Los malos hábitos de estudio
Dolor de espalda y cuello, picor y sequedad ocular, cansancio, falta de concentración… Son las consecuencias más comunes de los malos hábitos de los niños al estudiar. ¿Qué podemos hacer para evitar que ese tiempo tan prolongado acabe minando su salud? ¿Y para que les cunda más el estudio?
Los niños pasan muchas horas diarias sentados memorizando lecciones, haciendo deberes y trabajando con el ordenador y/o la tableta, algo fenomenal e imprescindible para su formación cultural, pero fatal para su espalda si lo hacen adoptando malas posturas, y para su vista, si la fuerzan demasiado. Según un estudio realizado durante el curso 2013-14 por el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), el 30,1% de los niños que intervinieron en la investigación, todos de Educación Primaria, sufrían dolor de espalda. Y lo peor es que dicho porcentaje se elevaba al 75% en los estudiantes de 12 a 15 años. En cuanto a la vista, el Colegio de Ópticos-Optometristas de la Comunitat Valenciana asegura que el uso de tabletas electrónicas y ordenadores portátiles en las aulas supone un importante avance en materia de Educación, pero su utilización diaria es nociva para los ojos. De seguir así, según sus previsiones, en el año 2020, el 33% de los estudiantes serán miopes.
Para prevenir los malos hábitos posturales en el colegio, lo mejor que pueden hacer los centros escolares es inscribirse en “talleres de prevención de lesiones provocadas por las posturas inadecuadas.”, como los que imparten los Colegios de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, Castilla La Mancha, Castilla y León y Murcia.
En cuanto a los padres, en casa, deben proporcionar a su hijo una habitación de estudio apropiada. La mesa debe ser estable y lo bastante amplia como para que pueda colocar en ella todos los elementos que necesita y no tenga que retorcerse para cogerlos de la estantería o de otro mueble cercano. La silla debe tener un tamaño proporcional a la mesa, ser ancha, con el respaldo recto, graduable en altura e inclinable y con el asiento redondeado por la parte delantera, pues los bordes vivos dificultan la circulación sanguínea. La altura de la silla será la correcta con respecto a la mesa cuando el niño, estando sentado, apoye sus manos sobre el tablero y sus antebrazos queden en posición horizontal. Por supuesto, debe sentarse adentrando bien las nalgas en el asiento y descansando la espalda en el respaldo, y nunca haciendo equilibrios, con las piernas cruzadas. Los pies tiene que mantenerlos apoyados en el suelo. Además, según recomiendan los médicos de la Fundación Kovacs, especializada en la prevención y el tratamiento de las dolencias de espalda: es muy bueno que haga pausas cada 45 minutos para descargar la tensión causada por el estatismo postural.
Proteger los ojos
Para cuidar la vista del estudiante, su mesa de trabajo debe estar colocada de forma paralela a la ventana, con el fin de evitar deslumbramientos, y el niño debe aprovechar la luz natural siempre que pueda. “Cuando se vea obligado a dar la luz principal de la habitación, ésta nunca debe quedar por detrás de él, para que no le haga sombras sobre el texto”, aconseja Carmen Martínez, óptico-optometrista de Multiópticas Madrid Visión. “Y si además estudia con flexo, debe colocar éste en la parte izquierda de la mesa si es diestro, para no quitarse la luz con su propia mano, y a la inversa si es zurdo. En cuanto a la luz del flexo, tiene que ser lo más homogéna posible, preferiblemente blanca o azul, que son las menos dañinas para los ojos.
La distancia a la que situar los libros de texto y los dispositivos electrónicos es otro punto muy importante a la hora de velar por la visión de los estudiantes. “Lo ideal es que el niño coloque el ordenador de sobremesa a unos 50 cm de la cara y el libro de texto, el ipad y el netbook a unos 30-40 cm, y siempre un poco por debajo de la posición de mirada de los ojos”, recomienda Beatriz Badía, óptico-optometrista de Multiópticas Madrid Visión.
El ambiente ideal
Para que las horas que pasan delante de los libros les cundan, hay otras recomendaciones. “Deben estudiar siempre a la misma hora y en el mismo lugar (así su cerebro se predispone), merendar antes de ponerse a la tarea (para no interrumpir el trabajo una vez empezado), dividirse el trabajo en fases y crear el ambiente propicio para el estudio”, conticomenta el psicólogo Rodrigo Vela. “Respecto a este último punto, hay mucho que detallar. El ruido es el principal enemigo de la concentración. Es decir, mejor con la puerta cerrada, sin móvil ni música.
Otro error muy habitual es intentar estudiar con el cuarto hecho una leonera, algo que no funciona porque el caos descentra.
En cuanto a la decoración del cuarto, hay que huir de los estampados y de los colores chillones en las paredes, optar por los tonos neutros y poner pocos muebles y objetos en general (la acumulación produce ansiedad). Colgar algunos póster relacionados con las asignaturas (de mapas, del cuerpo humano, de la tabla periódica…) es muy buena idea: incitan a centrarse en las lecciones mucho más que los corchos repletos de fotografías hechas durante las vacaciones”, explica Rodrigo Vela.