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Paloma Cavero: "El cuidado de una planta resulta un gran aprendizaje; ahí se descubre el valor de la espera"

Esta profesora del Colegio "Orvalle" de Las Rozas (Madrid) ha escrito, junto a Isabel Carril y Beatriz Rodríguez-Rabadán, 'El principito te enseña a cuidar nuestro planeta', un cuento con el que pretende que los más jóvenes adquieran más consciencia ecológica a través del clásico 'El principito', que este año celebra su 80 aniversario.
RedacciónJueves, 26 de octubre de 2023
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Paloma Cavero es profesora del Colegio Orvalle, de Las Rozas (Madrid)

Tienes más de 20 años de experiencia en Educación Infantil y Primaria como profesora y coordinadora en el Colegio «Orvalle». ¿Cómo ha evolucionado la educación en estos años?
—Antes la educación era más sedentaria y repetitiva. Ahora es mucho más manipulativa, experiencial, el aprendizaje es divertido, dinámico. En «Orvalle» además, el alumno está en el centro de ese aprendizaje y tratamos de que mediante la investigación aprenda a pensar por sí mismo.

¿Cuál es la razón que te ha llevado a escribir, junto a Isabel Carril y Beatriz Rodríguez-Rabadán, el cuento El principito te enseña a cuidar nuestro planeta? ¿Por qué decidisteis destacar el aspecto del cuidado del medio ambiente?
—Estudié francés y para la cultura de este país, el cuento de Antoine de Saint-Exupéry es un emblema. Además, en mi familia siempre ha estado presente, por lo que desde pequeña lo he leído muchas veces, tanto en francés como en castellano. También he visto versiones que han llevado al cine y es un cuento que se puede leer a cualquier edad porque transmite muchas enseñanzas. Por otra parte, me encanta disfrutar de la naturaleza. En «Orvalle» tenemos la suerte de estar rodeados de árboles, plantas, prados, etc. y eso en el día a día es un privilegio. Estar en contacto con la naturaleza mientras trabajo me permite admirarla y transmitírselo a las alumnas. En el cuento se fusionan dos de mis grandes pasiones: El principito con un valor actual como es la ecología, lo que hace que juntos cobren mucha más fuerza y nos impulse a cuidar el planeta.

El principito, que celebra este año el 80 aniversario de su primera publicación, reivindica la infancia como un territorio para recuperar lo esencial. ¿Qué consideras que es lo esencial actualmente en la educación y cómo podemos inculcarlo?
—Lo esencial es inculcar conocimientos y buenos valores a los alumnos: respeto hacia uno mismo y hacia los demás, el valor que uno tiene como persona, cómo la naturaleza está hecha para que el hombre disfrute, la importancia de cuidar lo que nos rodea porque los demás también tienen derecho a disfrutarlo, etc. Pienso que la buena formación del profesorado es uno de los aspectos fundamentales para transmitir esto. La constante formación hace que cada vez enseñemos mejor y el aprendizaje llegue mejor a los alumnos.

En el cuento se lee: ‘‘El planeta en el que tú vives es enorme y maravilloso: tiene playas fantásticas, montañas altísimas, bosques, ríos…’’. ¿Cómo podemos acercar esta belleza a los niños y jóvenes?
—Para lograr descubrir esta belleza en la naturaleza son fundamentales cuatro pasos: pararse, mirar, descubrir y admirar. En clase salimos muchas veces al exterior para descubrir esta belleza en lo que nos rodea. También metemos la naturaleza en el aula. Tenemos plantas, semillas recién plantadas, y tratamos de crear un ambiente que permita este descubrimiento cada día, bajando el tono de voz, guiando la mirada hacia lo positivo, lo bueno, lo bello. El cuidado de una plata resulta un gran aprendizaje para las alumnas: ahí descubren el valor de la espera, hasta que crece. Necesitan también usar la memoria para acordarse de regarla, el tacto para tocar la tierra y notar que está seca. Les lleva a descubrir el valor del cuidado, los efectos que tiene el cuidado. Esta mañana una alumna me decía: «¿Puedo regar mi planta?» Y nos hemos parado a observar lo que había crecido ya en su maceta. Esta es una forma de acercar la belleza en el día a día.

En el cuento animáis a cuidar y respetar el planeta, sin olvidaros de las personas. Igual que el rey triste y solo con el que se encontró el principito, o el zorro triste, hoy en día hay muchos jóvenes están en esta situación. ¿Qué propones a tus alumnas de Primaria para contribuir a mejorarla?
—En «Orvalle» tenemos la suerte de contar con un programa propio, Aprender a ser persona, que permite que las alumnas tengan unos cimientos firmes, trabajando en aspectos como la autoestima, el agradecimiento o la libertad. Hay un tema de este programa que se llama «Soy única pero no la única«, que descubre justamente este aspecto, que se trabaja desde diferentes enfoques con las distintas asignaturas y durante un trimestre. Por ejemplo, en clase tenemos un bote con el nombre de todas las alumnas en un papel. Así, cada semana cada alumna saca un nombre y se propone cuidarla de forma especial: por ejemplo, puede comer con ella en el comedor, jugar en el recreo juntas, etc. Además, gracias a la preceptuación, colegio y familia trabajamos a una los mismos valores, logrando que el aprendizaje cale en los alumnos y lo incorporen en su vida.

¿Para qué edades recomendarías el cuento? ¿Dónde podemos encontrarlo?
Lo recomendaría desde los dos hasta los ocho años. Como he dicho antes, es un cuento que tiene aprendizajes para todas las edades. Además, sugiere ideas de actividades que se pueden hacer en familia como realizar excursiones por el campo, reciclar, preocuparse por los ancianos, etc. El cuento está disponible en todas las librerías: Fnac, El Corte Inglés, La casa del libro, Amazon, etc.

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