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Celos infantiles: su primera gran tragedia

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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La llegada del bebé es un momento de especial alegría para toda la familia, sin embargo si este bebé no es el primero de la casa, sino el nuevo “hermanito”, es probable que tarde o temprano surjan los celos.

Si bien los celos pueden considerarse normales en el desarrollo de su personalidad, de los padres dependerá que se incrementen, cronifiquen o se vuelvan patológicos o por el contrario, sirvan de ayuda para que los niños aprendan a resolver sus sentimientos negativos, a expresarlos de forma correcta, y para que aprendan también, a afrontar las frustaciones de la vida (quizá esta sea su primera frustación de una larga cadena de ellas) lo que ayudará en su evolución afectiva.

Por esto debemos ayudarles a superar estos sentimientos de modo que aprendan que compartir el amor de sus padres no quiere decir que lo pierdan, y debemos estar informados para no cometer demasiados errores, teniendo en cuenta que éste es un proceso, que dependiendo de la personalidad de cada niño, llevará más o menos tiempo, más o menos problemas.

Cómo manejar la situación

Manejar las demostraciones de los celos puede ser difícil, pero si sabes de antemano que esperar, podrás ayudar a cada niño de la familia a enfrentar esta etapa. Es bueno que trates de entender los sentimientos del niño celoso, puesto que los celos son un sentimiento nuevo para él y le resulta difícil expresarlos.

Cuanto más pequeño sea, más difícil le será entender porque tiene que querer a ese “intruso” que le “quitó” el amor de su mamá. En realidad no se aconseja decir: “Tienes que quererlo porque es tu hermanito”, nadie quiere a otra persona solo porque se lo exigen, el cariño vendrá con el tiempo, en especial cuando deja de ver al nuevo hermanito como una amenaza o rival en el cariño de los padres.

En la clínica, en la que vemos muchos casos, se lo explicamos a los padres, a los adultos, haciendo que piensen como se sentirían si su pareja de repente les dice que va a traer a casa a otra mujer o a otro hombre, asegurándonos que nos querrá a las dos o a los dos, exactamente igual… ¿complicado verdad?… para un niño pequeño, la llegada de otro hermano, le supone siempre, al menos, como mínimo la duda de si mamá y papá van a seguir queriéndole igual, puesto que muchas, pero que muchas cosas, van a cambiar en su vida. Un niño algo mayor quizás piense que su mamá quiso tener otro niño porque él se portó mal o ya no lo quiere, y necesitará que le reafirmes tu cariño hasta que supere estos sentimientos. No obstante, debe hacerse despacio, sin pretender que de la noche a la mañana, acepte y sobretodo “quiera” a su hermano, que acapara la atención de todo el mundo.

La forma de manifestar los celos puede variar desde la regresión a conductas infantiles, hasta la agresividad y violencia física y verbal, esto exigirá de ambos padres mucha atención y comprensión.

Comprensión y cariño

Los celos no quieren decir que el niño no quiera a su nuevo hermano y es precisamente esta ambivalencia la que lo confunde más, por momentos desea que el bebé desaparezca de su vida y más tarde se siente culpable por hacerlo deseado.

Si el niño puede expresar sus sentimientos, en forma verbal, nunca agrediendo a su nuevo hermano, y se siente comprendido por los padres en lugar de verse obligado a esconderlos, le será más fácil salir de esta etapa. Su personalidad se verá enriquecida, pues aprenderá a aceptar la realidad, que si bien no siempre será tal como él lo desee, puede ser agradable en la medida que sepa manejarla.

Se debe vigilar a los niños, nunca dejarlos solos con el bebé, para evitar que puedan hacerle daño, pero es necesario entender que están sufriendo y en lugar de castigarlos o reñirlos por sus expresiones hay que darles comprensión y cariño, es fundamental que les hables, los niños entienden mucho más de lo que crees.

Algunos consejos

A continuación presentamos una serie de consejos que eviten la aparición y/o mantenimiento de conductas celosas dentro de la familia.

Evitar: (en la medida de lo posible)

  • Recriminarle que no lo quiera o insistirle en que “debe” quererlo mucho nada más nacer porque es su hermano.
  • Los gritos y las descalificaciones.
  • La atenciones y dedicación excesivas, al nuevo hermano.
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