La necesaria evolución en la enseñanza de las Matemáticas en la ESO
Diariamente los medios de comunicación utilizan gráficas o diagramas para informar sobre el índice de paro, la calidad de los contratos laborales o acerca de la evolución de la Covid-19, asuntos que ponen en evidencia un aspecto: la importancia que tiene el conocimiento básico en ciencia de datos para diferenciar la información veraz.
La ciencia de datos puede definirse como un campo que involucra informática y estadística para obtener y generar conocimiento a partir de datos. Desde hace varios años, las personas formadas en estos ámbitos son muy demandadas por empresas de todo tipo, desde tecnológicas e industriales hasta textiles. Es decir, son requeridos aquellos perfiles que saben diferenciar qué datos son válidos, representativos, fiables, así como qué datos no están bien recogidos, no son representativos o están manipulados (entre otras cosas).
Todo esto refleja la necesidad de que, no solo los futuros profesionales, sino todo el mundo debería poseer una base sólida en ciencia de datos, pero este conocimiento se suele adquirir en la Educación Superior y no todos los estudiantes cursan este tipo de grados. Por tanto, la forma de garantizar la formación en datos es en las etapas educativas obligatorias; en concreto, en la Educación Secundaria.
La sociedad y el mundo laboral cambian con el tiempo, y con ellos, el contenido y el tratamiento de las asignaturas que se estudian en Secundaria deberían también evolucionar, pero lamentablemente los planes de estudios permanecen prácticamente iguales desde hace varias décadas.
La Probabilidad y la Estadística probablemente han tomado algo más de peso en los últimos años en el currículo, pero en la práctica, apenas se llegan a tratar estos temas en los últimos cursos de Bachillerato. La razón es muy simple; como señalan los expertos en el Libro Blanco de las Matemáticas, nuestra asignatura está sobrecargada de contenido a tratar, lo que obliga a muchos docentes a dejar de lado algunos temas. La segunda razón, también señalada en el Libro Blanco, se debe al tratamiento de la asignatura por parte de los libros de texto y al apego de muchos docentes por este. En los libros de texto, el bloque de Probabilidad y Estadística se encuentra, generalmente, al final, y la programación de la asignatura en los centros educativos suele seguir el mismo orden que el propuesto por el libro.
Por otra parte, cuando se enseña Estadística, se prioriza la repetición de ejercicios “tipo” basados en el cálculo de frecuencias relativas en lugar de favorecer la reflexión y la exposición de ejemplos cotidianos al alumnado. Despojar al alumno de ejemplos de la realidad cotidiana desliga el aprendizaje de todo contexto.
Saber matemáticas, en concreto ciencia de datos, nos lleva a desarrollar un pensamiento crítico, por lo que debemos garantizar los conocimientos básicos de esta disciplina en la Educación Secundaria Obligatoria
En el artículo Hacia una nueva educación en matemáticas e informática en Educación Secundaria (2021), la Real Sociedad Matemática Española y la Sociedad Científica Informática de España indican la falta de interrelación existente entre las matemáticas y la informática. Centrándonos en Matemáticas, hay numerosos aspectos en los que el más hábil calculista perdería humillantemente contra un ordenador en una competición. Como docentes, no podemos exigir al alumnado que sepa realizar complejísimos cálculos sin equivocarse en un breve período de tiempo; no es necesario ni óptimo para su desarrollo académico. Sin embargo, las Matemáticas no solo son cuentas, estas solo son el medio, son lógica, reflexión, creatividad, etc. El Dr. Eugenio Roanes Lozano siempre dice: “Al igual que para ir a comprar el pan no coges el coche, para realizar una sencilla operación aritmética no necesitas una calculadora, pero si tienes que recorrer largas distancias no vas a ir caminando”. En lugar de dedicar innumerables y tediosas horas al cálculo repetitivo, podrían dedicarse a la reflexión sobre dicha operación y al desarrollo de un algoritmo para su cálculo.
El uso de software matemático, obviando el hecho de que sin él no existiría avance alguno en la sociedad, tiene una particularidad destacable, y es que permite abordar problemas que, por su complejidad, no serían tratables por parte del alumnado. Por ejemplo, podrían calcular una curva de regresión a partir de una tabla de datos sin tener por qué saber cómo se calcula, simplemente conociendo el comando del software que utilicemos. Esto brindaría, por ejemplo, una función sobre la que los estudiantes tuviesen que obtener sus extremos, puntos de corte con los ejes… totalmente contextualizada y de interés para ellos.
En resumen, saber matemáticas, en concreto ciencia de datos, nos lleva a desarrollar un pensamiento crítico, por lo que debemos garantizar los conocimientos básicos de esta disciplina en la Educación Secundaria Obligatoria. Para ello necesitamos cierto desapego de la forma tradicional con la que los libros de texto y el currículo tratan la asignatura de Matemáticas y priorizar la reflexión sobre los conceptos, mediante ejemplos realistas y el uso de software matemático, como GeoGebra, Excel o Maple, sobre el cálculo repetitivo.
Enrique Ferres es profesor en el Doble Grado en ‘Matemática Computacional e Ingeniería del Software’ en el Centro Universitario U-tad