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La importancia de repasar durante las vacaciones

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Empiezan las vacaciones y los padres se plantean la misma duda: ¿deben los niños repasar en julio y agosto lo que han aprendido a lo largo del curso escolar? Aunque no todos los expertos están de acuerdo, la inmensa mayoría recomienda que sí.

Según la Asociación Profesional de Pedagogos de Galicia, que los niños pasen tres meses sin hacer nada es fatal porque pierden el hábito de estudio y comienzan el mes de septiembre completamente perdidos, lo que les lleva a ir bastante flojos durante el primer trimestre del curso nuevo. Ana María Esteban, profesora de Enseñanza Secundaria del IES “Cardenal Cisneros”, de Madrid, comparte esta opinión: “Repasar ayuda a los alumnos a afianzar los conocimientos adquiridos durante el periodo escolar. Aunque hayan sacado buenas notas no deben pensar que no les hace falta, porque no es así: en muchísimos casos los temas se amplían en el curso siguiente, por lo que ese repaso les va a dar confianza y va a hacer que las lecciones les resulten más fáciles de comprender y asimilar desde el mismo mes de septiembre”. Maribel Martín de Rosales, portavoz del método Kumon (el alumno asiste a un centro donde el profesor no le da explicaciones, sino que le facilita las herramientas necesarias para que descubra por sí solo las respuestas correctas), insiste en la misma idea: “Mantener cierto ritmo de trabajo durante las vacaciones es muy positivo. Por un lado, porque facilita la adaptación al colegio tras las vacaciones, y por otro, porque ayuda a que el hábito de estudio y la capacidad de concentración que los alumnos han desarrollado durante el curso no se pierdan en unas cuantas semanas”.

Pero claro, la forma de repasar de los alumnos que han aprobado todo y de los que han suspendido no va a ser igual. La profesora Ana María Esteban nos explica: “Los primeros pueden organizarse por su cuenta. No hay que olvidar que han cumplido con su obligación y que están de vacaciones, por lo que el estudio no debe suponerles un esfuerzo excesivo. Si les agobiamos y les exigimos mucho, se desmotivarán y es seguro que abandonarán los libros a la primera de cambio, así que nada de presiones: media hora diaria de lectura o de práctica de ejercicios es más que suficiente. Por otro lado, no hay que olvidar que en estas fechas en las que todos tenemos más tiempo libre, ver con los hijos documentales sobre asuntos que despierten su interés, hacer debates sobre temas de actualidad, llevarles a museos curiosos, comentar libros… son otras formas muy eficaces de repasar, que les ayudarán a mantener vivos sus conocimientos”.

En cuanto a los alumnos que han suspendido, deben organizarse muy bien y repasar a conciencia, pues sólo así conseguirán recuperar las asignaturas que tienen pendientes. “Sin estudio no hay aprobado, y para lograr el aprobado, además de trabajar, es muy importante mantener la motivación del alumno”, afirma Maribel Martín de Rosales. “Para que el alumno no se desmotive hay que definir con él cuál es la estrategia que va a seguir para alcanzar sus objetivos, así como felicitarle y halagarle a medida que los vaya consiguiendo, por mínimos que sean. El apoyo de sus mayores y que el estudiante sea consciente de su propia progresión es lo que va a mantenerle motivado ante los libros”, continúa la experta.

Apoyo de los padres
Según la Encuesta sobre hábitos de estudio de los niños españoles, realizada por TNS Demoscopia, el 80% de los estudiantes de Primaria y el 45% de los de Secundaria recibe ayuda de sus padres al hacer los deberes. Y es un dato muy positivo, porque aunque el niño se haga un plan para estudiar solo, es fundamental que los padres se impliquen en su trabajo. Y esto no significa que le acompañen físicamente de continuo ni mucho menos que hagan los ejercicios y esquemas por él (de actuar así, el estudiante perdería la confianza en sí mismo y se convencería de que no es capaz de sacar el curso sin ayuda), pero sí que se interesen por lo que hace cada día, que valoren su esfuerzo, que le guíen para que mejore su rendimiento, que le animen cada vez que el pesimismo se apodere de él… “El papel de los padres es clave y su papel repercute directamente en favor de su hijo”, apostilla la portavoz del método Kumon. “Nosotros, en nuestros centros, desarrollamos capacidades como la autoestima, la autonomía, el hábito de estudio y la constancia, pero para que estas competencias se afiancen, los niños tienen que trabajar en casa nuestros cuadernillos a diario, solos, pero bajo la supervisión de sus padres”.

Un profesor en casa
Otra vía muy eficaz para que el alumno se prepare las asignaturas que le han quedado pendientes consiste en contratar a un profesor que acuda a su casa para darle clases particulares. “Es la opción más cara”, explica Ana María Esteban, “pero también la más adecuada cuando el alumno se atasca en una asignatura concreta o tiene problemas de concentración. Poder preguntar sus dudas a un profesor que está dedicado a él en exclusiva, sin la presencia de otros alumnos con los que pueda distraerse, y que el profesor vaya comprobando día a día si va entendiéndolo todo, es la mejor garantía para obtener una buena nota en el examen de septiembre. Para aprovechar las clases al máximo, lo ideal es que el niño estudie y haga los ejercicios él solo y que dedique las tutorías a resolver con el profesor las dudas que le hayan ido surgiendo y que no haya sabido solucionar por sí mismo”.

La tercera solución para asimilar durante el verano los conceptos que el niño no ha aprendido a lo largo del curso escolar radica en apuntarle a una academia de refuerzo. “Hay alumnos que necesitan la sensación de obligación para ponerse a estudiar en serio, porque si no, no hacen absolutamente nada. Para ellos, ir a clases de repaso es la mejor solución. Y si encima van con un compañero del colegio o con un vecino del barrio, se sienten más motivados, un punto más a su favor para conseguir el tan ansiado aprobado”, comenta la profesora Ana María Esteban, del IES “Cardenal Cisneros”. “Cada niño es un mundo, pero por nuestra experiencia sabemos que los padres notan un cambio espectacular en sus hijosen el primer mes de asistencia ”, apostilla la portavoz de este método, Maribel Martín de Rosales.

En cualquiera de los casos, es muy importante que unos días antes del examen, el estudiante se autoexamine; es decir, que se haga controles escritos y orales sobre lo que pueden preguntarle.

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