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Garabatos (II)

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Continuamos con la segunda parte de Garabatos y en este número trataremos el garabato controlado o longitudinal, el circular y con nombre.

Habitualmente, entre los 18 meses y los 3 años el niño inicia la primera etapa de autoexpresión, nombrada el Garabateo. Dentro de esta etapa, el garabateo irá evolucionando, y por ello se diferencian cuatro periodos: descontrolado (PADRES 03 abril), controlado o longitudinal, circular y con nombre.

Controlado o longitudinal

En cierto momento el niño descubre que hay vinculación entre sus movimientos y los trazos que ejecuta en el papel. Esto suele ocurrir unos seis meses después que ha comenzado a garabatear, es un paso muy importante, pues el niño descubre el control visual sobre los trazos que ejecuta, y representa una experiencia vital para él. En esta etapa los niños se dedican al garabateo con mayor entusiasmo, debido a que coordinan entre su desarrollo visual y motor, lo que estimula e induce a variar sus movimientos en forma horizontal.

En esta etapa los trazos del niño serán casi el doble de largos, y en algunas ocasiones tratará de emplear colores variados en sus dibujos. También les gusta llenar toda la página. Ensayan varios métodos para sostener los lápices, procurando agarrarlo de forma parecida a los adultos. Los trazos toman una dirección impredecible. En este periodo el niño tampoco tiene intención creativa, simplemente su placer deriva de las sensaciones kinestésicas y de su dominio sobre sus movimientos. De manera general en esta etapa se pueden destacar las principales características:

  • Dirige su mano, con la vista, sobre la superficie donde grafica (coordinación visual-motora).
  • Al placer táctil y kinestésico se le suma su interés visual por las conquistas gráficas que va obteniendo.
  • Aparecen trazos horizontales combinados con verticales.
  • Emplea diferentes colores en sus dibujos.
  • Experimenta con diferentes intensidades de prensión del trazo.
  • Se interesa por investigas con utensilios nuevos qu le permita dibujar o moldear.

Circular

Después de asegurar su dominio, el niño empieza a realizar movimientos más difíciles. Él mismo se pone a prueba desde el momento en que se siente seguro al coger un lápiz, y a la vez, irá trabajando su tolerancia a la frustración cada vez que intente mejorar la reproducción que haya realizado. Como consecuencia, aparecen las líneas circulares, las cuales precisan de movimiento en los que interviene todo el brazo. El rol de los adultos (padres, maestros, etc.) en esta etapa es muy importante, ya que la participación con el reconocimiento en la experiencia es lo más importante, no el dibujo en sí. De manera general en esta etapa se pueden destacar las principales características:

  • Aparecen reiteraciones de trazos: circulares, líneas cortadas, puntos, etc. con centros de intersección.
  • Controla los espacios gráficos aunque a veces por el entusiasmo excede los límites del soporte.
  • Se reconoce autor por los trazos
  • Puede superponer y alinear algunas piezas de construcción, sin combinarlas entre sí.
  • Se interesa por dejar marcas reiteradas en los materiales moldeables.

Con Nombre

Alrededor de los tres años, el niño observa aquello que ha reproducido, y a veces, empieza a adjudicar un significado a su representación. Es entonces cuando el niño comienza a dar nombre a sus garabatos, aunque en el dibujo no se pueda reconocer a nadie. Esto indica que el pensamiento del niño ha cambiado, del pensamiento kinestésico asociado al movimiento, al pensamiento imaginativo y simbólico, pues conecta los movimientos realizados para el dibujo con el mundo circundante, y aunque no siempre exista una intencionalidad representativa antes de empezar el dibujo, sí se le otorga un significado al mismo al haberlo finalizado.

Poco a poco el niño, dibuja con una idea previa sobre lo que va a dibujar. Sigue disfrutando del movimiento físico y si le dan un nuevo instrumento para dibujar, el niño pasará un tiempo considerable para ver como es en todos sus aspectos, tal y como lo haría un adulto. En esta etapa se pueden mencionar las siguientes características primordiales:

  • Ejecuta formas cerradas, generalmente circulares y trazos sueltos que asocia con objetos de la realidad, dándoles así un nombre.
  • Dedicará mucho más tiempo al dibujo.
  • Los garabatos son muy diferentes entre sí.
  • Hay intención representativa previa o posterior, aunque un adulto no pueda reconocer el objeto representado.
  • A veces anuncia que es lo que hará antes de comenzar, y muy a menudo cambia de nombre mientras trabaja o cuando ha terminado.
  • Usa el color con criterio subjetivo para reforzar el significado de las formas.
  • Al modelar aísla trozos de material. Moldea estos trozos con intencionalidad, les da nombre y puede hacerlos actuar como si fueran objetos reales.
  • Con material de construcción logra estructuras sencillas.
  • Ante utensilios nuevos para dibujar, experimentará con él hasta hallar su menor uso.
  • Acostumbran a acompañar sus creaciones con descripciones verbales. Necesitan que el adulto les escuche, no que dé significado a las creaciones del niño.
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