Policía de la moral
Realicé una performance junto a la artista Julia Martínez llamada "450 gramos", frente a la embajada iraní | © Julia Martínez
Soy consciente de que mi entrada a Irán ya es una quimera. Explicaré con más detalles el porqué de ese veto diplomático y mira que es un país que conozco de manera razonable por medio de su cine, su literatura y, sobre todo, por la situación política acontecida en los siglos XX y XXI. Siempre he dicho una y otra vez que el pueblo iraní es, desde mi punto de vista, uno de los más valientes e insobornables que he conocido.
Siento fascinación por cómo, desde la resistencia civil iraní, han puesto en jaque a los diferentes gobernantes costándoles incluso su propia vida. Hace unos meses una ciudadana completamente desconocida incluso para los propios iraníes se ha convertido en la lucha por los derechos y libertades de las mujeres en Irán. El nombre de está heroína involuntaria: Mahsa Amini.
Esto fue debido a que Mahsa Amini fue abordada por la llamada «policía de la moral» para recriminarle que se colocara el hiyab correctamente, lo que la llevó a ser detenida, torturada y finalmente muerta debido a todas las penalidades que padeció. El clamor de la sociedad iraní no se hizo esperar y estalló una revuelta que ha llevado manifestaciones espontáneas por todo el país, lo que de nuevo ha generado detenciones arbitrarias, torturas y asesinatos de cientos de civiles.
Entre estas detenciones nos encontramos al futbolista profesional Amir Reza Nasr-Azadani. El hecho de que uno de los detenidos sea futbolista y no agricultor ha puesto el foco nuevamente en Irán desde el fallecimiento de Mahsa Amini. El fútbol es el único evento que paraliza el mundo, algo que lo hace inigualable y con ello la fuerza motriz para generar emociones que pocas veces otros campos puedan alcanzar. Un balón de fútbol hipnotiza a millones de personas, como hemos podido presenciar en el último mundial celebrado en Qatar.
Os relataba antes que había una razón de peso por la cual ya no podré visitar Irán bajo ninguna circunstancia: y es que realicé una performance junto a la artista Julia Martínez llamada 450 gramos, frente a la embajada iraní.
Nuestro balón de futbol estaba marcado con dos nombres: el de la ciudadana asesinada Mahsa Amini, con la que empezó las revueltas, y el del futbolista Amir Reza Nasr-Azadani. Ese balón pateado dentro de la embajada iraní jamás tendrá respuesta, como la muerte de Mahsa Amini y la posible ejecucción de Amir Reza Nasr-Azadani.