.
En cuanto a la Fundación Princesa de Girona, cuenta con un programa destinado específicamente a los futuros maestros, Generación Docentes. Con 107 candidaturas en la primera edición, 35 jóvenes de 11 comunidades han avanzado en su itinerario formativo con cuatro meses de prácticas en alguno de los 23 centros rurales de Aragón, Extremadura y Galicia.
Es el caso de Paula Guinea o Raúl Vega, de 22 años y estudiantes del último curso de Educación, la primera en la Universidad de León y el segundo, en la Universidad de Jaén.
A Paula, su experiencia en el último cuatrimestre en el CRA de «Rianxo» (A Coruña), le ha permitido evaluar e intervenir con alumnos desde Infantil hasta 2º de Primaria en su especialidad de Audición y Lenguaje. “Yo era muy urbanita, muy poco de campo, pero ahora pienso que no me importaría ejercer en un CRA, porque ha sido una experiencia maravillosa. Eran una veintena de niños y el ambiente es muy cercano, con lo que se crea una relación muy especial”, explica. Aunque ya había hecho prácticas en un centro urbano ha sido en el rural donde realmente ha descubierto que no quiere ser otra cosa que maestra. A día de hoy ya echa de menos a sus compañeros, “la vida tranquila”, la calidad de vida, y lamenta que muchos docentes vean los centros rurales como un primer paso hacia un centro urbano. “Todo pueblo necesita un colegio y un centro de salud para estar vivo”, proclama.
Raúl viajó de Jaén al CRA de «Monterrei» (Ourense). Como en el caso de Paula, la experiencia le ha dejado claro que lo próximo será opositar para ser profesor, que no quiere dedicarse a otra cosa que no sea la Educación. Además, le ha permitido hacer prácticas en Infantil, gracias a los grupos multinivel, de 3 a siete años. “Tenía a 10 alumnos, y éramos como una familia”, rememora, al tiempo que reconoce que es fundamental contar con otro docente, la codocencia, que es muy útil para que te eche un cable, sobre todo cuando te topas con edades tan distintas.
La llegada al Ministerio de Educación de Pilar Alegría, que procede de un pequeño pueblo de Aragón llamado La Zaida, también es un soplo de aire fresco en este sentido. Así, en su discurso de investidura adelantó que uno de los ámbitos clave para ella será apoyar la escuela rural y reforzar el papel de los docentes que trabajan en ellas para luchar contra la despoblación: “El mantenimiento de las pequeñas escuelas de nuestro territorio supone también la pervivencia en sí de nuestros pueblos. Sé que el cierre de un colegio puede suponer la muerte de un pueblo. Y, por ello, no perderé de vista tampoco la importancia de la Educación como elemento vertebrador del territorio”.
Para Alegría, la visión del Ministerio debe ir más allá de Alcalá, 34: “Hay vida más allá de la M-30”. En este sentido, ha anunciado que su intención es que, en primer lugar, se hable más de la escuela rural, se tenga más en cuenta, y por ello ha anunciado más visitas a todo el territorio.
Hay vida más allá de la M-30
"La Lomloe también reconoce la escuela como uno de los elementos vertebradores de una población, sobre todo de las más pequeñas. Por ello insta a las Administraciones educativas a que presten especial atención a la escuela rural, proporcionándole los medios y sistemas organizativos necesarios para atender a sus necesidades, y favoreciendo la permanencia en el sistema educativo de los jóvenes de las zonas rurales e insulares más allá de la educación básica.
En esta línea, a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, el Ministerio de Educación y Formación Profesional va a destinar una inversión de 9 millones de euros para la creación de Aulas Mentor en 2.250 municipios de menos de 5.000 habitantes
Además, el refuerzo de los servicios públicos y la garantía de acceso a los centros educativos y de formación profesional forma parte de los ejes de acción del Plan de Medidas ante el Reto Demográfico puesto en marcha por el Gobierno.