El gasto medio en libros escolares rondó los 200 euros por hijo el último curso
La oferta de anuncios nuevos de libros escolares se ha triplicado respecto a mayo con un incremento mensual del 242%
A pocas semanas de que empiece el curso y con una inflación que supera el 10%, muchas familias buscan la vía de rebajar la elevada factura de los libros de texto. Algunas de las opciones a las que recurren son las librerías solidarias, las plataformas de compra-venta de segunda mano y los bancos de préstamo, además de las ayudas públicas, que no llegan a todos.
Desde el mes de junio, la oferta de anuncios nuevos de libros escolares se ha triplicado respecto a mayo con un incremento mensual del 242%, según informa Milanuncios. Esta tendencia ascendente se ha mantenido durante julio, con un incremento del 42%.
El gasto medio en libros de texto en el último curso se acercó a los 200 euros por hijo, aunque varía en función del centro y de la etapa educativa, llegando incluso a duplicar esa cifra. Una de las medidas más extendidas para ahorrar es solicitar las ayudas de las comunidades autónomas, pero no siempre es posible acceder a ellas por superar el umbral de renta.
Como medida de ahorro, las familias suelen recurrir a las ayudas de las comunidades autónomas, pero muchas se quedan fuera por superar el umbral de renta estipulado
Hace unos días la Consejería de Educación de Asturias, que ha destinado este año 1,7 millones de euros a subvencionar la creación de bancos de libros de texto en centros públicos de Primaria, ESO y FP, informó que había recibido 34.777 solicitudes de alumnos, de las que solo 16.630 cumplían los requisitos.
Por otro lado, en otras regiones los alumnos reciben este material a través de préstamos, que devuelven al término del curso, como es el caso de La Rioja, la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana, mientras que en otras se utiliza el cheque libro. Si no hay suerte en la obtención de la subvención pública, existe la opción de las plataformas de venta online de segunda mano, que permiten adquirir los libros a precios más bajos.
Ejemplos de estas vías alternativas encontramos varios, desde las más conocidas como Wallapop hasta otras que funcionan como un tablón de anuncios digital, como es el caso de Relibrea. También despuntan las redes de librerías solidarias, que recogen todo tipo de libros en buen estado, así como las fundaciones, que destinan los beneficios de la venta en becas de estudio, comedor y material escolar para menores en riesgo de exclusión social.
El objetivo último de todas estas acciones es rentabilizar los libros de texto que cada año utiliza el alumnado y que, en muchas ocasiones, acaban su vida almacenados en un trastero, confiados que en algún momento pueden consultarse una vez finalizado el curso y superada la etapa educativa.