Laura Wandel: "El patio del colegio es el cimiento de la sociedad"
Wandel (Bruselas, 1984) se ha alzado con siete premios de la academia de cine belga por 'Un pequeño mundo" | © AVALON
La violencia destapa uno de nuestros instintos más primarios: el miedo. Pertenecer a la manada sigue siendo una necesidad innata. Por cuanto la pone en riesgo, la pertenencia no entiende la diferencia y de ahí nace el castigo: por pensamiento, palabra, obra u omisión. Laura Wandel (Bruselas, 1984) viaja al origen: el patio del colegio, donde a diario se libran batallas de pertenencia. Las documenta en su primer largometraje, Un pequeño mundo, que acaba de alzarse con siete Premios Magritte y que llega este fin de semana a los cines españoles para “enfrentar al espectador al bullying”, o sea, a su propia manada.
En una de las escenas la protagonista le pregunta a su hermano, que sufre acoso: “¿por qué lo hacen?”
—La violencia es una reacción del niño a una herida que aún no ha sanado. También se produce en función de la mirada del otro: siguiendo una etiqueta, la concebimos como una forma de ser reconocido por el resto y mantener una postura de dominio frente a los demás.
El espectador ve la película a través de los ojos del niño.
—Para enfrentarlo al primer día de colegio y trasladarlo luego al patio, escenario que marca nuestra vida mucho más de lo que pensamos. El patio del colegio es un golpe de realidad, la necesidad de reconocimiento, el cimiento de la sociedad.
No tenemos tiempo para nada, ni siquiera para escuchar al otro: por eso juzgamos
"El acoso: ¿odio o envidia al que es diferente?
—Más bien, miedo: a ser excluido, a no pertenecer. El odio nace del miedo.
Aceptar la diferencia o encajar en la sociedad: ¿para qué educa la escuela?
—Para encajar. Aunque todo parte de la sociedad, construida sobre una competencia feroz y falta de tiempo. No tenemos tiempo para nada, ni siquiera para escuchar al otro. Por eso juzgamos, porque es más fácil y rápido. Y esto tiene un efecto directo en la escuela, que es, al fin y al cabo, un reflejo de la sociedad.
El protagonista no se pregunta por qué a mí: simplemente lo acepta.
—Sí. Hemos banalizado la violencia. En cierto modo, la hemos normalizado.
Callamos porque sentimos el mismo miedo de quien sufre el acoso: que se vuelva contra nosotros
"Según la ONU y la OMS, el bullying causa 200.000 suicidios de menores al año. ¿Son los niños conscientes de sus actos?
—Creo que sí, pero no de todas sus consecuencias.
O sea, hay que explicarles que el bullying mata.
—Sin duda, pero también educar en la empatía: enseñarles a sentir lo que el otro siente.
Luego, están los padres que aconsejan pagar con la misma moneda.
—Muchos reflejan lo que ellos han vivido y sus hijos acaban repitiendo el mismo patrón. La bola, por tanto, se hace interminable.
¿Por qué callamos?
—Porque sentimos el mismo miedo de quien sufre el acoso: que se vuelva contra nosotros.
Los conocimientos son necesarios, pero no más que los valores: los niños tienen que aprender a convivir
"¿También los profesores?
—Es muy complicado. No tanto controlarlo como sí gestionarlo.
¿Pero cumple la escuela su papel?
—¿Se enseña la bondad en el aula? Los conocimientos son necesarios, pero no más que los valores. Los niños tienen que aprender a convivir. Por ahí habría que empezar.
¿La culpa de quién es entonces?
—No hay un solo culpable. En todo caso, la culpa es colectiva: cada uno tenemos nuestra parte de responsabilidad. Por eso en la película no enjuicio a nadie, aunque vivimos en una sociedad que juzga instantáneamente.
¿Y las redes?
—Son un tribunal público.
Tráiler 'Un pequeño mundo'