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Con un sí en la chistera

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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¿Por qué me desobedece mi hijo? ¿Cómo actuar para evitarlo? Aunque parezca que tu hijo es pequeño porque tiene entre dos y cinco años, hay “trucos” para actuar ante el “no lo he oído”, “luego voy”, “no quiero” o “no lo hago”. Éste es el interesante tema propuesto por una de nuestras lectoras, Marta Blanco, pero que es común en la mayoría de las familias.

Gritos, crispación, riñas, malas caras y sensación de frustración es lo que se produce cuando nuestros hijos no hacen lo que les pedimos. Es importante que padres y madres sepamos actuar ante estas situaciones de negativa sistemática de los más pequeños. Coherencia, firmeza, pero también cariño y un poco de constancia son claves para sacar de la chistera un “sí” cuando nuestros hijos se empeñan en que haya un “no”.
Desde que nace e incluso según algunos expertos antes, el bebé siente como surgen unas relaciones afectivas que hay que tener muy en cuenta. Las caricias, la voz de los padres y las palabras cariñosas hacen que un bebé tenga un crecimiento emocional sano y equilibrado. Alrededor del año, cuando el niño ya entiende “todo” aunque no sea capaz de hablar más allá de “papá” o una media docena de palabras es el momento de empezar a poner límites. Es decir, es muy útil que los padres establezcan algunas reglas y las hagan respetar con firmeza. Aprender a decir no, contener las rabietas y grititos y establecer de vez en cuando el sano conflicto padre-hijo es indispensable para la construcción de la personalidad y autonomía de nuestro hijo.

Llega un momento, alrededor de los dos años, en el que para llamar la atención nuestro hijo empieza a desobedecer ¿por qué? Quizá porque en ocasiones los padres estamos pendientes del pequeño sólo cuando se comporta de manera inadecuada. Es muy posible que los niños se nieguen entonces a cumplir nuestras exigencias porque son los únicos momentos en que consiguen que estemos muy pendientes de ellos, aunque sea para regañarlos o castigarlos.

Según la psicóloga Lourdes García, “nuestro hijo ha comenzado a ser más independiente y es necesario que experimente e incluso trate de medir su fuerza frente a nosotros”. Aunque los padres debamos comprender esta actitud, no tenemos que excedernos en permisividad y trataremos de seguir inculcándole la costumbre de obedecer a base de ofrecerle, desde la seguridad y la coherencia, modelos o pautas de comportamiento con afecto e inflexibilidad.

Hay que pensar antes de actuar. A veces, de hecho, basta pararnos a pensar que quizá le estamos pidiendo demasiadas cosas a la vez, e incluso está recibiendo órdenes contradictorias entre padre y madre, padres y centro escolar, abuelos, etc. Es más, a veces los mayores tendemos a pedirles cosas cuando están entretenidos con otras cosas y por eso dicen “no te he oído”.

Estrategias

¿Cómo actuar entonces para que nos obedezca? “Lo primero es asegurarnos que nuestro hijo entiende lo que le pedimos y es capaz de hacerlo”, explica Olga Ramos, educadora infantil. Por eso las órdenes deben ser sencillas pero claras y precisas. Para Olga, es mejor decir “no tires comida al suelo” que “pórtate bien en la mesa”. Asimismo, podemos llevarle a nuestro terreno dándoles diferentes opciones que conlleven al resultado que queremos. Así, si queremos en se lave los dientes podemos preguntar ¿te lavas los dientes solo o quieres que te acompañe?

Hablarles en un tono positivo y si es preciso poniéndonos en cuclillas para mirarles a los ojos también les ayuda a comprender que estamos de su parte y que le pedimos cosas “por su bien”. Los niños siempre quieren ayudar y son generosos por lo que transformar el no en un sí a veces es cuestión de ganar su confianza.

Por último, la conducta es un proceso circular por la que a cada estímulo le sigue una respuesta, según la psicóloga y pedagoga Montse Domenech. Por eso los más pequeños agradecerán que reforcemos su comportamiento positivo con un “muy bien” para demostrarles que su manera de proceder es la adecuada.

Autoestima

• Pídele a tu hijo cosas que pueda cumplir para alimentar sus expectativas como ¿me ayudas a poner la mesa?, ya que confiarse pequeñas responsabilidades le hacen más autónomo.
• Déjale que tome pequeñas decisiones como ¿a qué jugamos? o ¿paseamos hacia derecha o izquierda?
• Alimenta situaciones en las que tu hijo pueda salir airoso y refuerza su comportamiento positivo.
• Evita todo tipo de comparaciones con hermanos o amigos.
• Si no le sale algo bien, anímale a que lo vuelva a intentar.
• Conviene ignorar las conductas inadecuadas y reforzar positivamente las adecuadas mediante halagos, felicitaciones, abrazos, besos.
• Hablarles con seguridad y coherencia aumenta la autoestima de los pequeños y propicia un mejor clima educativo que hace que los niños también crezcan seguros y felices.

Pregúntanos y envía los temas que te preocupan en la educación de tus hijos a padres@padresycolegios.com

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