Una guía práctica para asegurar un buen uso de la tecnología por parte de nuestros hijos
La tecnología ya es una parte indispensable de nuestra vida. Sin duda, sus avances han traído consigo multitud de beneficios para la sociedad, como el acceso a la información y el entretenimiento, el aumento de la productividad o la posibilidad de conectarnos con personas de todo el mundo. Sin embargo, esta revolución también viene acompañada de diversos riesgos que, en muchas ocasiones, aun no podemos ni medir, como la dependencia a estos dispositivos, la exposición continua, entre otros.
Un claro ejemplo es lo que se está viviendo ahora con la protección de datos en sistemas de Inteligencia Artificial o en redes sociales como Tik Tok. Con todo ello, se hace necesario que aprendamos a llevar a cabo un uso responsable de la tecnología, ya que su desarrollo va muy por delante de la legislación y, lo que es más importante, que enseñemos a nuestros jóvenes y adolescentes medidas de protección eficaces.
Pero ¿qué problemas puede traer el uso de la tecnología en nuestros jóvenes?
Algunos de sus peligros de las nuevas tecnologías son menos obvios y, aunque muchos de ellos los empezamos a intuir o incluso sentir, conviene detenerse en ellos.
En primer lugar, debemos pensar en las cosas que estamos dejando de hacer mientras usamos las pantallas. Todo el tiempo en el que estamos frente a un ordenador, un móvil o incluso un Smart TV, es tiempo que no estamos leyendo, estudiando, jugando con los amigos, estando con la familia o simplemente disfrutando de la naturaleza.
En segundo lugar, podemos destacar la hiperconectividad. Estamos siempre conectados, por lo que no es de extrañar que los niveles de ansiedad de nuestra sociedad se estén disparando. El uso de las redes sociales además nos obliga a estar decidiendo continuamente qué tenemos que hacer: ¿cuándo contesto? ¿Qué contesto? ¿Qué pensarán si contesto? ¿Por qué no me han contestado? Vivimos en un eterno dilema. A la caza sin descanso del like, y esto nos tiene, a jóvenes y adultos, en un estado continuo de alerta.
Vivimos en un eterno dilema. A la caza sin descanso del 'like', y esto nos tiene, a jóvenes y adultos, en un estado continuo de alerta
Los problemas, además, desde que existen las redes sociales, son más problemas. Los conflictos entre amigos o entre compañeros de clase se convierten en algo público, en algo en que todo el mundo puede opinar, por lo que sus efectos son mucho más dañinos. El bullying se convierte en espectáculo.
En tercer lugar, es importante no olvidar la exposición a contenidos adultos para los que nuestros jóvenes tal vez no están aún preparados. La extrema violencia y sexualización de los videojuegos y de las series de televisión más de moda, la radicalización política polarizante que tanto daño le hace a nuestra democracia, la exposición a las fake news, a los retos de extremo peligro, a consejos de belleza tóxicos. El fácil acceso a todo ello exige largas conversaciones para ayudarles a entender el mundo en el que están viviendo.
Por otro lado, nuestros errores, también hoy, perduran más en el tiempo. Es difícil borrar hoy nuestra huella digital. Lo que hemos hecho hoy tal vez signifique que mañana nos impida empezar de cero, por lo que es importante salvaguardar nuestra intimidad. Pues, además, nuestra privacidad también está siendo amenazada continuamente, tanto por parte de ciberdelincuentes como, incluso, desde un punto de vista comercial.
La solución más fácil sería la de prohibir, pero nuestra sociedad no entiende la convivencia desde la prohibición sino más bien desde la comprensión, la empatía y superación de dificultades, y es aquí donde los adultos tenemos un papel vital. La escuela por supuesto ha aceptado el reto de jugar un papel esencial y es por este motivo por el que trabajamos a diario en este sentido.
En el caso de The English Montessori School, TEMS tenemos en marcha el programa Digital Agency, cuyo objetivo es garantizar que los estudiantes no solo comprenden cómo utilizar estas tecnologías, sino que también sepan integrarlas en sus vidas de manera positiva. Pues es fundamental que seamos capaces de asegurar un buen uso de la tecnología por parte de nuestros hijos.
Es importante reflexionar sobre cómo utilizamos los teléfonos móviles y hasta qué punto nos afecta su uso, ya que, si queremos que nuestros hijos o estudiantes no utilicen estos dispositivos de manera excesiva, nosotros mismos debemos hacer lo mismo. Debemos tener en cuenta que nuestra exposición a los contenidos y experiencias a través de las pantallas sigue siendo significativa, a pesar de que podamos filtrarlos.
Es importante dejar claro que debemos limitar el uso de estos dispositivos y los tiempos en los que lo utilizamos para cada cosa. Algunas prácticas concretas pueden ser:
- Establecer un lugar común para hacer uso del móvil y de los videojuegos.
- Dejar el móvil lejos durante la realización de ciertas actividades como la comida o el estudio.
- Enseñarles a evitar responder inmediatamente a los mensajes y elegir el momento adecuado para contestar.
- No llevar el móvil a la cama para mejorar el descanso.
- Establecer prioridades y no olvidarnos de realizar actividades físicas y otros hobbies.
- Pactar de forma conjunta las consecuencias de los incumplimientos.
Un consejo extrapolable a todos los ámbitos es el de conversar: ¿Qué sientes cuando usas las redes sociales? ¿Qué te gusta? ¿Qué te disgusta? ¿Puedo ayudarte? ¿Te gustaría hablar de ello? Intentar entender el motivo que les empuja a querer hacer un uso continuado de los mismos, a no desconectarse.
Estas conversaciones son fundamentales y además tienen un efecto positivo dentro la familia. Entender qué hacen online nos ayuda a entender qué les pasa. Además, entender lo que ellos sienten nos ayudará también a nosotros a reflexionar sobre lo que nosotros sentimos. Cualquier excusa es buena para tener conversaciones con ellos.
En este sentido, para ello:
- Conviene evitar siempre los juicios de valor. No les juzgues, entiéndeles.
- Atiende a los cambios de ánimo y de comportamiento de tus hijos para conversar con ellos.
- Habla con ellos sobre la privacidad. No todo tiene por qué compartirse con todo el mundo.
- Transmitir que los medios escritos no cuentan con el lenguaje no verbal, por lo que debemos evitar debates conflictivos por redes sociales o WhatsApp. Siempre es mejor hablar las cosas en persona. En el peor de los casos, un mensaje de voz da mucha más información que una palabra y un emoji.
Con todo ello, aprender a disfrutar de los dispositivos móviles en familia es la clave para hacer un buen uso de la tecnología. Debemos fomentar el uso compartido de los dispositivos, introducir a los niños poco a poco en el uso de las pantallas y limitar su uso.
Cada pequeño paso cuenta y cada cambio en nuestros hábitos es importante. Debemos tener en cuenta que los dispositivos móviles están aquí para quedarse y es fundamental aprender a convivir con ellos de manera positiva. Por ello, también es imprescindible que no dejemos de informarnos para estar al tanto de las cosas nuevas y que pueden influenciarnos e influenciarles.
- Gonzalo Plaza y Álvaro Ramos son digital leaders de The English Montessori School (TEMS)