Todos al agua
En Baby Swim trabajamos la actividad acuática infantil a partir de los 5 meses del bebe y partiendo de lo que más nos importa el bienestar del niño. Planteamos la actividad no solo con la finalidad de conseguir “nadar”, poder alcanzar la autonomía total en el medio acuático es un objetivo a largo plazo, nos preocupa realmente el desarrollo global del niño y su salud.
Esto significa plantear la actividad de la natación en edades tan tempranas en beneficio de su desarrollo psicomotor, desarrollo del aparato respiratorio y circulatorio, estimular los cinco sentidos, favorecer el desarrollo afectivo-social y reforzar el vínculo familiar.
Los papas participan hasta los 3 años de la actividad, metiéndose con ellos en el agua, disfrutando y aprendiendo a trabajar con sus hijos, en todo momento asesorados por el profesor y compartiendo experiencias con niños de su misma edad.
La metodología de trabajo es lúdica, mediante el juego y el cariño de los profesores, nos ganamos primero la confianza de los niños para luego sacar rendimiento efectivo del trabajo y conseguir dependiendo de la edad de cada niño los objetivos propuestos en cada momento.
Hay que tener en cuenta que cada “niño es un mundo” y saber respetar el ritmo de aprendizaje de cada uno, dependiendo de varios factores: edad evolutiva, edad madurativa, sus posibles miedos al agua…..
Es importante al mismo tiempo las condiciones de la piscina para trabajar con los mas peques: debe de ser una piscina de dimensiones no muy grandes (3×6 m), donde se trabaje a gusto; depurada con el mínimo de cloro establecido, para evitar irritaciones de la piel, duchándoles al finalizar la clase y dándoles una crema apropiada; la temperatura del agua es aconsejable no menor de 30ºc-32ºc.
Aconsejamos iniciar las clases con un cursillo intensivo de 20 sesiones de 30 minutos y al finalizar continuar tres, dos o una sesión por semana para mantener y seguir aprendiendo cosas nuevas. Es importante hacer las primeras clases muy seguidas en beneficio de la adaptación tanto al medio acuático como al monitor. Es necesario escoger un horario en que él bebe no tenga ni hambre, ni sueño para que aguante sin incomodarse los 30 minutos establecidos para la clase y poder aprovecharlas al máximo.
Los materiales auxiliares que utilizamos para ayudar a la autonomía en el agua son plataformas, churros, cinturones, cinturones de tablitas, tablitas en el bañador, tablas de nadar… etc.
No utilizamos manguitos ni los flotadores tradicionales, pues dan mucha ayuda en flotación pero dificultan el equilibrio y el movimiento de los brazos para llegar a nadar en posición ventral con niños sobre todo menores de 3 años.
En sus primeras clases lo más importante es la familiarización y adaptación al medio acuático, chapotear, observar todo lo que le rodea, ponerle en contacto con los materiales, juguetes, escaleras, bordillo. en definitiva hacerle la presentación adecuada de todo lo nuevo que tiene por conocer y hacer de esta nueva experiencia una situación agradable y divertida, no forzando la situación para meter prisa de aprender a nadar sino conseguir que su primera actividad deportiva sea uno de sus mejores momentos del día.
Monitora y cuatro alumnos con sus madres
Los bebes de 5 meses hasta los 20 meses, solo están capacitados para flotar en dorsal, pero en ventral con el material auxiliar apropiado hacen maravillas, se trabaja flotación, equilibrio, desplazamientos e inmersiones. A partir de los 20 meses en adelante están totalmente capacitados para nadar tanto en dorsal como en ventral sin ningún tipo de material adicional, pero para conseguirlo hay que enseñarles correctamente y con buenos profesionales.
Es una actividad muy bonita y gratificante para realizar con vuestros hijos, y muy divertida y relajante para todos los “peques”.