Un Encuentro para la esperanza

La Lomloe, la nueva ley educativa progresista que conserva la LOE de Zapatero del año 2006, va a imponer en los centros educativos privados concertados lo que en la escuela pública ya es una realidad consolidada: la asignatura de Religión sólo dispondrá de una sesión semanal durante el horario lectivo en la etapa de Primaria. Esto significa que, entre cambios de aula, entradas y salidas al patio o los turnos de comedor, el maestro de Religión gozará de unos treinta minutos semanales para impartir el currículo de su área.

Otra de las novedades sobre el papel, que no en la cruda realidad de la escuela pública, es la desaparición de una asignatura alternativa para aquellos alumnos que no elijan Religión. Éstos recibirán la atención educativa que el tutor decida en cada momento, cosa que ya viene ocurriendo desde hace años en más de un colegio.

Un asunto que parece menor, y que para nada lo es en Secundaria y en Bachillerato, es que la nota de Religión ya no contará para obtener la media con la que los alumnos acceden a la prueba de acceso a la universidad.

Y ante este panorama siniestro para la asignatura de Religión, sus docentes y su alumnado, están apareciendo iniciativas formativas por parte de las Comisiones de Enseñanza de las diferentes diócesis y de entidades educativas que saben valorar lo que significa poner en relieve el humanismo cristiano. Ahí están, por ejemplo, las campañas publicitarias de la Asociación Católica de Propagandistas o el primer Encuentro Iberoamericano de Profesores de Religión que organiza Siena Educación y que tendrá lugar el próximo 6 de mayo en Madrid.

El objetivo de esta jornada formativa sobre la asignatura de Religión no es dar voz pública a las quejas y a los lamentos de los profesores y los responsables de desarrollar su currículo, sino aprovechar la implantación de la Lomloe para revitalizar su didáctica, sus contenidos y su metodología, a través de los testimonios de docentes entusiastas y comprometidos, ejemplos vivos de que el futuro de la asignatura de Religión en nuestro sistema educativo está más que asegurado si todos los implicados, familias incluidas, nos ponemos a trabajar en serio y con responsabilidad.