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Ana Cobos: “Mientras tenga un alumno de 2º de Bachillerato que no sepa qué va a hacer no puedo ponerme a dar clase"

La orientadora y presidenta de Copoe reivindica la necesidad de su especialidad en todos y cada uno de los centros educativos, con más orientadores para atender a los alumnos, pero también mejor formados y menos sobrecargados de funciones que no deberían recaer siempre sobre ellos.

RedacciónJueves, 26 de mayo de 2022
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Ana Cobos Cedillo es orientadora en el IES “Ben Gabirol” de Málaga y profesora de la Universidad de Málaga.

La presidenta de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España (COPOE), Ana Cobos, presenta en estos días su Manual de orientación educativa. Teoría y práctica de la Psicopedagogía (Narcea), una obra con la que pretende compartir su conocimiento a partir de su experiencia de tres décadas como orientadora en centros educativos.

¿Por qué siente que se necesitaba este libro?
–Porque faltan materiales para estudiar sobre orientación. Y es necesario que ese conocimiento que hemos ido generando se plasme por escrito, dejando un legado de nuestra práctica, que vayamos construyendo nuestra propia epistemología.

Una especie de banco de recursos para poner a disposición de otros colegas que empiezan.
–Es como El día de la marmota, cada vez que un orientador empieza a trabajar comete seguramente los mismos errores y va aprendiendo por ensayo-error, cuando existe un profesional, quizá en el instituto o el colegio de al lado, que ha pasado por lo mismo y lo ha tenido que resolver. Sería muy beneficioso para nuestra disciplina, para nuestra profesión, poder contar con la experiencia de los veteranos. Esa es la idea.

Además, he estado varias veces de tribunal de oposiciones, y veo que los estudiantes vienen con una preparación deficiente, pero no porque no estudien. El problema está en que no con cuentan con materiales para estudiar. La última vez que estuve de tribunal, en 2018, la bibliografía más novedosa que presentaban era Bisquerra, 1996. Y me decía: “Con la de horas que trabajamos, con la de gente implicada en muchísimos proyectos con los que estamos aportando calidad al sistema educativo…”. Es entonces cuando empiezo a tomar notas para el libro.

Es necesario que se haga más investigación, que se sienten unas bases epistemológicas… Yo aquí recojo investigación fruto de la experiencia, de lo que he ido haciendo y me ha funcionado, pero creo que la Administración debería destinar profesorado a investigar durante un tiempo qué se está haciendo, qué funciona, a sentar unas bases.

¿Es partidaria de cambiar el acceso?
–Soy partidaria de un MIR educativo de todas las especialidades, incluida orientación. Fíjate la responsabilidad de un orientador, que tiene que determinar si existe una dislexia o altas capacidades. Son tareas muy complejas, con una responsabilidad enorme tomando decisiones; cuanta más experiencia, mejor. Todo el mundo debe pasar por su primer mes de trabajo, pero contar con la tutorización de un veterano sería fantástico, muy beneficioso para toda la comunidad educativa.

Pero, además del MIR, hay otra cosa, una reivindicación de Copoe, y es que las personas, para poder acceder al máster de orientación y a las oposiciones, tengan una titulación vinculada (Pedagogía, Psicopedagogía o Psicología), que no pueda acceder cualquier persona de cualquier titulación. Porque puede que un filólogo, trabajador social, sociólogo o maestro  haga el máster de Secundaria, le salga un tema y apruebe. Pero llega septiembre y se encuentra un caso de TDAH en que tiene que determinar las necesidades educativas, o de una persona con autismo, ¿cómo lo hace? Eso es un problema grave, y no para la profesión, o también, porque esta tiene sentido en cuanto que es una aportación de calidad al sistema educativo, y no se puede hacer calidad desde el desconocimiento.

Yo quiero que los orientadores sean pedagogos, psicólogos o psicopedagogos, como orientadora pero también como ciudadana, porque quiero que la comunidad educativa esté atendida por las mejores garantías de calidad. También quiero que el profesor de Matemáticas haya estudiado Matemáticas, y que el de Lengua sea filólogo, que el de Inglés sepa inglés. En este sistema educativo todavía en 2022 no hay vinculación entre las especialidades del Cuerpo de Secundaria y el requisito de titulación. Esto es una barbaridad.

