Una denuncia al drama de los niños en guerra
Paloma González Rubio nos trae Ventanas, un libro que resulta ser una denuncia de la indefensión de la infancia en los conflictos armados y el drama que convierte a los niños en soldados.
Finalizada la guerra, un grupo de hombres armados detiene inesperadamente a los padres y tíos de Bruno y Silvina. Cuatro niños y un bebé se quedan solos e indefensos en la casa que comparten sus familias, abandonados a su suerte en una ciudad hostil en la que los ciudadanos se vigilan unos a otros desde las ventanas.
Se habían convertido “en una pantalla panorámica que mostraba el interior de las estancias. Los gusanillos que habían sostenido visillos aún colgaban de sus clavos, inútiles; las barras sobre los tambores de las persianas mantenían sus anillas polvorientas sin cortinas que correr y los movimientos de los habitantes de cada casa eran accesibles para cualquier curioso. Los ciudadanos estaban obligados a no tener nada que ocultar, ni siquiera su propia desnudez”. Ahora, “solo se es libre encerrado en un lugar sin ventanas”.
Bruno y Silvina, acompañados por el fantasma de la pequeña Alicia, desaparecida en un bombardeo, luchan por sobrevivir, cuidar del bebé, de sus primos pequeños y encontrar a sus padres, pese a que la cobardía de vecinos, allegados y desconocidos los va empujando a un callejón sin salida. La falta de solidaridad hace de los débiles un blanco fácil. Como dice la autora, «cuando se impone la dictadura del miedo, las ventanas no sirven para dejar entrar la luz, se convierten en ojos que nos vigilan».