Las 8 claves de la felicidad infantil
Sólo un 10% de la felicidad depende de las circunstancias externas, y aunque la capacidad para ser feliz es algo innato, está en nuestras manos incrementarla. Podemos trabajar con los niños para que aprendan a ser más felices desde pequeños.
Cinco centros comerciales de diferentes ciudades españolas se han unido en la iniciativa Proyecto Felicidad para descubrir cuáles son las claves de la felicidad en la infancia. Su asesora es la psicóloga infantil Silvia Álava que ha desarrollado una serie de pautas básicas para ayudar a potenciar la felicidad en los más pequeños. Los centros comerciales realizarán talleres para padres capitaneados por el denomiado Comando Felicidad, un grupo de monitores que explicarán, adaptándose a cada edad y necesidad concreta, cuáles son las facetas a potenciar en la educación del niño.
Se celebrarán a lo largo de mayo y junio en los siguientes centros comerciales: Parque Principado, en Asturias; Valle Real, en Cantabria: Max Center, en Bilbao; Plaza Éboli, en Madrid Dos Mares, en Murcia. Según declara el portavoz de este Comando: “No queremos enseñar a los padres a educar a sus hijos, sino darles esas claves que hacen de un niño normal un niño feliz. Los padres en ocasiones no le dan importancia a actuaciones o conversaciones aisladas, pero los niños se quedan con detalles increíblemente pequeños que pueden afectar en su carácter y su desarrollo futuro”.
Según estos estudios, el 50% de la felicidad se debe a factores genéticos, un 10% a las circunstancias vividas, y el 40% a la actividad emocional. Partiendo de estos datos, podemos plantear la hipótesis de cómo pese a unas circunstancias difíciles, y a pesar de la carga genética, todavía nos queda un 40%, correspondiente a la actividad emocional, que podemos aprender a controlar.
1. Dar las gracias
Los niños que desarrollan su actitud de reconocimiento y gratitud hacia las cosas que poseen entienden lo habitual como un regalo que además, favorece la estabilidad mental y enriquece su crecimiento en el entorno familiar.
2. Inteligencia emocional
Es muy importante educar al niño para que desarrolle estas habilidades, eso es, aprenda a controlar y regular sus emociones para resolver los problemas de manera pacífica.
3. Autonomía
Los niños desarrollan su independencia del entorno paterno conforme van creciendo, esto potencia su autoestima y su confianza en sí mismos. Dejar que juegue solo o que realice algunas tareas del hogar sencillas es también una manera de educar en la igualdad.
4. Positivismo
Los niños educados en una interpretación positiva del mundo son más seguros y creen más en sí mismos. Las personas positivas tienen un mayor control de su mente y las interpretaciones que éstas hagan de la realidad son fundamentales para definir la calidad de vida percibida y alcanzar la plena felicidad.
5. Ser amable
Los niños amables experimentan mayores niveles de satisfacción y energía, se vuelven más cariñosos y agradables y gozan de estabilidad en su ámbito social (colegio fundamentalmente). No en vano, varios estudios han demostrado que en la edad adulta la amabilidad y la inteligencia son los rasgos más relevantes que se tienen en cuenta a la hora de buscar pareja en cualquier cultura.
6. No dramatizar
Cuanto antes comencemos a educar a los niños para que le den a las cosas su justo valor, mejor diferenciarán y aprenderán a distinguir los rasgos realmente importantes de la vida. En ocasiones, se ve a un padre que dramatiza porque su hijo ha suspendido un examen, cuando hay una recuperación posterior, y no le damos importancia a conductas que sí se deben extinguir, como pegar a sus hermanos o a otros niños, insultar o faltar al respecto.
7. Logro personal
Los niños son un 49% más felices si sonsiguen sus objetivos por méritos propios. Los psicólogos utilizan el principio de Restriccción de Privilegios (ordenador, móvil) para provocar la reacción de normalización por parte del niño “consentido”, que aparece tras reacciones iniciales de rabia del niño y resistencia de los padres ante la eliminación de objetos cotidianos, muchos padres lo verbalizan como “hace mucho tiempo que no veía a mi hijo tan tranquilo”.
8. No etiquetar
Las etiquetas limitan y perjudican el desarrollo de la identidad del niño. “Eres un niño malo” o “vaya niña más llorona” son descripciones que se utilizan cuando los pequeños reiteran sus actitudes y que predisponen al niño a moldear su actitud para encajar en este perfil. La mejor manera de desarrollar la felicidad en la infancia es tratar a los niños como si fuesen lo que deberían ser para convertirles en lo que potencialmente pueden ser.