Cómo hablar con los niños y niñas sobre la guerra

Los niños y las niñas, al igual que los adultos, sienten angustia y preocupación al ver las imágenes de la televisión o escuchar la información que nos llega de la radio sobre la guerra que se está viviendo en Ucrania. Se hacen muchas preguntas sobre la situación. ¿Qué va a pasar? ¿Va a llegar aquí la guerra? ¿De dónde salen las explosiones? ¿Por qué hay una guerra?

Sonia Martínez Lomas, psicóloga y directora de los centros Crece Bien de Madrid, afirma que “es clave saber que el miedo es la misma emoción en un niño que en un adulto, y que la diferencia está en que nosotros tenemos más estrategias para gestionarla”.

En Crece Bien son pioneros en la enseñanza y el desarrollo de Habilidades Emocionales, Sociales y de Aprendizaje, y explican que para abordar el tema de la guerra con los niños y niñas no debemos subestimar la emoción que estas noticias puedan crearles, y a partir de aquí, si queremos hablar con ellos del tema de la guerra, es fundamental partir desde su nivel, desde qué saben, qué creen que es una guerra o por qué se produce. “Esto podemos lograrlo preguntando de forma sencilla y escuchando de verdad, teniendo la paciencia necesaria para no corregir lo que dice hasta que no haya expresado todo lo que quiere decir”, afirma Martínez Lomas.

¿A partir de qué edad podemos hablar de estos temas? Martínez Lomas cree que siempre hay que tener en cuenta el nivel madurativo del niño, pero a partir de los tres o cuatro años podríamos hablarlo si adaptamos el mensaje a su edad. “Más importante que hablar de un tema concreto es que el niño se sienta escuchado, comprendido y que tenga a su familia como un punto de expresión de todo lo que le pasa en cualquier tema. No poder hablar de algo genera mucha angustia”.

Los problemas relacionados con la salud mental de niños, niñas y adolescentes están aumentando en los últimos años debido a las situaciones de incertidumbre que vivimos. Esto ha puesto en relieve la necesidad de disponer de herramientas emocionales para poder hacer frente a lo inesperado, a lo que se escapa de nuestro control.

“La falta de control sobre lo que ocurre genera ansiedad por lo que lo primero que debemos hacer es hablar con ellos y ellas para que se sientan comprendidos y después podemos darles un papel a jugar. Se trataría de explicarles que para que no haya guerras en el futuro ellos y ellas pueden aprender a resolver conflictos sin pegar en el recreo o en el parque, a ayudar a los demás a que los resuelvan, pueden aprender a ser amables y a compartir. Esto les dará un papel a jugar”, explica la psicóloga.

También es importante transmitir mensajes constructivos y positivos, como, por ejemplo, hablarles de que hay mucha gente buena que presta ayuda, dona ropa o alimentos. Puede ser una buena oportunidad para hacerles partícipes de ayuda en asociaciones vecinales, ya que puede ser una experiencia muy enriquecedora.

Martínez Loma destaca a importancia de saber gestionar las emociones, ya que una persona con buena inteligencia emocional sabe cómo expresar su malestar, llegar a acuerdos en un conflicto y puede lidiar con el miedo o la tristeza.

La psicóloga Sonia Martínez Lomas ofrece un resumen de las claves a tener en cuenta para hablar de forma adecuada sobre la guerra con los niños y niñas:

1. Lo primero es investigar qué saben acerca de lo que está pasando a través de preguntas directas.
2. A partir de ahí podemos ir rellenando la información que necesitan con un lenguaje sencillo, adaptado a su edad.
3. No hay una edad más adecuada que otra para enfrentar temas complejos, sino que debemos adaptar el mensaje a nuestro interlocutor.
4. Hay que evitar que los niños y niñas vean imágenes sobre la guerra de forma constante, pero no hay que esconderles lo que está ocurriendo ni mentirles. La información que reciban debe ser veraz porque que sea un tema complejo no significa que debamos ocultar que existe su gravedad.
5. Por último, es muy importante escuchar lo que tienen que decir y responder sus dudas con paciencia y empatía. Que sientan que estamos ahí para acompañarles.