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“Las notas de un TDAH nunca reflejan el esfuerzo realizado”

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Por Eva Carrasco

Mi vida con un TDAH es la lucha personal de su autora, Milagros Martín- Lucas, pero es también una llamada de atención al sistema educativo, que no siempre está preparado para manejar al diferente. La periodista ha llegado a la conclusión de que no es tan importante el colegio como el maestro cuando un TDAH entra en el aula y se dirige directamente a ellos: “Vosotros decidisteis ser maestros. Vuestra labor es enseñar a los niños difíciles”.

“No puede ser que cada vez que arranque el curso estemos esperando a ver si nuestros hijos tienen suerte, si les toca un tutor implicado, preparado y con ganas de enseñar y aprender”, así refleja el comienzo de curso Milagros, en el que muchos padres de niños con TDAH se ven reflejados.

¿Por qué has llegado a la conclusión de que no es tan importante el colegio al que lleves a tu hijo como la implicación del maestro?

Un niño que no da problemas va a ir bien en cualquier colegio. Pero cualquiera que sobresalga por altas capacidades o porque tenga dislexia o TDAH, estará en función del maestro que le toque. Los niños necesitan crear vínculos con los profesores, porque un educador tiene que enseñar a querer aprender. Todo irá mejor el día que el maestro esté valorado y que a Magisterio no vaya el que no le dé la nota, sino que sea vocacional.

Tú dices en el libro que las notas de un TDAH nunca reflejan el esfuerzo que se ha realizado…

No lo refleja si los profesores no quieren que se refleje. Mi hijo en Primaria estudiaba como un campeón, porque estos niños no tienen memoria inmediata y tienen que estudiarlo todo pasando a la memoria a largo plazo. Luego llega el examen y él está solo, se agobia porque le han puesto dos enunciados en una pregunta, contesta a voleo y suspende.

Aquí es dónde se hacen necesarias las adaptaciones. ¿Son metodológicas o de contenido? ¿Es como si a un niño ciego le das un libro en braille?

Efectivamente, hay dos tipos de adaptaciones. La adaptación no significativa cambia la forma de examinar, pero le van a pedir los mismos contenidos que al resto de la clase. Los exámenes tipo test, por ejemplo, no son recomendables porque contestan por impulsividad.
También existe la adaptación significativa que sí afecta a los contenidos y se aplican a niños que pueden llegar a tener un desfase de dos años de contenido. Esa adaptación tiene el problema de que cuando llegan a la ESO no titulan.

Vivir con un TDAH es una carrera de fondo. ¿Siempre hay que estar alerta?

Tienes la sensación de estar perdido, y tienes que confiar en el colegio. Cuando crees que está todo controlado, de repente pasa algo. Siempre tienes que estar alerta. Estos niños no funcionan por castigos, te los tienes que ganar. Como decía mi madre, “más se caza con la miel que con la hiel”. ¿Te has sentido juzgada? -Sí, eso es lo peor del mundo. Por eso utilizo en el libro la frase de Matar a un ruiseñor. Si algo he aprendido con mi hijo es que nadie tiene derecho a juzgar al prójimo, porque tú no sabes las batallas que está librando en su interior. A mí me han hecho llorar un montón de veces cuando me dicen que si mi hijo tiene el síndrome del Emperador, que soy una blanda, que si hace conmigo lo que quiere, que si prepárate para la adolescencia, que si está muy mimado…

¿En qué curso el niño empieza a ser consciente de que es diferente?

Cuando repitió segundo, en la nueva clase, un niño le dijo: “mi padre dice que nadie repite segundo de Primaria, el que repite es tonto”. Eso lo tiene grabado a fuego. Él me ha llegado a decir, “qué pena mamá, el único niño que tienes te ha salido tonto, qué mala suerte tienes”. Yo le intentaba convencer: “Gonzalo, no eres tonto, ¿no te das cuenta de que eres el que mejor habla de tu clase? Tú tienes dificultades y te va a costar más por eso te tienes que esforzar”.

¿Es cierto que estos niños desarrollan una mayor creatividad y empatía?

Estos niños son mucho más sensibles porque desarrollan otros sentidos para compensar. Trabajan otras inteligencias y suplen sus dificultades con una mayor sensibilidad y empatía. Mi hijo tiene una gran empatía, ahora mismo los niños no saben valorar eso y él no es consciente, pero cuando sea un adulto esa empatía va a ser muy valiosa. Lamentablemente ahora solo se mira lingüística y matemáticas.

¿Qué miedos tienes como madre ante el futuro de tu hijo?

A los miedos que tiene cualquier padre, nosotros tenemos más miedos por su futuro, pero tenemos que dar gracias porque hay cosas mucho peores. Es una dificultad, pero con esto se puede y no es tan grave. Ellos tienen que aprender a superarla. Todos tenemos alguna dificultad y tenemos que ser conscientes de dónde flaqueamos y dónde brillamos.

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