Mar Angulo: "La proporción de estudiantes de carreras STEM es de tres hombres por cada mujer"

Mar Angulo es matemática y coordinadora académica de los dos dobles grados del área de Ciencias que se imparten en U-tad: el doble grado en Ingeniería del Software y Matemática Computacional y el doble grado en Ingeniería de Software y Física Computacional. Ha destacado la importancia de la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia para visibilizar la brecha de género aún existente en los estudios de carreras STEM y romper con los estereotipos que impiden esta igualdad real. Estereotipos que según ella explica son «creencias falsas».

¿Por qué es importante el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia?

—Es importante porque sigue habiendo brecha de género en las carreras científicas y tecnológicas. Sigue habiendo también estereotipos que hacen que algunas mujeres que se plantean qué carrera estudiar no vean como opción las matemáticas o ingeniería. Por otro lado, es importante también dada la situación de cambio en la que nos encontramos, estamos en un momento en el que se van a crear millones de trabajos en puestos tecnológicos. Para estar preparados y adaptados como sociedad, es necesario formar a personas capaces de liderar ese cambio desde el punto de vista profesional. Esto supone que debe de haber un equilibrio entre hombres y mujeres, tiene que haber mujeres también liderando este cambio. Las mujeres deben ser protagonistas en este y en cualquier ámbito. Un desequilibrio hoy en las carreras científicas se traduciría como un desequilibrio a corto y medio plazo en los puestos de decisión y en los comités ejecutivos. Se perdería la capacidad de absorber toda la competitividad como mujeres y como personas.

¿En qué datos se traduce esta brecha de género en los estudios STEM?

—La proporción de estudiantes de carreras STEM es de tres hombres por cada mujer. Dependiendo de las titulaciones hay una brecha mayor o menor. Por ejemplo, en ingeniería de software o informática, las mujeres son un 15%. Desde U-tad hemos comprobado que en los dobles grados se produce un mayor incremento de mujeres en las aulas. Son grados de reciente implantación y contamos con aproximadamente un 40% de mujeres.

Dentro de los estudios STEM, ¿cuáles son aquellos que tienen una mayor brecha de género?

—Sobre todo en las ingenierías, como por ejemplo la Ingeniería de Software. Es importante contagiar ilusión, porque van a necesitar manejar software y conocimientos informáticos para poder desarrollar soluciones en cualquier ámbito en el que se muevan. Es una de las titulaciones en las que más nos tenemos que volcar en explicar y en contar el futuro que ofrece, ya que se puede aplicar en muchos ámbitos que no tienen por qué ser necesariamente tecnológicos.

¿Cuáles son las barreras a las que se enfrentan las mujeres a la hora de optar por carreras STEM?

—Son unas barreras que vamos poco a poco rompiendo, pero aún existen. Una de ellas viene desde que somos pequeños. Existe la creencia de que las niñas tienen menos capacidad para manipular dispositivos o tecnología, creencia que es totalmente falsa. Es importante que en la formación desde niños, los padres y los profesores, se esfuercen en ofrecer las mismas oportunidades a niñas y niños en trabajos que estén relacionados con la tecnología.

En segundo lugar, el tema de la dificultad, que es igual para chicos y para chicas. Pero desde fueran generan dudas: “¿Por qué te vas a meter ahí?”. Es importante que sean conscientes de que en estas carreras se aprende a aprender y precisamente la transversalidad de los conocimientos físicos o matemáticos hace que estén presentes en las soluciones de problemas reales de cualquier ámbito.

Por último, existe una creencia extendida de que los estudios de ingeniería, de matemáticas o de física son conceptos muy abstractos y no ofrecen ninguna salida profesional más allá de la docencia o la investigación en laboratorio. Nada más lejos de la realidad. Las mujeres se decantan por otras carreras porque el reconocimiento social de la Ciencia no está aún reforzado. Las carreras científicas tienen millones de salidas que no son conocidas.

¿Qué papel tienen los centros educativos en esta situación?

—Tienen un papel importantísimo. Desde niños, tanto la familia como los profesores, tienen que contagiar ilusión por la ciencia. Transmitir un conocimiento real de cómo son estas carreras y lo que es necesario para su estudio: querer saber, la curiosidad, el pensamiento crítico, aprender a razonar y a dudar. Todo eso son cualidades que se desarrollan durante la carrera, pero hay que explicar a los niños que estudiar Ciencia es como querer pasar de pantalla, cuanto más sabes más quieres aprender. Entonces contagiar esta ilusión en los niños se debe hacer desde la escuela, pues una mayor formación lleva a tomar una mejor decisión. Por otro lado, está el papel de la universidad que se tiene que implicar. Si el mundo necesita matemáticos, físicos e ingenieros y supone un factor de competitividad para el conjunto de la sociedad, la universidad tiene que estar en la vanguardia y estar la primera a la hora de formar a esos profesionales.

¿Qué tipo de actuaciones lleváis a cabo desde U-tad?

— U-tad es una universidad que está ligada en todo momento a la empresa. Por eso, los programas están en continuo desarrollo y actualización en función de la demanda empresarial y social. Prácticamente todos los profesores están trabajando en organismos de investigación o empresas y cuentan con la experiencia de lo que se busca fuera. Por lo tanto, no hay ningún concepto del que no se explique la aplicación práctica. Además, ofrecen programas complementarios de investigación.

También, U-tad está comprometida con diseñar programas atractivos, muy prácticos, que garanticen que los estudiantes se puedan incorporar en cualquier equipo o empresa desde el principio. Disponemos de becas STEM específicas para mujeres, porque nos hemos comprometido a la incorporación de un mayor número de alumnas. También ofrecemos formación complementaria con la presencia de hombres y mujeres. Es importante la presencia de mujeres para que las alumnas se puedan ver reflejadas y tengan referentes.

¿Cuál es el futuro para las mujeres en las profesiones STEM?

—Lo que yo he visto estos últimos años es que cada vez más mujeres se incorporan a las carreras tecnológicas. Además, la incorporación de más mujeres es el camino más seguro hacia una igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. La igualdad pasa también por el equilibrio entre alumnos y alumnas que estudian carreras científicas y tecnológicas.

En general, las profesiones STEM están en un momento de auge. Cada vez la tecnología avanza más rápido. Ahora mismo estamos hablando del metaverso para el que son necesarias carreras de software y de digitalización. Otros ámbitos que cuentan cada vez con una mayor demanda son la ciberseguridad o la ciencia de datos. Todas ellas necesarias en diferentes áreas que no están necesariamente relacionados con la tecnología como puede ser la salud.

¿Qué mensaje querías transmitir a las mujeres que quieren realizar estudios STEM pero tienen dudas?

—Aunque vaya a suponer un esfuerzo realizar estos estudios, vas a disfrutar aprendiendo. Vas a aprender a aprender, vas a aprender a razonar, a crear análisis en tu mente y aprendes mucho a pensar. Esto te garantiza dar solución a cualquier problema, te da la valentía para afrontarlos y tener las herramientas y conocimientos suficientes para solucionarlos. Te va a ofrecer la oportunidad y la libertad de elegir dónde vas a trabajar, tanto el lugar como el ámbito. Además, van a tener un futuro importante tanto para ellas, como para el conjunto de la sociedad, ya que están dando un paso de gigante en la consecución de esa igualdad para poder contar con mujeres en todos los puestos de decisión y para poder lograr la igualdad real y efectiva. En este tipo de carreras, como en todo, hay que pensar más en los sueños que en los miedos, que es en lo que estaban basados muchas veces los estereotipos que, afortunadamente, se van desterrando.