Safia El Aaddam: "Mientras haya niños y niñas excluidos del sistema educativo, se ha convertido en un privilegio"

Safia El Aaddam es comunicadora y activista, conocida en redes como @hijadeinmigrantes. Realiza campañas sociales, enfocadas a la lucha contra el racismo institucional. Para ello ayuda a otras personas basándose en su propia experiencia como hija de inmigrantes. Recientemente ha escrito y publicado su primer libro, con el título de su perfil de redes sociales: Hija de inmigrantes (Nube de tinta). Narra las vivencias de una joven nacida en España siendo de origen amazigh, Lunja, a través de las sesiones con su psicóloga.

¿Recuerdas tu primera experiencia con el racismo?
— Sí, fue a una edad muy temprana por el color de piel y por el pelo rizado. El colegio no es un lugar seguro para personas racializadas, personas migrantes y personas pobres.

¿Cuál es la clave para acabar con ese racismo?
— Hace muchísima falta formación con perspectiva antirracista en la Educación sobre todo, y del profesorado. Además es importante acercarnos a la realidad de los niños y las niñas pobres.

¿De dónde debería venir esta formación?
— Desde las instituciones mismas, creo que es algo que no debe hacer la familia, ni deben hacer los niños que es como se está haciendo ahora mismo. Desde las instituciones y los departamentos de Educación ponerse las pilas y empezar con esta formación que es muy necesaria.

¿Te sentiste discriminada durante tu etapa escolar? ¿Y tu etapa en el instituto?
— Sí, me sentí discriminada tanto en la etapa escolar como en el instituto. Era una discriminación general, porque vivimos en una sociedad que estructuralmente y sistemáticamente es racista. Cuando hay un “bicho raro” en el colegio o en el instituto, se reproducen esos comportamientos racistas que son sistemáticos, que cualquier persona que forme parte de esta sociedad puede ejercer sobre cuerpos racializados e inmigrantes.

¿Crees que las cosas se siguen manteniendo igual en la actualidad?
— Igual que hace 25 años no, pero sí que se sigue manteniendo una estructura completamente racista y no se ha avanzado muchísimo en el cambio. Desde hace unos cuantos años estamos intentando cambiar esta situación pero parece que nos hemos estancado.

También hablo de las personas referentes, del profesorado referente, los niños y las niñas racializados no tienen referentes de su mismo color o su misma condición en las instituciones públicas. Esto es debido al racismo institucional que obliga a tener la nacionalidad española para ser funcionario y trabajar en las instituciones públicas. Este requisito sería comprensible si de la otra parte no fuera necesario hacer malabares para conseguir la nacionalidad española. Estamos halando de gente que ha nacido en España o que lleva muchos años en España, tiene incluso una carrera y un máster y no tiene la nacionalidad española.

En la escuela, a nivel de estudios, ¿hay referentes para las personas racializadas?
— Coges un libro de historia, de biología, de castellano, de catalán… y todos son nombres típicos, personas blancas, no hay diversidad. Entonces, los niños y las niñas crecen en un ambiente en el que no se ven reflejados en ningún otro espacio, se acentúa el síndrome de la impostora porque piensas que no puedes llegar a algunos sitios, ya que no hay nadie como tú ahí.

¿Es la Educación un privilegio en nuestro país?
— Yo pienso que mientras haya niños y niñas excluidos del sistema educativo, se ha convertido en un privilegio para ellas. Si algo que es un derecho básico, hay muchísima gente no tiene acceso, es un privilegio. Y acceso no significa entrar al colegio y tener una silla, es tener garantizados los libros, el material escolar, todas las herramientas para que tú puedas estudiar y no acabes fracasando, que es lo que hacen la mayoría de personas que no tienen estos recursos. Yo vengo de una familia muy pobre que no ha tenido material escolar ni libros y es bastante complicado, a día de hoy esto sigue pasando en muchos colegio e institutos, hay otros en los que se intenta dar a todos, facilitar… pero no es algo que se esté dando en todos los colegios actualmente.

¿Crees que la gente no racializada es consciente del racismo estructural presente en nuestra sociedad?
— No, porque lo tenemos tan arraigado, que cuando se denuncian estas prácticas o estas situaciones la gente blanca se pone a la defensiva, como si tú estuvieras atacando. Decir que una sociedad es racista o que una persona es racista no es insultar, es decir que la persona ha nacido y crecido en un entorno racista y que tiene que tener en cuenta otros cuerpos y otras realidades. Yo creo que esa insistencia por decir “yo no soy racista” contribuye a seguir normalizando este tipo de racismo y no cambiar.

¿Cómo nace tu libro Hija de inmigrantes?
— Hace mucho que escribo en redes sociales, escribo historias, realidades que me van llegando y el amor por la escritura lo tengo desde hace mucho tiempo. Fui descubriendo a medida que escribía y que emocionaba a la gente, que había realmente un talento por la escritura. Así fue, progresivamente escribiendo, muchísima gente sintiéndose identificada, entendiendo, identificándose… de ahí sale la idea de hacer una novela, Hija de inmigrantes, que además es la temática que trato: cómo es ser hija de migrantes en España.

¿A quién está dirigido y qué objetivo persigue?
— Está dirigido a todas las personas que trabajen con infancia y adolescencia, profesorado, profesionales de la salud mental, trabajadoras sociales y educadoras sociales y, sobre todo, a hijas de migrantes que se puedan sentir identificadas. La temática del libro es muy interesante. El hilo conductor es la salud mental, que conduce a la protagonista a descubrir que los orígenes de sus problemas de salud mental se dan en la infancia, con los traumas que sufre en la escuela. Porque todas estas cosas que hemos estado hablando son traumas y una niña o un niño de 6 o 7 años no está preparado para afrontar esta diferencia de clase tan temprana, de ver compañeros con material escolar, con libros… y él no. Además de sufrir la violencia a una temprana edad en el colegio. Creo que es muy interesante y la verdad que estoy muy contenta con toda la acogida que ha tenido el libro.

¿En qué os parecéis la protagonista, Lunja, y tú?
— En muchísimas cosas nos parecemos, y se parece a muchísimos niños y muchísimas niñas que actualmente están estudiando y están en estas instituciones que queremos cambiar. Y a muchísimas personas que han pasado por ellas, que han leído el libro y se han sentido identificadas, que han reconocido sus vivencias, que ha sido una terapia para ellas y se han sentido comprendidas por un momento.