Adriana Boho: "El racismo me hizo sentir que el problema era yo"
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¿Sigue dando palo decir “negro”?
—Sí. Y en el momento en que usas eufemismos o diminutivos, estás dando una connotación negativa a la palabra.
Oveja negra, humor negro, denigrar. El repertorio léxico abunda en un imaginario que ha hecho del negro color del mal fario. Lo que desconocemos fundimos a negro, ignorando que el rechazo o prejuicio pueden ser fruto de nuestra imaginación. Lo avisó Newton: no existe el color sino la luz. Nuestro cerebro, según esta, percibe uno u otro.
¿Miedo o ignorancia: qué alumbra al racismo?
—Una mezcla de ambos, aunque la ignorancia ya no sirve como excusa: tenemos medios para informarnos.
Medios y ¿miedo?
—Es algo intrínseco al ser humano.
¿Pero qué le teme el blanco al negro?
—Ni el blanco al negro ni el negro al blanco. Perdamos ya el miedo a lo distinto, porque de la mezcla de todos los colores sale un arcoíris precioso.
Hay que repasar Biología porque me da a mí que más de uno se saltó esa clase
"Ni siquiera Darwin puso en el fuego sus manos. Él, aunque las versiones hayan sido otras, dudó hasta de los propios hallazgos: “Nos dejamos influir muy mucho por el color de la piel y del pelo, las pequeñas diferencias de las facciones […] Gran parte de éstas son de tan poca importancia, que es muy difícil suponer que hayan sido adquiridas independientemente por razas o especies desde su principio distintas” (El origen del hombre, 1871).
¿Es la raza la mayor fake new de la historia?
Está científicamente probado: las razas no existen.
Para muchos, sí.
—Pues están equivocados. Hay que repasar Biología porque me da a mí que más de uno se saltó esa clase.
¿La indiferencia produce diferencia?
—Cuando alguien te da el toque, choca: ¿me vas a decir tú a mí que esto es racista cuando se lleva haciendo toda la vida?
Adriana Boho (Malabo, 1988) no indulta: ni al que hizo pellas ni al que puede pero no quiere saber. Predica, sin embargo, con el ejemplo y les tiende la mano en Ponte en mi piel (Cúpula), libro donde habla con conocimiento de causa.
—He estado en copia, por error, en algún correo donde me han rechazado por ser negra.
O sea, que el mundo influencer vende falsa inclusión.
—No generalizo, pero al final esto es un negocio: se suele ir a lo “seguro”.
He estado en copia, por error, en algún correo donde me han rechazado por ser negra
"Aterriza en España, desde Guinea Ecuatorial, a los 12 años. El camino, en lo personal y laboral, hasta convertirse en influencer, se le ha hecho alguna vez cuesta arriba.
¿Siendo blanca te habría sido más fácil?
—Es una pregunta que me hecho, sobre todo, de adolescente. Viví ciertas situaciones de racismo en las que llegué a plantearme si realmente el problema era yo. Te sientes fuera de lugar.
¿Y te encontraste?
—Tuve lo que llamamos “despertar negro”, es decir, sentirme orgullosa de lo que soy: negra. A quien le guste bien y a quien no, también.
¿De qué estás harta?
—De que, por ser negra, me toquen el pelo o me sigan preguntando si tengo ojeras o por qué me maquillo. Por favor, ¡que estamos en 2022! Toca actualizarse, ¿no?
Dependerá, como el color, del ojo con que se mire.
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