Animación de alta calidad en 3D
Catorce años después de que Toy Story dejara boquiabierto a medio mundo, acaba de llegar a las pantallas del cine la versión en 3D de la popular y pionera película de Pixar. Y si hablamos de innovación en tres dimensiones también hay que tener en cuenta a G-Force: Licencia para espiar, una aventura llena de acción protagonizada por… ¡cobayas!
Juguetes con marcha
¿Dos juguetes que luchan por ser los favoritos de su dueño? ¿Un muñeco intergaláctico que tiene crisis de identidad? La historia de Toy Story es francamente original e inolvidable. Woody, un vaquero con sombrero y pistolas, ha sido siempre el juguete preferido del chaval Andy. Pero los tiempos cambian en las tiendas y se ha puesto de moda Buzz Lightyear, un muñeco futurista. Cuando Buzz se convierte en la nueva y más preciada posesión de Andy, el cowboy Woody queda desolado y triste, y recibe el consuelo de los otros juguetes. Por otra parte, Buzz, además de mostrarse muy egoísta y autosuficiente, no sabe que es un juguete y piensa que es realmente un hombre del espacio… Las cosas cambiarán cuando descubra poco a poco su verdadera identidad y necesite la ayuda de sus compañeros. La acción, las sorpresas y los golpes de humor son constantes en este film lleno de valores, como la amistad, el compañerismo y la aceptación de uno mismo.
La revolución de la animación digital
En 1995 la película Toy Story lo cambió todo. Fue la primera película de la historia hecha íntegramente con tecnología digital, y gracias a la aventura de Woody y sus amigos el ordenador dejó de ser una máquina inhumana para los creadores y se convirtió en un extraordinario instrumento para producir arte, para emocionar y para hacernos soñar. Pero las cosas hubieran tomado otro camino muy diferente si todos los esfuerzos se hubieran centrado únicamente en la avanzada y sorprendente tecnología… Por fortuna, detrás del audaz proyecto había un hombre que tenía ideas muy claras y distintas respecto hacia dónde debía encaminarse la tarea. El máximo responsable de la película, John Lasseter, sabía que el secreto del éxito estaría en el guión, en la historia que se iba a contar. Se debían elaborar guiones ingeniosos, divertidos y a la vez profundos, que aportaran valores positivos al espectador. Y eso es lo que hizo con esta primera película de su recién creada empresa de animación, denominada con mucho acierto Pixar.
Ahora, a la vuelta de casi 15 años, cuando la Compañía Pixar ya ha dado muestras de su enorme talento con un formidable elenco de películas, es cuando se ha producido otro nuevo salto tecnológico: un nuevo tratamiento de las tres dimensiones. Y han decidido con mucho acierto transformar al 3D su primera película, quien sabe si como primer escalón hacia la transformación a ese formato de sus anteriores filmes de dos dimensiones. Lo que está claro es que Toy Stoy 3D es un aperitivo para lo que está por venir, pues seguramente todas las demás películas de aquí en adelante lleguen ya en ese formato, como ya hemos podido comprobar este verano con Up y como lo haremos sin duda con Toy Story 3, cuyo estreno está previsto para la primavera de 2010.
Cobayas a lo James Bond
G-Force supone el debut como director del oscarizado y experto en efectos especiales Hoyt Yeatman. El debutante cuenta con el respaldo del famoso productor Jerry Bruckheimer (Piratas del Caribe), en la que es su primera película en 3D. Y la verdad es que el equipo técnico ha echado el resto, de modo que la película gana mucho cuando se ve en este formato.
¿Pero qué son los G-Force? Muy sencillo: un comando especial de agentes de la ley. Lo raro es que se trata de un comando formado por tres cobayas y un topo. Han sido entrenados por el gobierno y son tan efectivos o más que cualquier ser humano. El problema es que los fondos que les mantienen corren peligro, porque los nuevos jefes gubernamentales creen que los G-Force no sirven para nada. Esto sucede justo cuando el comando especial descubre un maquiavélico plan para acabar con el mundo.
Estamos ante una película muy familiar, divertida, llena de acción y diversión, que gustará a todos los públicos. Es genial, especialmente, ver a los animales en acción. Y es que ellos son los auténticos protagonistas de la historia. Hechos por ordenador, son un auténtico lujo visual. Los movimientos precisos y casi ilimitados que realizan y las diferentes texturas que tienen los pelos que envuelven su cuerpo, los convierten en virguerías animadas. Pero más allá de las modernidades –también presentes en el giro final que ofrece el guión-, G-Force cumple con los parámetros de este tipo de películas especialmente dirigidas a los más pequeños. El contenido es abundante en valores positivos y ofrece lecciones valiosas como la importancia de la confianza en uno mismo y en los demás, así como del trabajo en equipo.
Detrás del telón
El hombre responsable de que miles de personas puedan disfrutar de las creaciones de la compañía Pixar se llama John Lasseter. Nacido en Los Ángeles en 1957, Lasseter revolucionó el mundo de la animación en 1995 con la creación de la aventura protagonizada por Woody y Buzz Lightyear. Así lo reconoció la Academia de Hollywood, cuando otorgó un Oscar especial a John Lesseter, por su aportación e inspiración tecnológica que había hecho capaz la animación digital. Además la película recibió otras tres nominaciones a la dorada estatuilla.
Pero John Lasseter tiene claro su propósito y el papel real que juegan los ordenadores: «Mucha gente sigue con la idea de que hago una película sentándome frente al ordenador y tecleando la orden ¡hazme una película con emociones, sentimientos y personajes creíbles! y que luego le doy a tecla de retorno y ya está. Mis filmes están hechos a mano por 400 artistas que disponen del ordenador como una herramienta más.»
Y respecto al enfoque de sus películas dice: «Hacemos las películas que nos gustan. Es decir, el tipo de películas que nos gustaría ir a ver. Las películas que más me gustan son las que me hacen reír hasta las lágrimas, y que me conmueven al mismo tiempo. A mí me no me da vergüenza llorar en el cine. Me influyó mucho Frank Capra y la forma en que sus trabajos te llegaban al corazón y te emocionaban.»