Ocho criterios para elegir colegio
Se abre el plazo de inscripción en los colegios y los padres se enfrentan a una de las tareas que más quebraderos de cabeza les causa: la elección de un centro adecuado para su hijo. El quid para dar en el clavo radica en seguir unos criterios que poco a poco vayan reduciendo el número de posibilidades entre las que optar… ¡hasta que sólo quede una!
Es lógico que a los padres les inquiete tanto la elección del centro escolar: saben que su hijo va a pasar muchas horas diarias en él y quieren que se sienta a gusto en su ambiente, que se forme académicamente, que adquiera valores morales, que se sociabilice, que se aficione a algún deporte… Para no perderse en un maremágnum de ofertas, lo primero que deben plantearse es si van a llevar a su niño a un colegio público, privado o concertado y si lo quieren laico o religioso. Todos estos detalles son de crucial importancia y deben ir acordes con la ideología y con la situación económica familiar.
línea pedagógica
Después, en cualquiera de los casos, deben conocer el proyecto educativo del colegio. “Éste es uno de los aspectos fundamentales. Los padres tienen que informarse muy bien de la didáctica del centro: cómo trabajan las diferentes áreas, qué relevancia dan a los deberes, cómo trabajan con los estudiantes… Hecho esto, deben reflexionar sobre si se sienten identificados con estas líneas de actuación o no”, explican los profesores de la UOC Guillermo Bautista y Beni Gómez-Zúñiga. “Es aquí donde realmente nos distinguimos unos de otros”, afirma Sandra Martínez, responsable de organización y coordinadora del Departamento de Orientación del “Wisdom School”, de Madrid, “hay que tener muy en cuenta la carga lectiva de inglés y las asignaturas que se imparten en esa lengua, el valor que se le da a la educación artística, la metodología empleada para llegar al conocimiento… En nuestro centro cuidamos mucho la primera escolarización y procuramos crear un entorno muy cálido para los recién estrenados alumnos. No tenemos prisa. Acompañamos a cada pequeño en su proceso madurativo con un seguimiento muy cercano e individualizado por parte del Equipo de Orientación. Lo que perseguimos es que inicien su vida escolar sintiéndose arropados y queridos”. Los profesores Bautista y Gómez-Zúñiga hacen hincapié en que también es básico enterarse de si el profesorado entiende su actuación educativa como un proceso global; es decir, si se preocupa del desarrollo integral de sus alumnos, no sólo de impartirles conocimientos. “Y si los docentes permiten la participación de los padres en el proceso educativo de sus hijos. Para el éxito escolar es necesario que la familia y el colegio formen un tándem y se apoyen y actúen conjuntamente”, añade Sandra Martínez.
Es importante que padres y colegio sigan la misma línea en cuanto a valores educativos y morales; si no, el centro dará charlas y organizará actividades sobre temas que los padres no sabrán justificar, defender ni explicar y esto creará un enorme desconcierto en el niño.
Otros detalles a considerar a la hora de elegir colegio son:
– El número de alumnos. En general, cuantos menos alumnos haya por cada clase, más personalizada será la atención.
– La comunidad de alumnos. Los especialistas en Educación y Psicología, Guillermo Bautista y Beni Gómez-Zúñiga, apuntan que “un alumnado diverso refleja con más acierto lo que es la sociedad y para los niños, estudiar en una comunidad heterogénea puede ser una experiencia mucho más rica que hacerlo en una comunidad homogénea”.
– Si incluye comedor y de ser así, qué tipo de dieta ofrece. La comida puede ser de catering o elaborada en el centro, pero lo realmente importante es que el menú sea completo, equilibrado y variado, para que los alumnos gocen de buena salud y se desarrollen y aprendan sin dificultades añadidas.
– La distancia a la que el centro se encuentra de casa. No hay que olvidar que si está muy lejos, el niño perderá horas de sueño y de estudio para poder desplazarse hasta allí y si tiene que ir en ruta, esto repercutirá en la economía familiar.
– El horario. Debe ser compatible con el del trabajo de los padres, con el fin de que el niño pase el menor número posible de horas solo o con alguien diferente a sus progenitores, después de acabar su jornada escolar.
– Las instalaciones. Las aulas deben ser espaciosas y, al igual que los baños, deben estar limpias, resultar cómodas, ser seguras… Además, el centro debe disponer de espacios separados para el ocio (patio, canchas de deportes…) y el estudio (biblioteca, laboratorio…) y contar con nuevas tecnologías. Los ordenadores, las tablets y las pizarras electrónicas son las herramientas con las que los niños van a crecer y saber usarlas bien será un factor clave para su futuro.
– Los deportes extraescolares que ofrece el centro. Fútbol, baloncesto, kárate, voleibol… Puede parecer una banalidad, pero no lo es. Gracias al deporte los niños desarrollan otras competencias y habilidades, crecen más y más sanos, aprenden a esforzarse para superarse, practican el respeto entre unos y otros y, por si esto fuera poco, rinden más en los estudios. Según una investigación realizada por el Observatorio de Estudios del Comportamiento, de Esade, el 40% de los alumnos que realizan algún deporte mejoran su rendimiento escolar, van al colegio más ilusionados y pasan menos tiempo delante del televisor.
La manera de obtener toda la información que nos interesa del centro escolar consta de varias fases: esperar a la salida de clase y preguntar a los padres de los alumnos, pedir referencias en la AMPA, solicitar una entrevista con los responsables del colegio y acudir a las jornadas de puertas abiertas que organicen. En cualquier caso, después de valorar los criterios anteriores y toda la información recabada, toca meditar muy despacio la decisión y eso sí, una vez tomada, los padres deben mostrar una confianza plena en su criterio, pues sólo así conseguirán transmitir seguridad a sus hijos y lograrán que se sientan bien en el centro que con tanto cariño y dedicación han elegido para ellos.
Público, concertado, privado… en todos puedes encontrar una enseñanza de calidad
“En los colegios privados se regalan las notas”, “en los públicos no se da ni palo” ”… Ante estas afirmaciones generalizadas, los padres no pueden evitar sentirse angustiados y preguntarse si en el centro que han elegido para su hijo impartirán una enseñanza de calidad o no. La respuesta rotunda es que sí, independientemente de que la entidad sea de carácter público, privado o concertado. Sandra Martínez, responsable de organización y coordinadora del Departamento de Orientación del “Wisdom School”, de Madrid, nos explica: “Todos los profesores que terminan sus estudios universitarios alcanzan la cualificación académica necesaria para dar clase. La calidad de sus enseñanzas dependerá de su entrega vocacional, de su implicación en el proyecto educativo propio del centro y de su predisposición para estar siempre en formación continua, con el fin de conocer y aplicar todas las innovaciones educativas”. En cualquier caso, si se piensa bien, la familia sólo “necesita” un centro educativo, no una red entera, o una titularidad determinada. Son las características singulares de cada centro lo que determina la elección.