Cristina Gutiérrez: "Si no existiera la empatía, todos seríamos psicópatas"

La educadora emocional y escritora Cristina Gutiérrez relaciona la autoestima con el liderazgo. La investigadora critica cómo tener una vida ajetreada nos aleja de nosotros mismos y oculta nuestro autoconocimiento y autoestima. «Si no estoy bien conmigo mismo, es muy difícil que pueda estarlo con los demás», argumentó Gutiérrez.

La creadora del método «La Granja» ha participado en la conferencia de Educación emocional EMOTOUR 2023 sobre la empatía. Se trata de un evento organizado por La Granja y tuvo lugar en el CaixaForum de Madrid. Además, contó con el apoyo de Invulnerables y EduCaixa. El 23 de marzo se celebrará en el CaixaForum de Barcelona.

Pregunta. ¿Cómo surgió el método «La Granja»?

–A través de prueba y error y por desesperación, básicamente. Llevaba más de 18 años trabajando en la Granja Escuela de Santa María de Palautordera y por ella pasaban cada año más de 20.000 alumnos de escuelas públicas y privadas. Me di cuenta en el año 2002 que todo lo que me había funcionado educando, dejó de hacerlo. Los niños ya no me escuchaban como antes y no conseguía modular ni actitudes ni comportamientos.

Primero me frustré, luego me quejé y posteriormente me pregunté que si los niños habían cambiado, ¿qué podíamos hacer diferente? Ahí comenzó todo. 12 años después el método «La Granja» dio resultado.

¿Cree que los niños y los jóvenes presentan problemas a la hora de trabajar sus emociones?

–Tienen problemas de regulación emocional, tanto niños como adultos. Esto no se debe a que no tengamos capacidad de hacerlo, si no a que nunca se nos ha educado para trabajar estas situaciones.

¿Estamos ante una sociedad más frágil anímicamente?

–Así es, estamos ante una sociedad mucho más frágil. Este problema en cuanto a salud emocional y mental en aulas, hogares y empresas es una evidencia empírica.

¿Cómo se puede cuidar la comunicación?

–Primero con conciencia, reflexionando con quién vamos a tener una conversación. Debemos considerar desde qué emoción debemos conversar con alguien y saber cuál sentimiento va a utilizar la otra para respondernos. La empatía es básica en las relaciones entre humanos, pero es cierto que cuando estamos en estado de supervivencia pensamos primero en nosotros y en nuestros seres cercanos. Como seres humanos, necesitamos la empatía para sobrevivir como especie, ya que necesitamos cuidarnos los unos a los otros para trabajar en equipo, eso es lo que nos da fuerza. En el momento que esta comprensión se rompe, no solo se pone en riesgo la empatía, también nuestra especie.

¿Cómo se puede fortalecer el liderazgo?

–Lo primero, creyendo en ti mismo. El liderazgo necesita de una sana autoestima, tener una buena opinión de ti mismo. Requiere una opinión profunda, no una máscara que haga ver que soy estupendo, si no qué es lo que de verdad pienso de mí cuando me miro frente al espejo. El hecho de tener una vida ajetreada hace que nos alejemos de nosotros y que el autoconocimiento y la autoestima pasen desapercibidos. Hasta que no nos demos cuenta de que a veces es necesario parar para saber quiénes somos y qué necesitamos, iremos por la vida como «pollo sin cabeza» y ahí comienzan los problemas. Si no estoy bien conmigo mismo, es muy difícil que pueda estarlo con los demás.

Existen diferentes barreras entre las personas mayores y los niños. No solo en el ámbito tecnológico, también incluso en la propia empatía. ¿Cómo se pueden derribar estas diferencias para que ambos comprendan la empatía de la misma forma?

–Tenemos que entender algo simple y es que todos somos una sola cosa: humanos tratando de cuidar y proteger a otras personas. Sin embargo, en este proceso nos hemos olvidado de que somos seres humanos. Nos hemos alejado de nosotros mismos y, actualmente, las situaciones de autolesiones y suicidios han aumentado. Somos el primer país con más consumo de ansiolíticos en todo el mundo, superando a Estados Unidos. Creo que ha llegado el momento de reflexionar qué es lo que está pasando.

¿Es primordial enseñar a un niño desde pequeño a cómo trabajar la empatía?

–Es básico como seres humanos. Si no existiera la empatía, todos seríamos psicópatas. La empatía activa la voluntad de ayuda que tenemos los humanos. Somos animales sociales y si no trabajásemos estas emociones ya no estaríamos en el mundo. Lo que hace la empatía es desarrollar la capacidad de ayuda para que vivamos en sociedad.

¿Vivimos en una sociedad donde nos priorizamos a nosotros mismos?

–Sí. Vivimos en una sociedad donde destaca el «primero yo y luego yo». Sin embargo, esto es falso. Muchas veces somos más amables con los demás que con nosotros mismos. Nos tratamos muy mal. Vivimos en una sociedad donde se prioriza la cantidad de cosas que hacemos. Esto pasa con las redes sociales. El éxito parece que se relaciona con realizar numerosas tareas. Entonces, por una parte, sí que aparece el egoísmo, pero la realidad es que no nos sentimos bien con nosotros.

¿Cómo se puede tener una buena Educación emocional?

–Trabajándola desde pequeños. Primero entendiendo quiénes somos, qué queremos, creando lugares de confianza y generando en el aula y en el hogar espacios donde pueda mostrarse nuestra vulnerabilidad. Cuando estamos tristes, llegamos a casa y, en vez de disimular lo que sentimos, lo compartimos. Esto ayuda a que el niño te anime y que pueda  compartir también él las cosas que no le han gustado en el día a día. De esta manera, cuando sienta tristeza, no le cerrará la puerta a ese sentimiento. Cuando se niega lo que percibimos es que no existe conciencia y sin conciencia no hay la regulación emocional.

¿Qué debemos hacer cuando nos decepciona un hijo o un alumno?

–Cuando alguien nos decepciona solemos hacer dos cosas: humillarlos o dignificarlos. Cuando más alta tienes la expectativa en un alumno o un hijo más vas a sufrir. Dependerá de tu capacidad para tolerar la frustración si humillarás o dignificarás a la persona. Humillar es comentar que no esperabas que alguien realizase esa acción y dignificar es decir que es mucho mejor de lo que acaba de hacer.

¿Cree que la sociedad está evolucionando emocionalmente? 

–Sobre todo aquellos que han experimentado algún problema. Lo que ha ocurrido es que antes de la pandemia mucha gente me comentaba que la Educación emocional era una estupidez y que solo servía para aquellas personas que experimentase problemas. Con las sucesivas crisis y la Covid-19 esas armaduras se han ido cayendo. Hay muchos niños que lo están pasando mal y los padres se quedan perplejos, ya que nunca se imaginaban que su hijo pudiese autolesionarse, por ejemplo. Ahí eres consciente del mundo interior que existe en las personas y que hemos descuidado.

Descubrí entorno al 2002 que la cultura del «ser» estaba cambiado a la del «tener». Estamos tan ocupados que nos olvidamos de quiénes somos.