¿Y si la OCDE no tuviera siempre la razón? ¿Y si no se tratara tanto de tocar la jornada?

Recientemente, la OCDE, de la mano del Ministerio de Educación y Formación Profesional y la Comisión Europea, sugería a España «revisar modelos como Dinamarca y Portugal», con sistemas flexibles de jornada completa, para luchar contra el abandono escolar.

Replantearse el modelo de la jornada intensiva en los centros escolares figuraba en el puesto de honor de las Propuestas para un plan de acción para reducir el abandono escolar temprano en España, pues se considera que este horario «perjudica a los más desfavorecidos». Por contra, «pasar más tiempo en el centro educativo permite elevar las tasas de graduación y mejorar el aprendizaje y otros indicadores sociales y conductuales».

Otro informe centrado en la reducción del abandono no aboga por cambiar el modelo de jornada intensiva, pero también nos habla del tiempo que pasan los alumnos en el centro educativo. En concreto, de los años que pasa. Se trata de El abandono educativo temprano en España y la extensión de la enseñanza obligatoria hasta los 18 años. Argumentos y
evidencias para una propuesta de intervención, de Francisco López Rupérez e Isabel García García, de la Cátedra de Políticas Educativas de la UCJC.

Esta propuesta, alternativa a la de la OCDE y mucho más directa, considera la ampliación de la escolarización obligatoria hasta los 18 años una intervención sobre el sistema de carácter «total».

El informe, en vista de que las distintas actuaciones emprendidas por las comunidades para reducir el abandono no han podido evitar los incrementos que este ha registrado en 2022 en más de la mitad de ellas ni han permitido reducir la disparidad regional en este indicador, recurre a la evidencia internacional, que ha identificado efectos positivos de la ampliación de la escolarización obligatoria «en los ámbitos de la salud individual, de la economía personal, de la corrección de desigualdades educativas por medio de la transmisión intergeneracional y del abandono educativo temprano, en especial, para los alumnos con bajos rendimientos o con inferior nivel socioeconómico, que serían los más beneficiados por este tipo de política».

Para ello, propone fijarse en Portugal, donde a la extensión de la enseñanza obligatoria hasta los 16 años (donde se ha quedado España), siguió su extensión hasta los 18. Esta y otras evidencias a escala internacional permiten a los autores concluir que «la ampliación de la enseñanza obligatoria hasta los 18 años sería una política que, si está bien concebida y bien implementada, reduciría el abandono escolar temprano en España y mejoraría significativamente el nivel formativo de nuestros jóvenes».

Se trataría, además, de «una política efectiva de equidad que no solo operaria al nivel individual de los alumnos, sino también al nivel de los territorios».

Estas son las medidas que proponen los autores del informe, que consideran que se trata de una intervención que permite a las instituciones orientar a las personas en direcciones que promoverán su bienestar preservando al tiempo la libertad de elección.

• Incorporar, mediante ley orgánica, a la ordenación básica del sistema educativo español la ampliación de la enseñanza obligatoria hasta los 18 años.
• Asegurar la calidad de la intervención y no reducirla a una simple medida de escolarización de carácter cuantitativo.
• Introducir una modificación en la estructura de la enseñanza secundaria en dos ciclos, de tres años de duración cada uno, con el fin de garantizar un periodo suficiente de formación orientada tanto a los alumnos que cursen la opción profesional del segundo ciclo, como a los que cursen la opción general.
• Desarrollar una mayor integración entre educación y empleo, mediante fórmulas duales para los alumnos que cursen la opción profesional.
• Introducir una mayor flexibilidad en la ordenación académica que facilite la conciliación de estos dos aspectos fundamentales y complementarios para aquellos alumnos que trabajen.

• En el contexto de la UE, España se situaba en 2021 en penúltimo lugar en abandono escolar temprano, por detrás de Rumanía.
• Sin embargo, hay más variación entre comunidades autónomas que entre los distintos países de la UE. El rango de variación entre comunidades en 2022 era de 13,1 puntos. Entre los países de la UE en 2021 era de 12,9 puntos.
• En 11 territorios españoles se incrementó el abandono en 2022. Este incremento fue significativo en los casos de Ceuta (5,4 puntos), la Comunidad Valenciana (2,9 puntos), Baleares (2,8 puntos) o la Comunidad de Madrid (2,5 puntos).
• El informe de la UCJC insiste en la «multicausalidad» del fenómeno, «por lo que explicar el incremento experimentado en España en 2022 como debido a la reactivación económica constituye una simplificación improcedente».