Alegría: "Ha quedado demostrada la poca utilidad de una selectividad memorística"
Pilar Alegría sostiene que "con una Educación más basada en las competencias, necesitábamos adaptar el modelo de evaluación de la Ebau".
La ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, asegura que «ha quedado demostrada la poca utilidad o la utilidad menor que tenía una prueba que trataba de conocer la capacidad memorística del joven». Por eso, sostiene, «necesitábamos implantar un nuevo modelo de prueba de acceso a la universidad que valorase más las competencias adquiridas».
Así se ha pronunciado en una entrevista a Efe sobre la reforma de selectividad propuesta por el Ministerio, que, según anuncia, acaba de remitir a las comunidades autónomas y a las universidades un borrador sobre la nueva EBAU con el objetivo de adaptarla a la Lomloe, conocida como ley Celáa, que planea, como informó MAGISTERIO, pasar de cuatro a dos exámenes, uno de los cuales es una prueba de madurez académica que acabará teniendo un peso del 75% del total.
Alegría recuerda que «estamos hablando de una prueba que llevaba a que los jóvenes durante unos días tenían que memorizar muchos contenidos, llegaban los tres días de exámenes, escribían lo que habían memorizado y ahí se jugaban un 40%». Por eso, añade, «la nueva EBAU ponderará no solo la capacidad memorística de nuestros estudiantes, sino principalmente las destrezas adquiridas».
Estamos hablando de una prueba que llevaba a que los jóvenes durante unos días tenían que memorizar muchos contenidos, escribían lo que habían memorizado y ahí se jugaban un 40%
"La titular de Educación tiene previsto formar grupos de trabajo a partir de septiembre con las comunidades autónomas y los rectores de las universidades para «ir mejorando» el nuevo modelo de Ebau, pero descarta por implantar una prueba única para toda España, como quiere el PP: «Cuando gobernó este país con mayoría absoluta ni se lo planteó; de hecho, la prueba que hoy estamos reformando es la que nos dejó el Gobierno del PP», recuerda.
Además, comenta que tanto los consejeros de Educación del PP como los rectores «saben que no es posible hacer una prueba única de EBAU, entre otras cosas, porque hay unas competencias perfectamente distribuidas que corresponden a las comunidades y a las universidades, a las que hay que respetar».
En este sentido, le sorprende especialmente la «incoherencia absoluta» del Gobierno de la Comunidad de Madrid, ya que ha presentado un recurso contra el decreto del currículo de Bachillerato «porque quieren hacer su propio Bachillerato y, sin embargo, para la EBAU piden una prueba única para toda España». «No se puede soplar y sorber al mismo tiempo», sostiene.
Tanto los consejeros como los rectores saben que no es posible hacer una EBAU única, entre otras cosas, porque hay unas competencias perfectamente distribuidas
"Pese al recurso presentado por el Gobierno de Ayuso y las dudas que puedan tener algunos profesores, la ministra confía en que el nuevo curso académico sea «lo más normal posible». En este sentido, reconoce que en el contexto político actual es «muy difícil llegar a un gran pacto por la Educación», aunque, sostiene, «eso no nos puede hacer caer en el derrotismo ni en el catastrofismo». Celebra, por ejemplo, los acuerdos alcanzados con «las 26 medidas que estamos trabajando con las comunidades y sindicatos para reformar y mejorar la carrera docente«.
Esta reforma es una de las prioridades de la ministra de Educación para lo que queda de legislatura, junto a la ley de enseñanzas artísticas, una norma que espera que el Consejo de Ministros apruebe como anteproyecto antes de que acabe 2022: «Nos faltaba una ley para clarificar y para dignificar al sector artístico, que está diseminado en distintos ámbitos legales, para conseguir una mejora y un reconocimiento».
Estamos valorando muy seriamente proponer un plan de eficiencia energética para los centros educativos; hablamos de recursos económicos para hacer frente a estos inviernos y veranos que estamos viviendo.
"Otra de las novedades que prevé el Ministerio es un plan de cooperación con las comunidades para dotar a los centros educativos de una mayor eficiencia energética, ante la crisis de suministros como el gas y el avance del cambio climático: «Hablamos de recursos económicos para mejorar su situación climática y hacer frente a estos inviernos y veranos que estamos viviendo».
Al respecto, avanza que «estamos valorando muy seriamente poder plantear un programa en esa dirección». Fuentes del Ministerio señalan que una de las ideas que barajan es dotar en los presupuestos generales del Estado a las comunidades de una partida para instalar placas solares en los centros y así fomentar una mayor independencia energética.
