La reforma siempre pendiente de la docencia

En abril, en la presentación del nuevo currículo, la entonces ministra de Educación, Isabel Celaá, hacía un guiño a la presidenta de la Conferencia de Decanas y Decanos de Educación, Carmen Fernández Morante, allí presente, prometiendo que, de la mano de la reforma curricular, iría la de la profesión docente. Celaá se ha ido y a Fernández Morante le queda un año en el cargo, pero los planes siguen en pie. Y el tiempo apremia. El secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, asegura que tendrán un documento en plazo. Mientras, los sindicatos elaboran su particular carta a los Reyes Magos: una ley global y básica, de cumplimiento en todo el Estado; un cuerpo único docente (A1) o bajada de ratios. Para algunos, que Tiana y Fernando Gurrea, subsecretario de Educación, ya estuvieran en la anterior negociación (2007), que estuvo a punto de llegar a buen fin, es una buena señal para, esta vez sí, afrontar, de una vez por todas y del acceso a la jubilación, cómo ha de ser la profesión docente.