La generación Z: ¿Demasiados "ninis"?
La pandemia sigue arrojando datos negativos en la educación de los jóvenes: vuelve a subir el número de jóvenes que ni estudia ni trabaja (“ninis”) después de varios años en descenso. ¿Qué está fallando?
Por Olga Fernández
La pandemia y la crisis ha hecho que cada vez haya más “ninis” en España. El porcentaje de jóvenes de 15 a 29 años que ni estudia ni trabaja ha aumentado por primera vez desde 2013, situándose en 2020 en un 17,3%, 2,4 puntos más que en el año anterior, según la Encuesta de Población Activa.
El término “nini” procede del inglés “neet” (no employement, education or training) y comenzó a usarse a finales de los años 90. “En mi opinión, actualmente es un concepto poco afortunado para etiquetar a los jóvenes, porque con él se culpabiliza y juzga a los jóvenes por unas circunstancias vitales que poco son de su elección y sobre las que tienen poca capacidad de acción”, apunta José Antonio López, investigador de la cátedra José María Martín Patino de la Cultura del Encuentro de la Universidad Pontificia Comillas y experto en sociología y jóvenes.
¿A qué se debe?
“Fundamentalmente al desempleo, que venía descendiendo sin pausa desde 2011-2012, y a la precariedad y temporalidad de los empleos con los que recibe el mercado laboral a estos jóvenes, que son sin duda la generación de jóvenes mejor formados que hemos tenido en España”, explica José Antonio López. Hay que remontarse a la crisis económica de 2006 para entender la evolución: la tasa de paro juvenil comenzó a subir a partir de 2006 y alcanzó su máximo en el primer trimestre de 2013. De forma que los jóvenes “ninis” llegaron a ser cerca de 1,6 millones a finales de 2012, según los datos que recoge la Encuesta de Población Activa (EPA).
Pero a partir de ese momento la tendencia cambió y empezó a descender el número de “ninis”, más por el aumento del estudio que del empleo. Con la pandemia, vuelve a aumentar pero manteniéndose en niveles inferiores a los anteriores a la crisis económica. “Porque los jóvenes ahora ven en la formación una necesidad de primer orden para luchar con la difícil inserción laboral que enfrentan estas nuevas generaciones”, dice José Antonio López.
La clave sigue siendo cómo formarse para el mercado laboral. “Es necesario cambiar las tornas y hacer de nuestra juventud una generación con futuro, con trabajo y cada vez más solidaria, en medio de la crisis lo positivo sería ver la oportunidad de identificar cambios necesarios y dirigirse a lograrlos, cambiar es y será tarea de todos (no sólo echar culpa a los políticos, a los jóvenes, al sistema educativo, etc.)”, expone López. Este experto propone explorar la vía de modernizar y flexibilizar la oferta de formación profesional reglada, que actualmente es “excesivamente rígida y estructurada para un modelo de mercado laboral anticuado”.
“Los jóvenes ven el mundo actual como un lugar con demasiados problemas”
José Antonio López, investigador de la cátedra José María Martín Patino de la Cultura del Encuentro de la Universidad Pontificia Comillas y experto en sociología y jóvenes.
¿Cómo son los jóvenes de hoy?
Los jóvenes de la generación Z (del año 2000 en adelante) se parecen mucho a los de la generación millenial que les precede (nacidos entre mediados de los 80 y finales de los años) en mentalidades y gustos, pero quizá sean más realistas, pragmáticos y con más conciencia política. A los ojos de un joven (millenial o generación Z), el mundo actual aparece como un lugar en el que encuentran demasiados problemas, demasiadas crisis, demasiados riesgos… En los medios de comunicación, cada día oyen hablar de crisis y recesión económica, paro, problemas medioambientales, terrorismo globalizado (incluyendo ciberterrorismo y manipulación de noticias), conflictos armados y desastres naturales devastadores. No es de extrañar que las encuestas más recientes señalen la existencia de un marcado pesimismo entre los jóvenes, cuando cerca de la mitad de ellos declaran falta de confianza en un futuro prometedor, con independencia de la crisis en que nos hallamos inmersos.
¿Qué les preocupa y cómo piensan?
Para saber lo que les preocupa y cómo lo cuentan, primero hay que escucharlos, contando con que quieran y sepan comunicarlo claro está. Y ninguna de estas dos condiciones son tan sencillas como puede parecernos en principio. Tan acostumbrados a los medios audiovisuales y los mensajes en las plataformas y redes sociales, a veces cuesta lograr que verbalicen sus ideas y su visión de las cosas. Y tan ajetreados que vivimos los adultos (y casi todos) en la sociedad actual, a veces cuesta encontrar los espacios para el diálogo intergeneracional…
¿Qué consecuencias tiene esto a nivel social?
Por un lado, la pérdida de talentos, al no ocupar a los jóvenes en actividades acordes a sus capacidades. Algo que a medio plazo puede traducirse de nuevo en un aumento de la emigración juvenil en busca de mejores oportunidades.