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En este sistema educativo todavía en 2022 no hay vinculación entre las especialidades del Cuerpo de Secundaria y el requisito de titulación. Esto es una barbaridad

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¿Es frecuente usar al orientador de comodín?
–Sí. La Junta de Andalucía acaba de añadir las asignaturas de Aprendizaje Social y Emocional y de Formación y Orientación Personal y Profesional entre las que podemos impartir. Si sigues cargando a los orientadores con más y más docencia, ¿quién orienta? Yo soy orientadora en un IES y profesora en la universidad. Cuando estoy en la universidad soy profesora, no soy orientadora. Si me pones a dar clase dejo de ser orientadora. Y el perjuicio no es para mí, es para la comunidad educativa, que pierde horas de orientador, al que se usa de escoba de todo lo que sobra en un centro.

En el libro habla de los tres ámbitos de la orientación: acción tutorial, atención a la diversidad y orientación vocacional, ¿alguno ha estado más desatendido?
–En Infantil y Primaria hay profesionales que trabajan muchísimo en la atención a la diversidad, casi el 100% del tiempo. Pero es una pena que no se haga nada de orientación vocacional. Con los juegos de roles y de las profesiones, si se hace bien, se puede trabajar mucho por las vocaciones, hacer ver a las personas el camino por el que pueden tirar, asociarlo a un proyecto de vida, de sentirse bien, útiles para la sociedad.

Todo esto es clave para el bienestar y la salud emocional, que no tiene nada que ver con impartir una asignatura. Como las habilidades sociales: Podemos hacer Habilidades sociales a cuarta hora y a quinta tener un profesor que no da ni los buenos días. Esto no son asignaturas, son aprendizajes complementarios, transversales, que deben trabajarse en el instituto, en casa, en los medios de comunicación, en la calle, en el autobús.

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Podemos hacer Habilidades sociales a cuarta hora y a quinta tener un profesor que no da ni los buenos días

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¿Aún hay profesores que piensan que la Educación se limita a dar clase?
–Hay algunos, sí, pero cada vez van quedando menos. Las nuevas generaciones son una maravilla, con profesionales cada vez más concienciados de la importancia de la diversidad, cada vez más flexibles… Y hay también profesorado veterano que sigue haciendo las cosas muy bien.

Los reaccionarios existen, siempre hay resistencias en todos los sistemas, pero el sistema educativo en España se mantiene gracias a los profesionales, a su buen hacer cada día en los centros. Muchas veces los recursos son insuficientes. Es frecuente que las normativas cambien y nos hagan un lío. O que los padres en contextos de privación social no apoyen mucho… Todas estas cosas alrededor del sistema educativo muchas veces van en contra. O los medios de comunicación… ¿Cómo trabajamos la igualdad frente al reguetón? ¿Cómo hacemos que las personas disfruten de la lectura si luego por la tarde encienden Telecinco y ven lo que ven? ¿Cómo lucha David contra Goliat? Porque al final la mayoría del profesorado son excelentes profesionales. El sistema educativo sigue adelante, y es un éxito, gracias a ellos. Yo creo que deberíamos superar el discurso victimista de “Todo esto es un desastre”, “El sistema educativo está fatal”. No, señor, el sistema educativo está mejor que nunca en la historia:

En 1970, el 30%, si no más, dejaba la escolarización con 13 años. Entre los que seguimos estudiando hay gente que piensa que todo el mundo fue a la universidad, pero de los que estudiaban contigo 3º de EGB, si eran 25, seguramente fueron cinco como mucho. Hemos aumentado el número de personas que finalizan estudios. Y el éxito no está en llegar a la universidad, está en que el sistema educativo te ayude a dos cosas: a cualificarte para un puesto de trabajo, de nivel universitario o de FP, y a formarte como ciudadano.

Decía Richard Peters que la Educación es el autobús que se toma para ir al trabajo. La Educación es el nexo que te va a llevar hacia un trabajo, y no solo como personal cualificado, también como ciudadano responsable y consecuente, que sabe convivir, respetar. Eso es lo que tenemos que conseguir. Y estamos ahora mucho más cerca que hace 20 años, afortunadamente, y es gracias al profesorado.

Ahora también estamos más cerca de la Educación a lo largo de la vida. No sé si también sería partidaria de una orientación a lo largo de toda la vida.
–Por supuesto, en este mundo que se nos viene, que ya es presente, las personas vamos a cambiar de trabajo varias veces a lo largo de nuestra vida. Habrá que reciclarse, actualizarse, y ahí está la orientación.

