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¿Nos incorporamos a la escuela ... o nos quedamos en casa? 2ª parte

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Continuamos con este artículo, iniciado en el mes anterior, con el fin de que cada familia considere cual es la opción que le resulta más conveniente.

Dejarle en casa con algún familiar

En nuestro sistema social, los familiares más cercanos en los que poder confiar plenamente son “los abuelos”.

Hoy en día contamos con una población de abuelos que han podido jubilarse a edades tempranas y que, aunque ya vayan manifestando ciertas dolencias, cuentan con un estado de salud razonablemente bueno.

Con esta perspectiva, en general optimista, nos encontramos con abuelos que son unos buenísimos cuidadores de sus nietos; cariñosos, atentos y muy dispuestos para cubrir las necesidades que precisas los niños; insustituibles para dar amor a raudales y con los que, podemos estar seguros, nuestros hijos se encontrarán perfectamente.

Pero, en muchas ocasiones, llevar a cabo esta tarea de cuidar y educar a los niños durante una gran cantidad de horas diarias llega a sobrecargar las capacidades físicas y psíquicas de los abuelos que acaban realizando esta labor por su afán de ayuda, realizando grandes esfuerzos para cumplir con la obligación a la que voluntariamente (aunque en alguna ocasión esta voluntad no está ejercida libremente, sino forzada por las circunstancias socio-económicas de los padres) se han sometido y, por supuesto, sin informar a sus hijos, padres del niño, para no dar problemas.

Los abuelos tienen que ser personas merecedoras de amor y respeto que no deben quedar cautivos de la vida de sus hijos. Los abuelos no están para educar a los nietos ya que, posiblemente, los criterios de educación sean distintos como distintas son las generaciones y ellos ya han educado a sus hijos, con su buen criterio pero en otra época y en circunstancias sociales muy diferentes.

Los abuelos tienen un papel irreemplazable a la hora de dar cariño, pasar muy buenos ratos con sus nietos y hacérselo pasar a ellos y, puntualmente, echar una mano en situaciones especiales.

Es fundamental que los padres sean responsables y garanticen una relación equilibrada y saludable entre abuelos-nietos y que los abuelos se ofrezcan para ayudar cuando las circunstancias así lo demanden, atendiendo a sus nietos en momentos concretos como por ejemplo: cuando los niños enferman y no pueden asistir a sus colegios, cuando los padres quieren disfrutar solos de su relación fuera de casa…… De esta manera los abuelos acogerán a sus nietos con mucho placer y los nietos estarán deseando pasar unos días con los abuelos.

Dejarle en casa con una empleada

Lo que supone esta opción es que el niño no sale de casa y, por tanto, no cambia de entorno.

Tiene la atención exclusiva de la persona que lo cuida y, en ocasiones, se evita el contagio de algunas enfermedades infantiles.

Pero debemos tener en cuenta que la persona indicada para esta gran responsabilidad debe ser de total confianza, estar debidamente preparada para este delicado cometido y con experiencia en el cuidado del bebé y la primera infancia; capaz de reaccionar en las situaciones difíciles y de motivar al niño con actividades que potencien su desarrollo de forma que éste no se aburra y no eche en falta la relación con otros niños…. ¡una ardua y difícil tarea!.

Desde nuestra experiencia como profesionales de la educación debemos hace un inciso sobre este tema:

La infancia temprana es aquella que comprende a los niños de 0 a 3 años y es un periodo en el que se sientan las bases de todo el desarrollo posterior del individuo.

Las experiencias que tenga el niño en esta etapa afectarán a las conexiones entre las neuronas del cerebro, por tanto, la estimulación mediante “ciertos juegos” y actividades específicas para cada edad incrementarán sus capacidades lingüísticas, motoras, emocionales e intelectuales consiguiendo desarrollar al máximo su potencial para sus futuros aprendizajes en las diferentes etapas escolares.

En definitiva… ¿nos vamos a la escuela o nos quedamos en casa?

Todas las opciones anteriormente expuestas son respetables y, si están bien encaminadas, el niño se sentirá feliz y su desarrollo, siempre y cuando reciba una adecuada estimulación, será óptimo.

Como es lógico, nuestra opción se decanta por la elección de una escuela infantil de calidad, con un adecuado equipo de profesionales capaces de poner en práctica un buen programa de estimulación temprana y con unos servicios entre los que se incluya el pediatra en el centro que vigile el estado de salud de todos los alumnos y al que poder consultar diariamente cualquier incidencia individual para que la diagnostique y determine las pautas a seguir.

Si esto se consigue y además podemos contar con los abuelos para…..

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