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Niños felizmente adaptados. 1º parte

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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La incorporación de los niños a las escuelas infantiles es un acontecimiento de gran trascendencia tanto para el pequeño como para los adultos vinculados con él. Reflexionemos sobre el tema de la adaptación escolar; sobre esta etapa en la que los niños salen de su mundo familiar donde ocupan un lugar definido y donde se mueven en un espacio seguro, conocido y protegido como es su casa.

La adaptación a un centro educativo, a una nueva profesora, a nuevos compañeros con los que compartir durante un curso escolar maravillosas experiencias, transcurrirá en un periodo de tiempo que variará en relación con la edad del niño.

La dificultad para adaptarse al centro infantil es inversamente proporcional a la edad en la que se produce la incorporación; es decir, un bebé lo conseguirá con mayor facilidad que un niño más mayor.

Cronológicamente podemos señalar:

• Hasta los siete-ocho meses el bebé no plantea problemas de adaptación. No es consciente del tiempo transcurrido y todo lo mide por su grado de bienestar. Sus necesidades de sueño, higiene y alimentación y su afectividad deben estar completamente satisfechas. Siendo así, el bebé asumirá el centro como suyo casi desde el primer momento y sus espacios, sus compañeros y sus educadoras entrarán a formar parte de su vida con toda naturalidad.

• A partir de los ocho meses y hasta los doce, el bebé ya es más consciente de la ausencia-presencia de sus padres y ya empieza a extrañar, aunque todavía no rechace, al adulto con el que entabla nuevo contacto y que le ofrece afecto, consuelo y entretenimiento.

• En el periodo que va de los 12 a los 18 meses el niño puede manifestar, en los primeros días, un mayor rechazo pero se sentirá muy atraído por todas las novedades que va encontrando: jardines, areneros, juguetes, actividades y, sobretodo, por los demás niños cuya compañía contribuirá, muy eficazmente, a que su adaptación sea más rápida.

Hablemos ahora de los niños más mayores.

A partir de los dos años su periodo de adaptación puede durar entre quince y veinte días y debe ser cuidado, de manera especial, por los profesionales de la escuela.

Será necesario elaborar un programa de adaptación que permita a los niños conocer los espacios donde va a convivir con sus compañeros, donde comerá, donde dormirá su siesta, donde se colocarán los juegos manipulativos o simbólicos con los que irá consiguiendo progresivamente desarrollar sus capacidades…

Una vez llevado a cabo este programa, nuestro niño conseguirá la seguridad afectiva y comprobará que es divertido ir a la escuela, que con sus profesoras todos los días hay “algo nuevo que aprender”, nuevos juegos, nuevas canciones, nuevas relaciones que establecer con sus compañeros.

Y este periodo de adaptación se convertirá en un proceso mediante el cual nuestros alumnos van elaborando, desde el punto de vista de los sentimientos, la seguridad para superar la separación de la familia llegando, voluntariamente, a una aceptación interna de la misma.

¡Nuestro alumno está adaptado a la escuela!. Esto le reportará beneficios en su desarrollo integral .

Es importante recalcar que una escuela con un buen programa de adaptación conseguirá, sin grandes dificultades, que sus alumnos establezcan vínculos de relación con los profesores y con otros niños haciéndoles protagonistas de su proceso de adaptación.

Pasada esta primera etapa podemos encontrarnos con alumnos que lloren con su papá y su mamá al llegar a la escuela pero, una vez dentro del centro, se muestran felices y contentos de aprender, participar, colaborar… es decir integrarse en la vida del aula.

Pero… entonces ¿por qué llora?, ¿cuál es la raiz de ese llanto?.

En el artículo del próximo mes abordaremos este tema junto con unas orientaciones específicas para que los papás puedan ayudar a superar con éxito el periodo de adaptación.

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