Comer fuera no es siempre un peligro

De las cinco comidas que deben hacerse a diario, apenas dos
se hacen en el hogar. Esto ha contribuido a disparar la tasa
de obesidad infantil. Sin embargo, ya se están haciendo esfuerzos
por cambiar esta tendencia.

Autor: ALEJANDRA RODRÍGUEZ

El pasado 29 de mayo se celebró el Día Nacional de la Nutrición, una iniciativa que desde hace algunos años pone en marcha la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad). El lema escogido: Dentro y fuera del hogar, cuida tu alimentación.
Y es que, según las últimas encuestas, los españoles nos alimentamos cada vez peor, y buena parte de ello se debe a que cada vez se come menos en casa. Así, los adultos tienen cada vez menos control sobre lo que comen ellos mismos y, sobre todo, de lo que toman sus hijos cuando salen por la puerta.
Por ello, se está dando una situación paradójica. Por un lado, la obesidad infantil ha alcanzado cotas alarmantes por el abuso de productos y conductas importandos fundamentalmente de EEUU, donde el sobrepeso amenaza ya con desbordar el sistema sanitario.
Por otra parte, los problemas relacionados con la conducta alimentaria siguen haciendo mella entre las adolescentes de nuestro país y, en ocasiones, los padres se dan cuenta demasiado tarde porque es prácticamente imposible advertir las señales de alarma –comer cada vez menos, renunciar a ciertos alimentos, usar productos depurativos, vomitar– Si los jóvenes apenas paran en casa para comer…
No obstante, los expertos ya han avisado de que detectar estas conductas en el comienzo es fundamental para evitar que la patología vaya a mayores. De hecho, un trabajo reciente demostró que las jóvenes que empiezan a tontear con la comida o tratan de hacer dietas o regímenes corren más riesgo de sufrir estos trastornos y, contradictoriamente, de acabar sufriendo sobrepeso.

Para alejar tanto el fantasma de la obesidad de los niños como la anorexia y la bulimia de los más mayorcitos, y dado que hacer las cinco o seis comidas en casa es prácticamente imposible, la Fesnad ha hecho un llamamiento a restaurantes, hospitales, colegios, universidades… Y, en definitiva, a todos aquellos lugares donde tengan que dar de comer a mucha gente, para que se esmeren en la elaboración de los menús, de manera que sean sanos, equilibrados y compatibles con la saludable dieta mediterránea. Además, los consejos que se han ofrecido en este día para asegurarse de llevar una alimentación sana, incluso aunque no se coma en casa:
1.Variar el menú a diario.
2. Dedicar un mínimo de 40 minutos a comer y preocuparse de hacerlo sentado y masticando bien. En el caso de los más pequeños, este momento debe ser supervisado por monitores cualificados.
3. Es conveniente elegir un menú que combine todos los grupos de alimentos. Por ejemplo, los harináceos (pan, pasta, patatas, arroz, legumbres) son idóneos como primer plato o guarnición.

No pueden faltar las verduras y hortalizas, que pueden ser un plato principal o acompañar a otros y que se pueden preparar enteras, en ensalada, en puré o en crema. El mejor aliño es el aceite de oliva y se deben restringir las salsas, especialmente si son precocinadas.