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“Sonreír es aprender a sobrevivir”

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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En muchas ocasiones arte y deporte se dan la mano. Si se han quedado atónitos con esta afirmación es que no vieron en su día a Nadia Comaneci en Montreal o Moscú, que nunca han visto un vídeo de Michael Jordan volando desde la línea de personal o, sin irnos tan lejos, a Xavi, Iniesta y Messi jugando con el balón como si fuera uno de aquellos relojes que pintaba Dalí, maleables. Si, se dan la mano.

Y cierto es que muchos deportistas llegan aún más lejos, superan las líneas que definen las canchas donde practican sus deportes y vuelan hasta nuestros corazones: cuando a sus éxitos deportivos les acompaña una manera de enfrentarse al mundo y una actitud ejemplar. Nuestra protagonista del día es de éstas, no lo duden. Almudena Cid ha llegado a nuestras casas a través de la gimnasia rítmica, pero se ha quedado en ellas gracias a su locuacidad, su entrega y esa sonrisa…
“Sonreír es aprender a sobrevivir”.

P. Aunque a veces no tengas ganas…
R. No te creas. Me encanta sonreír, especialmente cuando esto ayuda a los que tengo alrededor.

P. ¿Ha cambiado mucho tu día a día hoy desde que dejaste la gimnasia?
R. La verdad es que sí, porque la prioridad antes era hacer deporte, entrenar e ir al gimnasio, y ahora mismo tengo mil historias en la cabeza, que de hecho están suponiendo un problema porque antes tenía muy bien dosificadas las energías para afrontar mi día a día y ahora, al encontrarme haciendo distintos ámbitos, el desgate es mayor.

P. Tu sonrisa, como decíamos, puede con todo…
R. En eso estamos, claro. Con alegría te cansas menos, eso si es verdad.

P. A una persona que ha llegado a cuatro finales olímpicas, ¿le fastidia que le paren por la calle por temas tan menores como con quien se ha casado?
R. ¿Pues sabes lo que me pasa? Que cuando voy por la calle y me paran, nunca me dicen: “Te conozco por la tele…”. Suele ser: “Te he seguido, te he visto, lloré contigo en la final de tus últimos Juegos Olímpicos”…

P. Pero sabes a qué sensación nos referimos…
R. Por supuesto, pero no es lo habitual. Por decirlo así, siempre ha sido por un reconocimiento a lo que he hecho como deportista y espero que eso sea así siempre.

P. Hay cuatro ciudades que han marcado tu trayectoria profesional: Atlanta, Sydney, Atenas y Pekín. Ahora cuando miras al horizonte y ves que llega Londres y que no estarás en la final de las olimpiadas del año que viene, ¿qué te pasa por la cabeza?
R. Pues honestamente no hay nada que me diga “me gustaría estar allí”. Y mira que es un sentimiento muy habitual entre los ex deportistas…

P. ¿No añoras algo de esos días?
R. Si echo mucho de menos mi entorno, mi entrenadora mi otra familia, por decirlo de alguna forma, pero es verdad que veo Londres y me viene un dolor tremendo en el cuerpo… La última etapa de mi carrera fue, en cuanto a lo físico, bastante dura por las lesiones crónicas que sufría. Por eso ahora es más una sensación de alivio que otra cosa.

P. Tu formación en el ballet se notaba mucho en tus ejercicios… ¿Dónde crees que acaba el deporte y donde empieza el arte en la gimnasia?
R. Yo creo que la gimnasia más que deporte es arte. Es una pena que, de alguna manera, esté manchado en competiciones por culpa del jurado. Si se pudiera ver como en un teatro, como el ballet, yo creo que la gente disfrutaría muchísimo más.

P. ¿Aporta más un aplauso que una buena puntuación?
R. Llegó un momento en mi carrera en donde lo que más me importaba era ver las caras de la gente del público, escuchar sus aplausos, sus comentarios…

P. Últimamente no paras: escribes en una revista femenina, te vemos en la tele, publicas un libro…
R. Si, no me da tiempo a aburrirme, la verdad. La experiencia de la tele es curiosa, porque estoy aprendiendo muchísimo. Con lo de la revista… me siento un poco Carrie Bradshaw, la protagonista de Sexo en Nueva York, con mi columna. Y luego por otro lado está el libro de deporte junto con Juan Rayó, que saldrá al mercado en primavera. Y no se me olvida la interpretación que es otro mundo que estoy disfrutando, y que me tiene encandilada, vamos.

P. ¿Te resulta más dura esta nueva vida que la de una deportista de élite?
R. Ya te digo: es diferente. No es más dura, aunque es verdad que llega el final del día y estoy agotada…

P. Siempre da la sensación de que la vida de una niña-gimnasta es dura, incluso demasiado dura…
R. A mí no me lo pareció. En el fondo, estás haciendo lo que más te gusta del mundo, que en mi caso era hacer gimnasia.

P. Pero os toca madurar antes de tiempo.
R. Con 16 años las cosas pasan por delante de ti muy deprisa. Ahora es cuando me paro, pienso y veo que hubo cosas que ni siquiera disfruté. Pero estoy a tiempo de recuperarlas. Seguro.

Almudena Cid dibujó un corazón sobre el tapiz de Pekín el día en que decidió dejar la gimnasia rítmica, lo que había sido su vida en los últimos 20 años. Hay gestos que marcan una vida entera, que ejemplifican aquello que ha sido y que, sin duda, seguirá siendo. No lo duden: Almudena es todo corazón.

Notas biográficas

• Nació en Álava (Vitoria) en junio de 1980.
• Ha sido la primera gimnasta del mundo que ha participado en cuatro finales olímpicas consecutivas: Atlanta en 1996, Sydney en 2000, Atenas en 2004 y Pekín en 2008.
• También ha competido en doce campeonatos europeos y en nueve del mundo, y siempre ha sido finalista en todos.
• En nuestro país, ha conseguido ocho campeonatos de España en la categoría honor.
• Después de su retirada ha participado en numerosos programas de televisión didácticos y de entretenimiento.

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