Una serpiente con tres cabezas

Ha sucedido un hecho en España que no sé si definirlo como histórico, pero que yo tenga conocimiento no se había dado en décadas. Y es que el monopolio del que disponía la izquierda infranqueable como altavoz y único discurso sin réplica se ha encontrado que ya no es dueño del coto de caza privado que campan a sus anchas y disparan a sus presas sin oponer resistencia, ya que otros actores con diferentes espectros ideológicos también han decidido jugar en un tablero de ajedrez sin complejos, mover trebejos y dar jaque con sus ideas sin importar los efectos colaterales.

Algunos lo llaman “batalla cultural», otros lo definen como la “derecha punk”. De hecho, he visto ataques sistemáticos a la articulista Rebeca Argudo, al youtuber conocido como InfoVlogger o a la política Cayetana Álvarez de Toledo, que son a mi parecer los que se han posicionado en una nueva guerra sin cuartel para derribar nuevamente el artificial muro de Berlín, como ya hiciera en su momento el papa Juan Pablo II. Pero hay que decir que ha entrado en escena un tercer jugador: los apolíticos, los abstencionistas y los libertarios. Esta liga de cerebros incorruptibles juegan a favor por innumerables razones y es tan sencillo como observar que la especie homo sapiens es la más peligrosa que habita en el planeta.

Desde el ángulo abstencionista diría que el máximo exponente mediático es el abogado Rubén Gisbert, quien recientemente ha sido imputado, que no condenado, por delitos de odio y desinformación con respecto al conflicto de Ucrania. La fiscalia pide para el abogado cuatro años de prisión.

Como libertario tenemos al superdotado intelectual y niño bonito Juan Ramón Rallo, el hombre que se ha triturado a todos y cada uno de los oponentes en cada uno de los debates que ha realizado con una tranquilidad que maravilla a los que seguimos a este titán del pensamiento minimarquista, anarcocapitalista y paleolibertario. Para que os hagáis una idea, su mentor ha sido el candidato eterno al Premio Nobel de Economía Jesús Huerta de Soto, el mayor experto del mundo en habla hispana en conceptos libertarios.

Y, por último, tenemos a los apolíticos, que ya por derecho propio son el pueblo elegido. Estos ni se molestan en tener Twitter o cualquier red social de odio sistemático ni en entrar en dimes y diretes. Aunque dicho estudio no existe por el momento, pronostico que en unos años existirá y el titular rezará así: “La Universidad de Harvard realiza una revisión de pares con un seguimiento de 30 años en 2.000 personas declaradas apolíticas con edades comprendidas entre los 60 y 80 años observando que viven una medía de siete años más que los que han votado a lo largo de su vida».

Vosotros sois mis héroes.