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Juguetes de Ayer y Hoy

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Autor: Laura del Pozo

Llegan las Navidades y estas son época de celebración, de estar en familia, pero también de nostalgia y recuerdo. Cuando nos sentamos con nuestros hijos a escribir la querida carta a los Reyes Magos, es inevitable recordar esos tiempos en los que una muñeca de trapo o un caballo de madera eran todo el universo de nuestros sueños. Los tiempos cambian, y mientras nos preguntamos cómo diantres se escribe Barbie, no podemos evitar recordar esos juguetes de nuestra infancia que tantas satisfacciones nos produjeron y que tanto han cambiado.
Pongamos por ejemplo las muñecas –uno de los regalos más demandados por las niñas–. Las primeras muñecas eran de porcelana y su disfrute estaba al alcance de muy pocos privilegiados que podían pagar estas obras de arte. Después llegó el papel y las muñecas entraron en las casa más humildes –por desgracia, más de una vio derretirse a su bebé de cartón piedra por un desafortunado accidente acuático. Con el plástico llegó la revolución. La fabricación de muñecas se disparó y empezaron a sonar con fuerza los primeros nombres propios: Barbie, Nancy… Pero no sólo cambió el material, también varió el físico, aparecieron los complementos y por primera vez ¡la muñeca hablaba! Inolvidables son sus primeros balbuceos: ¡Mamá!
Después, todo sucedió muy deprisa. La Barbie y las Barriguitas se sofisticaron y nuestro Nenuco pasó de hacer pis a hablar él solito.
¡Cómo cambian los juguetes!
A nadie le sorprende hoy en día ver a un pequeñín hablando por el móvil con su padre. Las nuevas tecnologías se han instalado en nuestras vidas y está claro que los que más disfrute encuentran en ellas son los jóvenes. Los juguetes han cambiado a tenor de este desarrollo, pero también han aparecido otros nuevos, inimaginables hace apenas veinte años, pero muy presentes en el ocio de nuestros hijos.
A veces esta explosión de tecnología nos llena de miedo y dudas, especialmente cuando los comparamos con nuestros juegos tradicionales, pero es importante que sepamos ver dos cosas: primero, que son absolutamente diferentes y que cada uno a su manera puede estimular el desarrollo del niño. Y segundo, que el peligro no reside tanto en el juguete en sí como en su adecuación a la edad del niño y la utilidad que se le dé al mismo –y esto dependerá en gran medida de los padres.
Los juguetes en general ayudan al niño a entrar en relación con su entorno, aprendiendo e imitando roles y adáptandose a nuevas situaciones. Es a partir de los cuatro años cuando el pequeño se fija en el adulto y copia sus actividades, actividades éstas muy relacionadas con el manejo de las nuevas tecnologías, por lo tanto no es de extrañar que demanden artículos que ellos identifican con lo que hace papá o mamá. El manejo de botones y joysticks es otro modo de capacitar al niño para su vida adulta. ¿Dónde reside el peligro?En el uso abusivo de estos juguetes y en que estos no se correspondan con la edad y necesidades del niño.

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