Tres horas diarias sin telebasura

¿Podrán los padres dejar que sus hijos pequeños vean solos la televisión? la nueva Ley en vigor obliga a las cadenas a respetar los horarios protegidos para los menores. No obstante, falta aún su mejor vigilante, el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales.

En España, la protección a los menores de edad frente a contenidos televisivos inadecuados ya es legal. La Ley General de la Comunicación Audiovisual fomenta el ejercicio los derechos ciudadanos ante los gigantes de la comunicación. Cierto, el Gobierno lo ha hecho a regañadientes, porque el primer proyecto ignoraba la Directiva Europea de 2007 contra la pornografía y la violencia. Ahora, la televisión –un servicio público de concesión estatal– deberá habilitar espacios que no perjudiquen el desarrollo físico, mental y moral del niño, evitando programas inadecuados para su edad.

Cinco Medidas

La primera medida es la citada de prohibir pornografía y violencia gratuita a cualquier hora, en abierto.

Segunda, incluirá alertas visuales y acústicas en aquellos programas clasificados como “perjudiciales” para menores. Sólo podrán emitirse entre las 22.00 y las 06.00 horas. Las alertas son un dato para que los padres adopten precauciones.

Tercera, habrá tres franjas horarias de protección infantil: dos de lunes a viernes, en horario de 8 a 9 de la mañana y de cinco a ocho de la tarde; y otra franja los sábados y días festivos, de 9 a 12 del mediodía.

Cuarta, las televisiones adaptarán su tecnología para posibilitar que un adulto bloquee programas si no desea que los vea un menor. Es el llamado “control parental” de la televisión.

Y quinta, la ley menciona el Código de Autorregulación de Contenidos Televisivos para la Infancia, y encomienda al futuro Consejo Estatal de Medios Audiovisuales (CEMA) –auténtico cuerpo de doctrina sobre el menor– vigilar su cumplimiento.

La creación del CEMA abre buenas perspectivas, pues donde funcionan consejos audiovisuales (Andalucía, Navarra y Cataluña) los derechos del usuario se ejercen mejor. Hoy, los padres carecen de escudo frente a unos contenidos de televisión que subordinan la calidad y los valores a la audiencia. Claro que ese Consejo no está en marcha. Aún no existe ni el reglamento.

Sin telebasura

Sea como fuere, la Ley Audiovisual abre un punto limpio de contaminación para menores. Durante tres horas diarias, de 17.00 a 20.00, todas las televisiones quedan obligadas a ofrecer una programación autorizada para niños de 13 años para abajo. Los programas irán calificados por edades. La realizará el Consejo Audiovisual, pero, y aquí viene uno de los grandes aciertos, aplicando los criterios del Código de Autorregulación antes citado.

Por lo tanto, los padres podrán quedarse tranquilos cuando sus hijos pequeños vean la televisión. De lunes a viernes, de cinco a ocho habrá tres horas seguidas, diarias, sin telebasura, más otra hora, de 8 a 9 de la mañana, y tres más, de 9 a 12.00, sábados y festivos.

Infracciones a la ley audiovisual

MUY GRAVES

• Difusión del nombre, imagen o datos que permitan identificar a un menor con motivo de investigarse un delito o en emisiones dedicadas a su tutela y filiación.
• Infringir cuatro veces en un año la protección a menores por razón de contenidos audiovisuales
• Contenidos que fomenten el odio, el desprecio a la discriminación por motivos de nacimiento, raza, sexo, religión, nacionalidad, opinión o cualquier otra circunstancia personal.
• Comunicaciones comerciales que vulneren la dignidad humana o utilicen la imagen de la mujer de forma vejatoria do discriminatoria.

GRAVES

• Emitir en abierto pornografía y violencia gratuita, entre las 06.00 y las 22.00 horas.
• Incumplir los códigos de autorregulación aprobados por las cadenas y homologados por las autoridades competentes.
• Se encomienda al Consejo Estatal de Medios velar porque se cumpla el Código de Autorregulación firmado por todas las televisiones generalistas en 2004.
• Incumplir las condiciones de accesibilidad a los disminuidos (sordos y mudos).
• No facilitar el control parental en servicios audiovisuales de pago.