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Al día: dos raciones de fruta y tres de verdura

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Si bien casi el 74% de los individuos de entre 55 y 65
años procura ingerir esta cantidad de vegetales, el 57%
de los pequeños de la casa y los jóvenes no alcanzan
este umbral saludable propuesto por la OMS.

Autor: ALEJANDRA RODRÍGUEZ

Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta equilibrada y saludable debe incluir, diariamente, unos 400 gramos de vegetales. Esta cantidad equivaldría a dos raciones de fruta y tres de verdura.
De cumplir con esta directriz, muchas de las enfermedades que se han erigido en auténticas lacras de las sociedades desarrolladas (hipercolesterolemia, hipertensión, obesidad, sobrepeso, diabetes del adulto, algunos tipos de cáncer…) estarían controladas. De hecho, muchas de las campañas que desde diferentes instituciones se han llevado a cabo, incluido en Ministerio de Sanidad, tratan de fomentar el consumo de cinco raciones diarias de productos vegetales.
Cualquiera diría que España, al estar protegida por los hábitos y costumbres mediterráneos, no tendría que preocuparse excesivamente de estos consejos. Sin embargo, los datos de un estudio llevado a cabo recientemente por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y Hero Nutrición demuestran que el mero hecho de estar situados en la cuenca del mar Mediterráneo no es suficiente para alejar el fantasma de la enfermedad.
Para empezar, según el seguimiento Hábitos alimenticios de los españoles 2006, el 43% de la población de nuestro país no cumple con esta recomendación; algo que se vuelve, si cabe, más preocupante en el caso de los niños y adolescentes. Si bien casi el 74% de los individuos de entre 55 y 65 años procura ingerir esta cantidad de vegetales, el 57% de los pequeños de la casa y los jóvenes no alcanzan este umbral saludable propuesto por la OMS en cuanto al consumo de fruta y verdura diaria. En cuanto a la distribución por regiones, los levantinos parecen estar mejor posicionados en este escalafón, aunque todavía tienen que mejorar. En el extremo opuesto, gallegos y madrileños merecen un tirón de orejas, puesto que, fundamentalmente en lo referente a la ingesta de fruta, reciben un suspenso.
No obstante, la población no ha dado la espalda a estos alimentos por ignorar sus beneficios. Todo lo contrario. La inmensa mayoría de los encuestados sabe que ingerir más cantidad de fruta y verdura tiene repercusiones muy positivas en su salud y es capaz, incluso, de referir algunas dolencias que se evitarían mejorando su dieta en este sentido. De hecho, muchos de ellos se han propuesto modificar este hábito para aumentar la presencia de estos productos en su cesta de la compra.
Y es que no todo son malas noticias. El trabajo recién presentado revela que en los últimos años se ha producido una sensible mejoría en los hábitos alimenticios de los españoles. De hecho, muchos de los individuos encuestados afirman haber incrementado el consumo de fruta y verdura (aunque admiten que sigue siendo insuficiente), que optan por alimentos lo más bajos en calorías posible y que han hecho un esfuerzo por reducir la ingesta de grasas saturadas.
En opinión de los especialistas, la población está aún a tiempo de revertir esta corriente que nos lleva a un desastre nutricional y, en consecuencia, a un problema de salud pública de dimensiones escalofriantes. En general, hay que recuperar los patrones tradicionalmente mediterráneos, y eso pasa indefectiblemente por reducir el consumo de carnes rojas y alimentos de origen animal, de elevar el de pescado y legumbres y, sobre todo, de incrementar las raciones diarias de vegetales.
Los antioxidantes que contienen estos productos no pueden almacenarse en el organismo, de manera que han de consumirse diariamente para gozar de sus bondades para la salud. Una buena manera de aumentar el protagonismo de frutas y verduras es, por ejemplo, meter una pieza de fruta en el desayuno o en la mochila para el recreo de nuestros hijos.
Por otro lado, es conveniente recuperar el hábito de ofrecer fruta en el postre. Antiguamente esto era prácticamente una norma. Sin embargo ahora, y fundamentalmente en los colegios, la fruta ha sido desplazada a favor de postres lácteos y dulces.

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