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Proyecto Lucas, del fracaso escolar a aprobar todas las asignaturas

El Proyecto Lucas, un programa de refuerzo escolar nacido en el distrito barcelonés de Nou Barris, ha cambiado la vida de más de 250 niños abocados al fracaso escolar gracias al esmero de profesores voluntarios que les han ayudado a aprobar todas las asignaturas y hacerles confiar en sus posibilidades para continuar con sus estudios.
Rocío Soler CollLunes, 14 de febrero de 2022
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En 2013, la psicóloga Carmen Serra y el sacerdote Ferran Lorda decidieron fundar el Proyecto Lucas, una iniciativa de refuerzo escolar para ayudar a paliar el gran porcentaje de fracaso escolar que había en Nou Barris, uno de los distritos que tienen la renta per cápita más baja de la Ciudad Condal.

En una entrevista con Efe, Serra explica que Nou Barris es, «con diferencia», el distrito con menos personas con estudios superiores ya que mientras en el conjunto de Barcelona el porcentaje medio de la población con estudios universitarios es del 30%, en Nou Barris es tan solo del 13,3%. Nou Barris también es el segundo distrito barcelonés con más fracaso escolar, más paro, más precariedad socioeconómica y más demanda de refuerzo escolar. Ante este escenario, que afecta a cientos de escolares de todas las edades, nació el Proyecto Lucas, que desde hace nueve años, según Serra, ha conseguido un objetivo ejemplar: «Que todos los niños que pasan por el proyecto aprueben todas las asignaturas al terminar el curso».

Según la fundadora del proyecto y presidenta de la Asociación Ginesta, «lo más importante es que aprueben todas las asignaturas pero también que decidan seguir estudiando, sobre todo los estudiantes que tienen 16 años». El proyecto, que tiene sede en el barrio de La Guineueta, está atendiendo actualmente a 49 estudiantes y tienen una larga lista de espera. «Aquí acogemos a los estudiantes que peor notas sacan en el colegio, aquellos que necesitan más ayuda», subraya Serra.

Según la fundadora del proyecto y presidenta de la Asociación Ginesta, "lo más importante es que aprueben todas las asignaturas pero también que decidan seguir estudiando, sobre todo los estudiantes que tienen 16 años"

Para acceder a las clases del programa de refuerzo escolar el precio es de 10 euros a la semana; sin embargo, la fundadora asegura que el 61% de los alumnos tienen una beca completa y el 19% una parcial.

Una de las dos coordinadoras del proyecto, Laura Marañón, destaca a Efe que los niños y jóvenes que reciben clases son «vulnerables» e insiste en que la mayoría vienen de familias desestructuradas y sin referentes que hayan estudiado previamente e, incluso, con padres con problemas de adicciones. «Los profesores voluntarios tienen un papel clave en todo el proceso, ellos son los nuevos referentes para los niños y jóvenes, y además, son grandes referentes», declara la coordinadora. Por ello hablan del Proyecto Lucas como una «familia» y «un segundo hogar», porque, según Marañón, los estudiantes ven en los profesores personas referentes y establecen «un gran vínculo de confianza que va más allá de los deberes o los exámenes».

Uno de los profesores voluntarios, Ignasi Lorda, insiste en que los dos ingredientes clave para conseguir que estos alumnos saquen el curso adelante es «la paciencia y el cariño», y entender que son estudiantes que necesitan más apoyo que uno que nunca ha tenido problemas académicos. «Es importante ser consciente de que los alumnos que vienen al Proyecto Lucas necesitan una doble atención, más paciencia, repetir las cosas más veces, captar más y mejor su atención y mantenerles interesados en todo momento», detalla el profesor.

Un caso que pone nombre y apellidos al Proyecto Lucas es la historia de Judit Buj, una joven barcelonesa de 19 años que llegó al programa con 12 años, tras suspender siete asignaturas en el primer trimestre de primero de ESO

Un caso que pone nombre y apellidos al Proyecto Lucas es la historia de Judit Buj, una joven barcelonesa de 19 años que llegó al programa con 12 años, tras suspender siete asignaturas en el primer trimestre de primero de ESO. Judit no solo consiguió terminar ESO y el bachillerato con buenas notas, sino que además decidió estudiar una carrera universitaria: ingeniería informática en la Universidad de Barcelona (UB). «Mi infancia no fue fácil y mis malas notas lo empeoraban todo», reconoce Buj a Efe, y confiesa que su facilidad para distraerse fue el problema de su fracaso en los estudios. «Pero entonces mis padres descubrieron el Proyecto Lucas y allí encontré mi segunda familia, hice amigos nuevos y entré en un entorno en el que me sentía comprendida», señala Buj, que reconoce que le han «marcado mucho».

La joven estudiante de la UB dice sentirse «enormemente agradecida» con el proyecto. Tanto es así, que ahora es profesora voluntaria y todas las semanas brinda ayuda a nuevos alumnos, de la misma forma que un día se la dieron a ella. Ahora Buj tiene planes de futuro: acabar la carrera, estudiar un máster, especializarse en robótica y encontrar un trabajo que le haga feliz porque, a diferencia de lo que pensaba hace unos años, ahora es consciente de que puede cumplir sus objetivos y solo depende de ella.

Por su parte, la fundadora del Proyecto Lucas asegura que la mayor recompensa que puede esperar de la labor que llevan a cabo todos los días es «que los alumnos vuelvan como profesores y que sigan estudiando».

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