Smartick Chess enseña a los alumnos a jugar al ajedrez de forma virtual
Smartick Chess es un nuevo método que enseña, de forma personalizada, todas las reglas básicas del ajedrez –tablero, piezas, reloj, jaque, enroque, partidas– gracias a la Inteligencia Artificial. Integrado en el método Smartick de Matemáticas y Lectura, los alumnos de estas materias consiguen, por cada cuatro sesiones consecutivas, un pase para Smartick Chess.
Además, gracias a su gamificación, los pequeños pueden conocer historias sobre el origen del ajedrez y sus anécdotas, avanzar en función de su ritmo y nivel, visualizar tutoriales interactivos, realizar ejercicios personalizados, aprender de los errores que cometen hasta completar los 24 capítulos y jugar partidas.
Para Daniel González de Vega y Javier Arroyo, cofundadores de Smartick, “Smartick Chess es la materialización de un proyecto que nació hace años por la estrecha vinculación entre las matemáticas y el ajedrez y las sinergias entre ambos: promueven el desarrollo individual y personalizado del alumno, que trabaja de forma autónoma y en su máximo nivel de competencia. Nuestro objetivo es que se interesen por el apasionante mundo del ajedrez, una gimnasia mental con componentes científicos, deportivos y artísticos que aporta múltiples beneficios al rendimiento académico en todas las disciplinas”.
La relación entre el ajedrez y las matemáticas se remonta al origen del juego. Según cuenta la leyenda, Sisa, el mítico creador, pidió como recompensa por su magnífica invención un grano de trigo por la primera casilla del tablero, dos por la segunda, cuatro por la tercera, etc. El rey, conmovido por la modestia de la solicitud, ordenó a los matemáticos del reino que le entregaran al día siguiente la irrisoria cantidad de trigo, pero estos, tras resolver la progresión geométrica, informaron al rey de la imposibilidad de reunir 18,4 trillones de granos de trigo. El rey comprendió que Sisa le había dado una lección al mostrarle la grandeza que algo tan pequeño como el tablero de ajedrez podía ocultar.
Desde aquel momento, han sido innumerables los matemáticos que se han interesado por este deporte y muchos los ajedrecistas que han soñado con las matemáticas. En este sentido, Gauss y Cantor se interesaron por el problema de las ocho damas –cómo colocar ocho damas en el tablero sin que se ataquen entre sí–; por su parte, Euler resolvió el problema del movimiento del caballo, en el que esta figura debe visitar cada casilla del tablero solo una vez, y con él, halló una fórmula para crear cuadrados mágicos de orden n; asimismo, los campeones de ajedrez Anderssen, Lasker, Euwe y Botvinnik fueron eminentes matemáticos.
Pero el ajedrez no solo tiene beneficios directos en matemáticas. También mejora las inteligencias lingüístico-verbal, espacial-visual, corporal, interpersonal, intrapersonal y musical, así como algunas competencias clave, como aprender a aprender, el sentido de la iniciativa y el espíritu emprendedor.