Es más, se viene otra cosa, lo que mis compañeros de la asociación aragonesa de Psicopedagogía llaman la “jubilología”, la disciplina que va a estudiar la jubilación, que ahora es a 30 años vista. Ahí la orientación también va a tener mucho que hacer, porque cuando a una persona se le pega el corte en seco y a los 65 de pronto no tiene nada de vida productiva, que le estaba ocupando el 20% de las horas del día, ¿cómo reorienta su vida? Es bastante importante, porque en ese momento puede llegar la enfermedad, la depresión, el aburrimiento, la soledad… Incluso algún país ha creado un Ministerio de la Soledad.

¿Cree que en España el derecho de los estudiantes a la orientación está lo suficientemente garantizado en todos los tramos educativos?
–No, no lo está. Hay centros en España con 2.000 alumnos y un orientador. Y centros con 200 alumnos y un orientador.

Si en un centro de 2.000 alumnos el departamento de Matemáticas tiene 8 o 10 profesores, y en un centro de 200 alumnos tiene tres, ¿por qué tiene un orientador tanto uno como otro? ¿Cómo puede hacer calidad un orientador con 2.000 o 3.000 alumnos a su cargo?

Desde 0-3 la orientación es clave, y se contempla que los orientadores deben atender esta etapa, pero luego no se les cuenta en el número de horas, por ser una etapa no obligatoria. Cuando se habla de ratio, la ratio es de Primaria, lo de Infantil es como un trabajo de propina que te dan cuando llegas a un centro. Y fíjate lo importante que es el acompañamiento de las familias en este momento, cuando te dicen que tu hijo tiene una diversidad y que hay que incidir en atención temprana, estimulación precoz…

Luego, conviene diferenciar: Están los niños con una diversidad funcional muy significativa, con necesidades educativas especiales, pero luego hay una serie de niños que van regular, mal, repiten, tienen dificultades… y esos niños se quedan en un terreno de nadie, porque como no van muy bien, pero tampoco van muy mal, se quedan en un vacío y no se atienden.

Ahí se encuentran los niños con dislexia, con trastornos de lectoescritura o altas capacidades sin diagnosticar. No les pasaría nada, tendrían un rendimiento óptimo si se supiera qué les pasa y se pudiera organizar su respuesta educativa. Estos alumnos son aproximadamente un 30%, y se les podría atender si tuviésemos recursos en orientación. Tiene que haber más orientadores, con más formación y tenemos que tener claro a qué se tienen que dedicar.

El orientador es una figura clave también al decidir si un alumno promociona o no.
–Sí, pero de nuevo va a depender del grado de conocimiento que tenga y del tiempo que le dejen para la verdadera orientación las “actuaciones de bombero”. Hay orientadores a los que en los centros les ponen muchas horas de clase. En algunas comunidades, como en Madrid, incluso es obligatorio un mínimo de horas de clase. Pero hay otros a los que implican siempre en la organización del Día de la Mujer, por ejemplo.

En el libro distingo tareas que comparte con cualquier docente y específicas del orientador. La campaña de visibilización LGTBI la puedo hacer yo como orientadora, y cualquier profesor de cualquier área si está sensibilizado, cree que es un tema importante, pertenece al colectivo… pero él no va a dejar de dar las Matemáticas a su hora, ¿por qué el orientador tiene que hacer esto sin haber dejado resuelto lo otro?

Muchas veces los orientadores nos metemos en estos fregaos por estar a bien con la comunidad educativa, pero es que yo, en conciencia, mientras tenga un alumno de 2º de Bachillerato que no sepa lo que va a hacer el año que viene no puedo ponerme a dar clase, ni con la campaña LGTBI, ni con la de igualdad, de convivencia, medio ambiente o Educación vial. Y mientras tenga un alumno de 1º de ESO que está teniendo dificultades y no sabemos qué le pasa, no puedo ponerme con lo otro. Lo primero es que no falte la orientación vocacional, sobre todo en los momentos clave, 2º Bachillerato, 4º de ESO, incluso 3º de ESO, porque hay que definir el itinerario, que también es muy importante. Mientras tengamos niños tomando decisiones vocacionales y niños con dificultades… hay que delimitar qué les pasa para poder organizar la respuesta a estos niños.

Hay profesores que culpan de todo a los padres y madres, por lo mal que educan a sus hijos…
–Lo decía el proverbio africano: Para educar a un niño hace falta toda la tribu. Los padres hacen una parte, el sistema educativo, la suya… Pero un rato de internet muchas veces puede revertir el mensaje que los padres les han querido dar durante años, o el sistema educativo, que es todavía más frágil.

