fbpx

Soy una montaña

escuelainfantil.netJueves, 16 de mayo de 2019
0

Primero, dialogamos con las niñas y niños sobre las montañas, plantas y animales que viven en ellas, clima… Recordamos, si alguna vez han estado de excursión, qué sonidos había, a qué olía, qué hicieron. Vemos algunas imágenes, buscamos en libros… Estudiamos sus diversas alturas y lugares del planeta donde están.

Les animamos a imaginar qué montaña serían ellas y ellos, si pudieran transformarse en una. Y les invitamos, con alguna frase, a iniciar el juego (la palabra meditación sería ideal utilizarla una vez
que ya hayan jugado varias veces a este tipo de juegos y estén familiarizados). Por ejemplo: ¿Os gustaría aprender a transformaros en una montaña con la imaginación? Nos sentamos todos en círculo y comenzamos la meditación.

DESTINATARIOS: + 3 años

MATERIALES Y RECURSOS:

Dibujo de una montaña, papel continuo, pinturas según la edad.

Opcional: imágenes en papel o a través de internet sobre distintas montañas (flora, fauna…).

Cinco minutos que ayudan a:

  • Entrenar la respiración consciente con la ayuda de un juego-historia, con visualización de forma lúdica y sencilla.
  • Sentir y desarrollar nuestra fortaleza y autoestima con la ayuda de la práctica de la atención plena.
  • Crecer en creatividad y capacidad de visualizar e imaginar.
  • Valorar que vivimos en una comunidad, un grupo, en el que todos tenemos nuestras fortalezas y cualidades, siendo a la vez diferentes y maravillosos.

La gran cordillera de mi clase

Tras la meditación, vamos a ir colocando las montañas formando una gran cordillera, en el papel continuo blanco. Cada niña o niño contará su experiencia y hablará de la montaña que es y, cuando la pegue junto a las de sus compañeros, dirá una frase: “Yo soy una montaña fuerte y llena de vida. Yo soy una montaña y pertenezco a esta gran cordillera. Soy una montaña llena de personas que viven en ella”.

Podemos utilizar también algunas frases de las pronunciadas durante la meditación de cinco minutos. Para que puedan explicarse, hay que dar tiempo a que cada niña y niño explique cómo se ha visto y qué le ha gustado o disgustado de la dinámica. Podemos terminar el juego dando unidad a todas las montañas, dibujando en el papel continuo, entre todas y todos, un valle debajo de las montañas y, encima, un gran cielo común. Si los niños son más mayores y quieren, pueden escribir frases que recuerden de la
meditación.

Por último, nos sentaremos, volveremos a realizar algunas respiraciones conscientes y disfrutaremos juntos de nuestra obra de arte y del juego realizado. Pautas para iniciar el diálogo El diálogo en este juego se inicia durante el momento en el que están pintando sus montañas: ¿cómo son las montañas, qué plantas y animales viven en ellas? Las niñas y niños suelen animarse a compartir
lo que piensan y sienten con más facilidad, cuando están realizando alguna actividad creativa o manual. Valoramos todas sus opiniones e ideas: una montaña llena de naturaleza o una con dos fábricas y tres coches, la que ha sufrido un incendio o la que acoge a una gran ciudad. Lo interesante es que cada persona sienta que sus ideas son aceptadas, que su montaña, la que ha imaginado, es fuerte y única, respetada por los demás y muy especialmente por su educador o educadora. El diálogo continúa al colocar todas las montañas en la gran cordillera. Es importante ayudarles a darse cuenta, que cada persona tiene su espacio en la cordillera, en la clase, que todos están juntos, son compañeros y a la vez son: diferentes, únicos y pueden compartir lo que son y sienten con los demás. Y el diálogo termina con la contemplación final de la gran cordillera. Es otro momento estupendo para que puedan compartir como se sienten. Variantes e ideas Puedes grabar la meditación con tu voz y, de fondo, alguna música con sonidos de la naturaleza o lluvia. Hemos utilizado la montaña para ayudarles a dar los primeros pasos en la meditación mindfulness, pero podemos ser gotas del mar, árboles de un bosque… Lo importante es seguir la secuencia de empezar por la respiración consciente, poco a poco, ayudarles a ser conscientes de su propio cuerpo, pasando las manos sobre él, mientras se transforman en el objeto que han imaginado. En todos los casos, estamos uniendo la respiración, el movimiento de las manos, que, a modo de masaje, ayuda a crear conciencia corporal, y la mente, que se mantiene atenta a la historia, a la visualización. Y siempre el diálogo al final, para compartir lo que hemos pensado, sentido y vivido.
Es imprescindible dar espacio a la comunicación, a la expresión.

¿QUIERES MÁS RECURSOS EDUCATIVOS?

Vamos a seguir jugando para mejorar la concentración, la autoestima y las habilidades de comunicación en tu casa o clase, convirtiendo la atención plena en un hábito.
Te acompaño durante 10 semanas con mi curso online Mindfulness Jugando en gemmasanchez.com

MEDITACIÓN GUIADA

Primero vamos a aprender a darnos cuenta de cómo respiramos.

¿Por dónde entra el aire? Sí, por la nariz. Cierra los ojos para estar más atento (opcional). ¿Y luego? El aire baja por tu garganta hasta tus pulmones y abdomen. Coloca una mano en el pecho y otra en el abdomen para darte cuenta. Sentirás como el aire infla y desinfla esas zonas de tu cuerpo.

Cuando entra el aire, se llama inspirar. Cuando sale, se llama espirar.

Inspirar, espirar… (Repetimos varias veces las palabras para que las comprendan y aprendan).

Necesitamos el aire para vivir. Nos alimenta. (Breve silencio).

Vamos a hacer un poco de magia con nuestra imaginación, nos vamos a transformar en una montaña.

Imagina, poco a poco, cómo tus pies y piernas, comienzan a tomar la forma de un valle. Puedes tocar tus pies y piernas. Son suaves como la hierba, hay un río o lago, animales tomando el sol, encima de ellas: conejos, abejas, mariposas….

Dibuja con tu mente, en tus piernas, lo que quieras. Conforme subes por tu tripa y pecho, hay más árboles, piedras de diversos tamaños, ciervos, lobos….Al pasar tus manos por tu cuerpo, dibujas todo lo que quieras. Cerca de tu garganta hay una cascada o el nacimiento de un río, un bosque muy frondoso.

Aves rapaces que hacen sus nidos en las altas rocas. ¡Nieve en tu cabeza, en la cumbre!

Huele a naturaleza, a plantas y a tierra. Nos hemos transformado en una gran montaña.

Repite conmigo: Inspiro, soy firme y fuerte como una montaña. Espiro, estoy llena de vida.

Inspiro, dejo que crezcan todos los animales y plantas que quieran. Espiro, soy generosa y acogedora.

Inspiro, soy parte de la naturaleza. Espiro y me siento bien. Me ha gustado ser montaña.

Ahora, poco a poco, empiezo a mover mis pies, piernas, abdomen, pecho, manos, brazos (pausadamente).

Me desperezo y vuelvo a ser persona. Siempre que quiera puedo repetir este momento e imaginar que soy una montaña.

Llega el momento de compartir la experiencia.

Puedo hacerlo pintando.

Cada uno va a pintar la montaña que ha imaginado a partir del dibujo en blanco y negro: sus colores, plantas y animales, clima…


Gema Sánchez Rivera,
Educadora especialista en la práctica de la atención plena a través de juegos y cuentos

0
Comentarios