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Comida sana siempre a punto

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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La vida moderna no da respiro y la preparación de los menús infantiles con productos frescos, ricos en nutrientes, puede convertirse en una misión imposible. Los especialistas recomiendan preparar comidas para toda la semana y sacarle partido a la congelación o el envasado al vacío.

Preparar el menú del bebé puede convertirse en ocasiones en una tarea fatigosa. La vida profesional no da tregua a la inmensa mayoría de padres, para quienes las tareas domésticas de siempre, como ir al mercado o cocinar diariamente, se ha convertido en una misión imposible.

Pero la falta de tiempo no puede ser una excusa para prescindir de una comida sana y equilibrada que garantice los nutrientes básicos de los pequeños de la casa. Los nutricionistas siempre han recomendado comprar las verduras lo más frescas posibles para acortar el tiempo que pasa entre que se sacan de la tierra y se preparan.

Se ha demostrado que todos los vegetales empiezan a perder propiedades desde el mismo momento de su recolección, un deterioro que se agrava por su paso por el frigorífico. Esto, unido al hecho de que no todos los alimentos requieren la misma refrigeración, puede dificultar la planificación de comidas en el hogar.

Pero pasando ahora de la teoría a la práctica, ¿qué padre o madre puede garantizar todos los días la compra de los mejores productos frescos, cocinarlos y envasarlos al vacío? Tan sólo unos pocos, aunque hay que decir que el mercado ofrece soluciones alternativas, asequibles para el bolsillo, que sin duda les echarán un cable a los padres a la hora de preparar los menús.

Al igual que la tecnología ha puesto a nuestro alcance gadgets que preparan guisos, cocidos y sofisticados postres para adultos con el mínimo esfuerzo, también existen robots pensados para resolver la comida en edades tempranas. Un ejemplo es el Babicare Bbrobot desarrollado por Imaginarium y Alfa para la cocción y conservación de la comida para los más pequeños. Se trata de auténticos productos multifunción que, además de esterilizar chupetes o biberones, descongelan con vapor, un método que permite conservar intactas las propiedades de los alimentos, calientan, trituran los alimentos y envasan al vacío para frenar el crecimiento de microorganismos.

“Cualquier hogar puede disfrutar ahora de productos frescos o cocinados durante más tiempo”, señala la dietista-nutricionista Amaia Díaz de Monasterioguren, asesora de Alfa e Imaginarium que aconseja a las familias con una agenda apretada “preparar comidas para toda la semana”, aprovechando que el envasado al vacío, al igual que la congelación, garantiza intactos los nutrientes.

Los especialistas invitan a sacar más partido a estos dos procesos, ya que pueden ayudar a resolver una comida con un mínimo esfuerzo. Una idea es tener siempre en el congelador un puré base. A partir del quinto o sexto mes, los bebés ya pueden comenzar a comer sus primeros purés de verdura más algún tipo de proteína (carne, huevo…). Por falta de tiempo, hay padres que se han acostumbrado a comprar potitos preparados, pero su calidad no tiene parangón al lado de una receta casera.

Los ingredientes más básicos que suelen recomendar los pediatras para preparar un buen puré base son patatas, la zanahoria, las judías verdes –productos que previamente podríamos haber envasado al vacío- y un poquito de aceite de oliva. Partiendo de esta combinación, que se puede conservar en recipientes perfectamente sellados en el congelador, sólo bastará con añadir un ingrediente principal diferente cada día, por ejemplo pollo o pescado.

Para la dietista-nutricionista Amaia Díaz de Monasterioguren, tácticas como éstas “permiten comprar más cantidad de producto y conservarlo, sin necesidad de tener que ir a la compra y sin preocuparnos de que los alimentos se estropeen”. “Así, ahorraremos tiempo y podremos invertirlo en lo que verdaderamente importa, que es estar con nuestros hijos y disfrutar de ellos”.

El pediatra especialista en Gastroenterología infantil Alfonso Rodríguez apunta, a modo orientativo, que las frutas y verduras se deterioran a pasos agigantados a menos de 10º, mientras la carne picada o el hígado “no debe guardarse en la nevera más de dos días sin consumir”. Y, si se trata de carne fileteada o cortada, “no más de cinco”. Las aves, en cambio, no deben conservarse “más de dos” días y, en el caso de los pescados, depende de la especie. Mientras una merluza puede durar hasta una semana a 1º, una sardina se estropeará en tres días a esa temperatura, de ahí que aconseje su envasado al vacío.

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