El ‘Aula del futuro’, un espacio que traspasa los límites del centro

Cuando entras al Aula del futuro, te das cuenta de que no es un aula como las de siempre. Lo primero que ves son una gran cantidad de dispositivos electrónicos: pantallas, pizarras digitales, tablets y ordenadores portátiles, impresoras 3D o kits de robótica. Después observas que la disposición del espacio no tiene nada que ver con la tradicional aula huevera: las creatividades colgadas de la pared indican las diferentes áreas en que se divide el espacio, y muchos de los asientos para alumnos no se sitúan frente al lugar en que se supone que tendría que ubicarse el profesor.

La primera impresión, por tanto, es la de un lugar muy versátil; es cierto que las diferentes áreas están bien delimitadas, pero la posición del mobiliario y de los distintos objetos transmiten una sensación de que todo es intercambiable.

Es el aula diseñada por el Intef (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado), en colaboración con Samsung, y que pretende formar al profesorado en el uso de la tecnología a través de metodologías activas para que luego trasladen esa idea de trabajo a sus propios centros utilizando los medios que tengan a su alcance.

La idea no es reproducir tal cual esa aula en cada uno de los colegios en que se encuentren, sino que tengan una idea bastante completa de los elementos que componen un aula del futuro para que luego puedan adaptarla a su entorno. El objetivo final es mejorar la competencia digital de los docentes para que luego estos puedan desarrollar esa misma competencia en su alumnado.

“El modelo del Aula del futuro pretende promover el desarrollo competencial del alumnado, en especial la competencia digital, y para eso hay que formar primero a los profesores”, explica José Luis Fernández, jefe del Servicio de Experimentación educativa del Intef. Él, que ha sido uno de los ideólogos de esta Aula del futuro, comenta que “todavía sigue habiendo muchas clases tradicionales, de tipo magistral, donde el profesor entra al aula, explica la lección y luego realiza un examen teórico”.

“Eso es lo que hay que romper”, advierte Fernández, porque “los alumnos tienen que saber trabajar con los medios digitales, ya que va ser lo que se van a encontrar cuando salgan al mercado laboral”. De hecho, el responsable del Intef recordó que “cerca de medio millón de puestos se quedan vacantes cada año en Europa porque las empresas no encuentran los perfiles con la formación digital que necesitan”. Y para ello ha creado esta Aula del futuro con el propósito de “aprender a utilizar la tecnología y hacerlo con sentido”. Por eso lo hacen a través de metodologías activas, basadas en el “aprender haciendo”, huyendo así de cualquier formación de carácter exclusivamente teórico.

Sobre la predisposición del profesorado para el uso de la tecnología, Ángel Luis Fernández, asesor del Intef, recuerda cómo “en los últimos tiempos nos han obligado a subirnos al tren de las tecnologías”: “La pandemia sí que ha supuesto un empujón para el incremento de la competencia del profesorado, y sobre todo también para vencer ese rechazo inicial que muchos tenían para engancharse a una máquina y cambiar su ubicuidad cuando lo ha requerido una clase online o afrontar la semipresencialidad”.

Para Ángel Luis Fernández, “es una barrera que los profesores hemos conseguido vencer y ahora hay predisposición para acoger todas las novedades que vayan suponiendo los planes de digitalización”.

Los profesores que realizan los cursos en esta Aula del futuro del Intef, tienen que asistir a dos días de formación para después diseñar una actividad real que deberán implementar durante cinco semanas en su aula y redactar finalmente una memoria. “Las actividades las diseñan ellos, por lo que las tienen que pensar para los medios digitales que tengan disponibles en su centro”, apunta José Luis Fernández.

Los primeros cursos se han realizado entre el pasado 6 de septiembre y el 20 de octubre, y eran los correspondientes a la convocatoria publicada el pasado año 2020 en la que solo se ofertaron unas 100 plazas. Estos primeros cursos han tenido temáticas variadas como la Inteligencia Artificial, la Realidad Aumentada, el aprendizaje personalizado o la evaluación formativa con medios digitales.

El próximo año se ampliará la convocatoria a 12 cursos y se ofertarán un total de 300 plazas. Pero la intención del Intef es que poco a poco las administraciones autonómicas vayan acogiendo este proyecto para ir aumentando el número de plazas. Los docentes interesados en asistir tendrán que solicitar su plaza una vez que se publique la convocatoria en el BOE. La selección del profesorado se realiza a través de una baremación de los méritos.

El Aula del futuro ideada por el Intef está dividida en seis zonas, cada una de las cuales tiene el objetivo de desarrollar una parte del trabajo del alumno, para que este pueda finalmente alcanzar la competencia digital. El paso de una a otra zona se puede interpretar de forma lineal o también el profesor puede darle un enfoque distinto y apostar por algunas áreas concretas donde el alumno pueda realizar el trabajo. Ángel Luis Fernández, asesor técnico del Intef, explica en qué consiste cada una de las zonas:

1. Presenta: en esta zona el profesor presenta la propuesta de trabajo, cuyo objetivo final puede ser, por ejemplo, la creación de una producción audiovisual para compartir con el resto de compañeros.
2.  Investiga: después de la presentación, los alumnos, divididos en grupos, pasan a investigar cada uno de los temas explicados anteriormente por el profesor. A través de las herramientas digitales y la guía del profesor, los alumnos tienen que conseguir ser autónomos en la búsqueda de toda la información necesaria para llevar a cabo el proyecto.
3. Interactúa: en esta zona, el profesor tiene la posibilidad de trabajar con el formato de clase magistral para resolver las dudas y explicar a los alumnos algunos de los conceptos que hayan encontrado anteriormente en la fase Investiga. También puede plantear un Kahoot! o una actividad de nube de palabras para seguir desarrollando el proyecto y dinamizando la tarea propuesta.
4. Explora: esta zona permite a los alumnos acercarse desde el aula a realidades que sería muy difícil hacerlo en persona o acceder a recursos que no son fáciles de tener en el aula. Se lleva a cabo a través de la realidad virtual y aumentada, de forma que el alumno puede explorar, por ejemplo, el interior del cuerpo humano, ver cómo son las células, visitar por dentro una pirámide de Egipto o incluso asistir a una ópera.
5. Desarrolla: una vez recopilada y entendida toda la información, toca trabajarla para realizar un guion de lo que va a ser la presentación audiovisual final. Aquí se puede trabajar en grupos para debatir los temas e ir repartiendo responsabilidades, de forma que cada alumno asuma la parte del proyecto que le corresponda. Es la zona donde se toman las decisiones finales.
6. Crea: en esta zona los alumnos crean todo el material necesario para la presentación final. Se elaboran los textos, se trabajan las presentaciones y se imprime todo el material necesario (usando también las impresoras 3D). A través de kits de robótica, los alumnos pueden fabricar sus propios robots que sirvan para el proyecto. En esta zona también se instala un croma para realizar las presentaciones (la tablet serviría de cámara y transformaría el croma en un fondo).

Como señala Ángel Luis Fernández, “al final el alumno no solo desarrolla sus competencias digitales, sino que aprende a estructurar su trabajo y a organizar procesos, capacidades que le van a ser útiles para cualquier ámbito de su vida”.