fbpx

Unidos en el juego

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
0

Muchas veces, al educar a los hijos nos preguntamos ¿lo haré bien?, y ahora ¿cómo debo reaccionar frente al comportamiento de mi pequeño? Al ser padres no necesariamente tenemos que saber cómo serlo, ya que es una de las tareas más difíciles y complejas que afrontamos en la vida.

La palabra mágica en el aprendizaje de los pequeños es jugar, jugar y jugar, ya que el juego es el trabajo del niño. Experimentar ensayando las cualidades de las cosas y de las situaciones. Explorar en la práctica viviendo día a día su propia experiencia. Enriquecer su mundo a través de juegos gimnásticos, acuáticos y musicales, para darle así la oportunidad de desarrollar al máximo sus cualidades innatas, con una óptima calidad y en el momento oportuno del aprendizaje. Teniendo en cuenta que la máxima plasticidad del cerebro tiene lugar en los tres primeros años de vida, se puede afirmar, sin ningún género de duda, que es posible aumentar la capacidad de aprendizaje del niño, pero eso no significa que lo haga.

En el proceso del aprendizaje influyen otros factores como el interés y la concentración para resolver todas las dificultades que aparecen por el camino, así como, el estímulo de querer adquirir nuevos conocimiento y la capacidad de adaptación. Todo eso sólo es posible aprenderlo si lo practicamos a través de los juegos correspondientes para cada etapa. Hay que ofrecer al niño la oportunidad de descubrir el autoestímulo y que en el futuro sepa él mismo hacer interesante su actividad, obteniendo el máximo provecho. Así se sentirá satisfecho consigo mismo.

La autovaloración y el autoestímulo del niño se forma en un ambiente sensorial estimulante a través de las actividades. Despertarán su curiosidad general y se le inculcará el interés por aprender de una manera divertida y amena. Los padres, al tomar plena conciencia de las necesidades motrices, intelectuales y emocionales de sus pequeños lograrán una relación paterno-filial plena de ternura, solidez y equilibrio. Al fin y al cabo, ya que todos somos el resultado de la pobreza o riqueza social, intelectual y emocional de nuestra infancia, intentemos hacer todo lo posible para que nuestros hijos tengan la mejor formación para una vida lleno de éxitos.

Todavía en muchas familias existe la idea equivocada que un bebé no se percata de lo que ocurre a su alrededor. Pero los pequeños al contrario son una esponja de curiosidades. Su mayor deseo es ver cosas nuevas, escuchar sonidos, tocar objetos diferentes y sobre todo notar el amor de los padres a través de gestos afectuosos, sonrisas, canciones, caricias largas y suaves.

En el aprendizaje hay siete pasos fundamentales para adquirir la capacidad de: ver-escuchar-repetir-tocar-integrar-expresar-representar tan necesarias para un buen desarrollo. Estos pasos se adquieren a través de juegos alegres y juguetes creativos. Si el aprendizaje es divertido no se olvida nunca. Si el juguete es creativo fomenta la inteligencia práctica del niño.
¿Qué es un buen juguete? Es aquel con el cual el niño puede desarrollar:

  • La destreza manual. Usando ambas manos, ejercitando los músculos flexores y extensores. Fortaleciendo los músculos y la habilidad de los dedos individualmente.
  • Fomenta la curiosidad y la creatividad para estimular la auto-conciencia y confianza para descubrir nuevas acciones con el mismo juguete.
  • Ayuda a desarrollar una buena coordinación visomotora.
  • Desarrolla la percepción y concentración.
  • Fomenta el lenguaje.

Es conveniente enseñar al niño a jugar con el juguete, demostrando su utilidad y así tiene la posibilidad de imitar. .No todos los niños saben jugar. Algunos de ellos tiran los juguetes de un lado al otro sin ton ni son. Esta forma de jugar no favorece la concentración. Es conveniente que los padres estén con el niño para jugar con un determinado juguete compartiendo la diversión entre 15 a 20 minutos diarios.

En los primeros seis meses el vínculo afectivo que establece el bebé le marcará para toda la vida. El primer año es fascinante en el cual se transformará mes a mes. Nunca más en ninguna etapa aprenderá tantas cosas como en esta: llorar, reír, esperar, jugar, despedirse, parlotear, andar. Pondrá los primeros ladrillos para su vida futura y en la edad adulta seguramente repetirá muchos comportamientos aprendidos en esta edad.

También muchos juegos de manualidades incidirán positivamente en el desarrollo de la inteligencia. Manipular libros con imágenes, escuchar y fomentar a través de canciones los diferentes ritmos transformando la actividad en juegos de risas y buen humor que ayudarán en la adquisición del lenguaje.

En la etapa de 12 a 24 meses el pequeño puede meterse en cajas como si fuera “el coche de papá” o un tren y empujando por toda la casa, cantar, reír y disfrutar juntos. Utilizar encajables sencillos, meter, sacar, traspasar pelotas de una caja a la otra.

En la etapa de 24 a 36 meses utilizar peluches, muñecos, cocinita, platos, vasos, etc. para representar lo que es la vida cotidiana y establecer así verdaderas tertulias para fomentar la comunicación con el hijo/a y así indagar en los pensamientos que pasan por su cabecita y que es lo que siente en su corazoncito. De esta manera se establece un vínculo afectivo de confianza que perdurará toda la vida.

Elizabeth Fodor
www.efodor.com

0
Comentarios