No se puede responsabilizar solo a una parte, ni tampoco sería justo decir que esta generación está fatal, porque desde la época de los clásicos siempre se ha dicho que cada generación era peor que la anterior, cuando en realidad cada generación siempre ha aportado más a la anterior. En el siglo XXI seguramente el ser humano vive bastante mejor que en el XI. Yo creo que vamos hacia delante y que tenemos que tener un espíritu positivo y optimista, y no dejar de luchar. Tenemos una juventud con muchísimos valores. Ahora los chicos y chicas fuman menos, hacen deporte, están más implicados en causas sociales, voluntariado, ecología… Hacen muchas cosas, seguramente más que sus padres a su edad. Yo me encuentro en el instituto cada día con jóvenes admirables.

Tres décadas de orientación

Cobos lleva 30 años al pie del cañón. Desde el día a día en el instituto ha vivido la llegada de cada nueva ley educativa, o el incremento de casos en su día anecdóticos, como las autolesiones.

Recuerda cómo en los ochenta los orientadores empezaron a ser fundamentales, cuando los niños y niñas con diversidad “dejan de estar en muchos casos escondidos en las casas y van a las escuelas ordinarias”. Después, con la Logse, el sistema se moderniza, la Educación intenta ser más comprensiva, se extiende la escolarización hasta los 16… “y ahí de nuevo la Administración vuelve a dar un empujón a la orientación, sobre todo en Secundaria, donde todavía quedaba profesorado con una mentalidad de catedrático de instituto (“El que quiera, que venga; el que no, que no venga”), que era necesario cambiar”. Para Cobos, la Logse supuso el verdadero cambio real en el sistema, porque ahora los profesores tenían que tener a ese alumno en clase hasta los 16, no le podían echar.

Ahora, con la Lomloe, cree que se impone el cambio de la calidad: “Se debe conectar el sistema educativo con la realidad, para que logre personas más versátiles para un mundo del siglo XXI donde todo va muy rápido, las tecnologías se apoderan de nuestras formas de comunicarnos y relacionarnos, y necesitamos personas capaces de estar en este mundo tan flexible, tan cambiante y tan impredecible. El sistema educativo español tiene que superar una tradición academicista muy apegada”, sentencia.

Han pasado las leyes, y, como orientadora, Ana Cobos ha ido detectando entre sus alumnos los primeros casos de trastornos de la alimentación, o de autolesiones, que después se han ido incrementando con el paso del tiempo. “Cuando lo descubres, se sienten muy culpables. Hablas de por qué lo hacen, intervienes… pero al final son ellos los que tienen que hablar con sus padres, son temas íntimos de la familia, tú puedes ser intermediaria y apoyarles en el proceso, pero tienen que ser ellos”. También se ha ido enfrentando a sus primeros casos de alumnos transgénero, “unos de los casos más bonitos para trabajar en orientación, porque estás ayudando a esa persona a ser ella misma”.

En este tiempo, Cobos ha ayudado a muchísimos alumnos de Bachillerato a estar informados, a conocerse mejor a la hora de tomar decisiones adecuadas, “una inversión muy rentable, porque esas personas van decidir de un modo más firme, lo que es un ahorro económico, porque cada vez que un alumno deja una carrera es un gasto muy grande para las arcas públicas y un desgaste emocional, una frustración para esa persona y para su familia”.

A Cobos siempre le ha funcionado generar un clima de confianza cada día, “con una sonrisa, una palabra amable, estando a disposición de quien te lo pide, dejándolo todo cuando viene un alumno al departamento, porque el adolescente no entiende que eso que le ocupa el pensamiento ahora, que es tan grave, se pueda dejar para mañana”.

La presentación, el 6 de junio en el Ateneo de Málaga

Ana Cobos Cedillo estará presentando Manual de orientación educativa. Teoría y práctica de la Psicopedagogía el próximo 6 de junio en el Ateneo de Málaga. Lo hará acompañada de la presidenta del Ateneo, Victoria Abón; Juan Antonio Planas, orientador educativo y presidente honorífico de Copoe, y Esperanza Samaniego García, orientadora educativa y presidenta de la Asociación de Orientadores y Orientadoras de Málaga (Aosma).

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Comentarios

  1. Silvia
    10 de julio de 2023 21:37

    ¿Cuándo ha orientado un orientador? Esta entrevista me parece una falta de respeto a todos los miles de docentes que sufrimos a los orientadores en los centros educativos,
    No quieren dar clase, no pidan un aula, pero te dicen cómo tienes que dar tu clase. Eso sí, lo dicen entre café y café, que no sé ni cuántos se toman al día. Nada es su trabajo, todavía no he visto a un orientador trabajar en 20 años de docencia.
    Un gasto inútil de millones de euros.