El reto de la salud mental en la Educación

El pasado 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental, cuyo lema fue “La Salud Mental, un derecho necesario, mañana puedes ser tú”. No sé si sabrán que la Confederación de Salud Mental España ha realizado un manifiesto que pueden leer aquí, del cual me gustaría destacar el siguiente párrafo:

“Sería bueno introducir la Educación emocional entre las actividades escolares. Hay que fortalecer la mente frente a la frustración, y erradicar las actitudes de rechazo y de violencia, origen de graves problemas de salud mental”.

Ciertamente, la pandemia ha causado estragos en nuestra salud mental. A pesar de que esta sociedad progresa en muchas áreas de nuestra vida, tiene una asignatura pendiente en cuanto a Salud Mental se refiere. De hecho, estoy plenamente de acuerdo con la Confederación en la necesidad de introducir la Educación emocional en la escuela como ya he defendido en artículos anteriores. Muchos ejemplos podríamos poner a la hora de constatar el deterioro que estamos sufriendo en estos últimos tiempos. Feafes ha publicado un documento sobre la salud mental y Covid-19 con numerosos datos donde explican que según el Centro Superior Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS): el porcentaje de personas de clase baja que se han sentido decaídas, deprimidas o sin esperanza durante la pandemia, casi duplica al de aquellas que se identifican con la clase alta (32,7% frente a 17,1%). Destaca igualmente la prescripción de consumo de psicofármacos, de un 3,6% en la clase alta, frente a un 9,8% de la clase baja. Además, señala que estamos asistiendo a la irrupción de problemas de salud mental en edades muy tempranas y, por tanto, necesitamos de un mayor esfuerzo en investigación y compromiso público que ha de reflejarse en un mayor número de técnicos sanitarios y especialidades médicas en etapas infanto-juveniles.

Por todo ello, concluyo diciendo que como ciudadano reivindico a nuestras autoridades políticas un mayor compromiso con la Salud Mental en esta área creando un Plan Estatal que atienda a las personas con una perspectiva integral desde edades tempranas. Como maestro, entiendo que debemos formarnos en este aspecto e involucrarnos más en ayudar a nuestros alumnos a gestionar sus emociones fomentando proyectos centrados en una mejor Educación emocional. Y como padre, entiendo que el cuidado del desarrollo personal de nuestros hijos recae principalmente en nuestro convencimiento de que la familia es el primer lugar donde se desarrollan integralmente, por lo que no debemos olvidar que es la base que constituye un factor diferencial a la hora de que puedan gozar de un buen bienestar biopsicosocial en el presente y también en el futuro.

Actuemos entre todos, porque mañana, querido lector, mañana puedes ser tú.