Mi hijo hace "pellas"
Hacer “pellas” sigue en auge entre los alumnos españoles. Casi el 25% de los estudiantes de 15 años las ha hecho, según revela el último informe Pisa. Un porcentaje que supera la media de la OCDE (19,7%).
¿La parte positiva? Los datos son mejores que los recogidos en el informe de 2012 y sitúan a España entre los países en donde más se ha reducido el absentismo escolar, con una bajada de tres puntos.
Las comunidades autónomas con mayor índices de absentismo son Andalucía (25,9%), Canarias (27,5%), Murcia (27,1%) y Extremadura (25,6%). En Madrid también han saltado las alarmas: según datos del Ayuntamiento, durante el curso 2015-2016 hubo nada menos que 2.442 casos de niños que no asistieron con regularidad a clase, 24 más que el año anterior.
Dónde está la causa
Las causas pueden ser muchas y muy diversas. Según explica Jesús Ramírez Cabañas, psicólogo educativo, puede deberse a que el alumno esté pasando por un mal momento en sus relaciones sociales y se escude en no asistir al colegio o que haya un examen ese día que no domine y prefiera no hacerlo, “hay alumnos que sistemáticamente no asisten al colegio porque les resulta un lugar aburrido y los temas amorosos también suelen ser culpables”, dice. Otra posible causa a tener muy en cuenta es la mala relación con los compañeros: “El alumno convive durante un importante número de horas con un grupo muy concreto de compañeros. Cuando este micro contexto se vuelve frío, hostil, cuando aparece el temido acoso escolar, la respuesta puede ser, sin duda, la huida de ese entorno”, expone Tomás Asenjo, profesor del Departamento de Educación, Métodos de Investigación y Evaluación de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de Comillas ICAI-ICADE.
Los expertos señalan que se debe distinguir entre hacer “pellas” y absentismo escolar crónico. Las primeras son faltas ocasionales que, según Jesús Ramírez, se suelen solucionar mediante el diálogo con el alumno. Sin embargo, el absentismo escolar crónico se entiende cuando el alumno falta a clase de manera habitual y sus consecuencias van más allá de los malos resultados académicos. Según el informe Pisa, los que se ausentan del colegio de forma generalizada tienen más probabilidades de tener trabajos mal pagados en el futuro, embarazos no deseados, abuso de drogas y alcohol y, por supuesto, abandonar antes la escuela. Algo que confirma Tomás Asenjo: “Hay una correlación evidente entre fracaso escolar y absentismo, pero sobre todo, no hay que olvidar que el absentismo crónico representa un problema sobre el que aumentan los factores de riesgo como la delincuencia juvenil, el paro y la exclusión social”.
Existen programas de prevención y control del absentismo escolar, de manera que los centros escolares informan inmediatamente a los padres si sus hijos no acuden a clase de manera injustificada. “La norma indica que el conserje haga una lista de ausencias pasando por todas las aulas y la entregue en secretaría. Desde aquí se encargan de llamar a las familias para comunicar la ausencia”, explica el psicólogo Ramírez Cabañas. También puede ser detectado por instituciones externas al centro escolar, como Policía Municipal, Servicios Sociales Municipales, ONGs, asociaciones de vecinos, etc. “Si la detección de los casos de absentismo escolar se realiza por parte de la Policía Municipal, cuando se constate la presencia en la calle de menores en edad de escolaridad obligatoria durante el horario lectivo, se solicitarán sus datos personales y el colegio en que están matriculados, así como el motivo o causa de la no asistencia al centro, y posteriormente se informará a la Mesa Local del Municipio”, explica la Consejería de Educación de Madrid.
Una vez detectado, ¿cómo atajar el problema? “Es preciso analizar cada caso en particular porque las causas son muchas y diversas. En nuestro centro, el tutor nos remite un Protocolo de Demanda de Atención al Servicio de Orientación en el que nos cuentan lo que ocurre y en función de la situación, actuamos de una manera u otra”, cuenta el psicólogo Jesús Ramírez. Según detalla este experto, se valora también la relación del alumno con los compañeros y el profesor.
Prevenir el absentismo escolar no es una tarea exclusiva de los colegios, también está en manos de los padres. Para Tomás Asenjo, la comunicación entre padres e hijos es fundamental, “hay que encontrar momentos para cultivar un diálogo sincero con los hijos, y en caso de absentismo, preguntar: ¿por qué lo has hecho? y ¿dónde has estado? A partir de esa búsqueda de soluciones, y de forma coordinada con el centro, establecer un plan de actuación personalizado”.
MEDIDAS CONTRA EL ABSENTISMO ESCOLAR
n La experiencia acumulada en los quince años de recorrido del programa contra el absentismo escolar del Ayuntamiento de Madrid ha revelado que, en la mayor parte de los casos, la falta de asistencia a clase suele ir asociada a una compleja situación familiar que requiere ser abordada desde una perspectiva multidisciplinar: profesionales procedentes de los servicios sociales, de los centros educativos, agentes tutores de la Policía Municipal y entidades y asociaciones sin ánimo de lucro. Las medidas de intervención incluyen la implicación de las madres y de los padres para reducir, en la medida de lo posible, los factores de riesgo de absentismo y del abandono, así como al diseño de estrategias de acogida y de motivación. La implicación de los padres parece clave, ya que en la escuela Mediterrani del barrio de Campclar de Tarragona se ha logrado erradicar el absentismo en las aulas gracias a la aplicación de una nueva metodología de aprendizaje: romper el dualismo profesor–alumno y ampliar el número de actores educativos, involucrando a los padres y a profesores voluntarios.
Uno de los motivos que más pesa en el absentismo escolar tiene que ver con el ámbito escolar. Según un estudio realizado por el Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid, cuando se pregunta a los alumnos por los motivos de su absentismo, destacan los relacionados con la institución escolar: prefiero hacer otras cosas 71,88%; no me interesan las clases 56,25%; problemas personales 46,88%; también lo hacen otros compañeros 43,75%; problemas con alguna asignatura 43,75%; evitar alguna actividad del colegio 34,38%; no estudio 25,00%; me llevo mal con algún profesor 21,88%; no hago los deberes 12,50%.
Entre las medidas contra el absentismo escolar destacan:
1Establecer mecanismos de coordinación entre los centros para facilitar la transición entre las etapas, especialmente entre primaria y la secundaria, que faciliten el conocimiento de las características de los alumnos (capacidades, intereses y expectativas, contexto familiar, etc.), así como la detección temprana del riesgo de absentismo.
2En los centros de secundaria muy grandes definir ámbitos educativos más pequeños “escuelas dentro de la escuela” que puedan adaptar el ambiente, las normas, las relaciones, y que hagan más visibles las figuras de referencia.
3Reforzar las relaciones positivas entre alumnos con riesgo de absentismo con otros alumnos y con profesores.
4Fomentar la participación de los alumnos a través de los delegados.
5Fomentar la participación de los alumnos en las clases: trabajo en equipo, grupos cooperativos, trabajo por pares, grupos interactivos, etc.
6Facilitar a los padres la implicación en la supervisión del trabajo escolar (agenda educativa).
7Diseñar protocolos y realizar actividades de acogida al inicio y durante el curso, especialmente para alumnos .
8Comunicar a los padres de modo inmediato las ausencias a clase o al centro de sus hijos.
9Realizar seguimiento de alumnos de riesgo y de alumnos absentistas.
10 Acción formativa y de orientación con alumnos y padres de alumnos absentistas: habilidades sociales, mediación, etcétera.
11 Establecer contratos y acuerdos educativos con los alumnos absentistas y sus padres.