Clara Benacerraf: "Sobreproteger es una manera de desproteger"

La salud mental es cada vez un tema menos tabú en la sociedad. Desde empresas hasta la clase política, está en boca de todos el como paliar esta «pandemia silenciosa». De hecho, este mismo mes de mayo se ha puesto en funcionamiento el teléfono de asistencia y prevención del suicidio, el 024, algo más que necesario para la salud de las generaciones presentes y también para las que son el futuro. Porque según un estudio de la Universidad de La Rioja, uno de cada cinco jóvenes han deseado estar muerto en alguna ocasión del último año.

Esto solo es propio de una sociedad que está al borde del precipicio. Por ello, psicólogos y psicopedagogos como Clara Benacerraf, consejera general del International College Spain (ICS) destaca que hay una parte de nuestra salud mental que depende de nuestro entrenamiento, y que es vital desarrollar, porque está presente en nuestro día a día: hablamos de la resiliencia.

¿Qué es la resiliencia?
–La resiliencia no se refiere únicamente a la capacidad del ser humano para resistir a las adversidades o el trauma, sino que va más allá, porque al concepto de resistencia se le añade otro componente, el de salir fortalecido. No solo es reponerse, sino que también consiste en salir más fuerte.

¿Qué aspectos son fundamentales para alcanzar esa resiliencia?
–Primero decir que no se nace siendo resiliente, sino que se consigue a lo largo de la vida. Uno puede tener más o menos resiliencia en función de las características de cada uno, de la familia, del entorno, de las oportunidades de apoyo social… las personas resilientes son aquellas que no se rinden y que tienen el control de su vida, es decir, son personas activas.

¿Es necesario pasar por situaciones complicadas para aprender? ¿solamente aprendemos en base a la experiencia?
–Es cierto que la experiencia es la que nos va a proporcionar siempre el mejor aprendizaje. Cuando hablamos de resiliencia no siempre nos referimos a grandes catástrofes, hablamos de los retos del día a día. En estos momentos también se puede demostrar resiliencia. Como dije antes, la resiliencia se cultiva, se practica.

¿Hay algunos comportamientos educativos que pueden complicar el llegar a ser resilientes?
–Las personas que no toman responsabilidad sobre su bienestar, su presente y su futuro, son las personas que no van a tener tan fácil lograr esa resiliencia. Hay personas que no logran esa resiliencia no por no enfrentarse a obstáculos en la vida, sino porque por ejemplo muchos niños tienen padres que se han encargado de tapar o minimizar las frustraciones y fracasos de los hijos en vez de dejarles a ellos solucionar estos conflictos y, por tanto, no les están dando los recursos necesarios para afrontar esas situaciones complicadas. Sobreproteger es una manera de desproteger. Aquel que no logra la resiliencia no es que no se haya expuesto a situaciones complicadas, sino que no le han dejado desarrollar esas habilidades.

¿Qué papel juegan los padres en la estabilidad emocional de sus hijos, y en consecuencia, de su resiliencia? ¿y los educadores?
–Como la resiliencia es algo que se cultiva desde muy temprana edad, el papel de los padres y educadores es fundamental. Es bueno trabajar una serie de habilidades, como el control de sí mismo, la toma de responsabilidad… es fomentar que los hijos vean que un problema es una oportunidad de crecimiento y no se vengan abajo. Además, uno de los factores del cultivo de la resiliencia es crear un vínculo afectivo con alguien que crea en ti y que te apoye, como un adulto, un tutor o un amigo.

¿Puede afectar el no ser resiliente en el rendimiento académico?
–Sí, porque una persona que no es resiliente es que ha tirado la toalla y no cree en su capacidad de superación. Todos tenemos esa capacidad, pero para ello, tenemos que tomar esa responsabilidad. Hay en ocasiones que no se tiene control sobre algo que nos puede suceder, como puede ser el fallecimiento de un familiar, pero nuestra responsabilidad recae en cómo vamos a reaccionar ante esas situaciones y cómo vamos a reponernos.

En el artículo del ICS también hablas de la importancia de los objetivos ¿cómo deben ser?
–Es importante marcarse objetivos, porque eso significa que tienes una visión esperanzadora del futuro. Hay que ser ambiciosos, pero también realistas. Eso no significa que haya que aspirar a poco, pero hay que ser conscientes de nuestra capacidad si no queremos frustrarnos al proponernos unos objetivos imposibles. También es primordial que, al marcar esos objetivos, profesores y padres crean en tu capacidad y te apoyen en el camino hacia el logro.

¿Crees que los centros escolares trabajan en la resiliencia lo suficiente?
–Creo que es una asignatura pendiente en algunos colegios, y para mí tiene que formar parte del desarrollo integral de la persona. Así como enseñamos matemáticas inglés, la resiliencia debería ser una más, porque está presente en nuestro día a día.