Finaliza con éxito la décima edición de Educacine, el Festival Internacional de Cine Educativo de Madrid
De izda. a dcha., el presidente de Siena Educación, Aureo Ruiz de Villa; el director de Decine21, José María Aresté; la guionista y directora de "Vasil", Avelina Prat; y el miembro del comité organizador del festival, Juan Luis Sánchez/MAGISTERIO®
Del 11 al 15 de diciembre, la capital española vivió cinco días llenos de cine educativo gracias a la esperada X Edición de Educacine, el Festival de Cine Educativo de Madrid. El evento, en el que se proyectaron 11 películas especialmente seleccionadas para la reflexión y formación de los asistentes, reunió a más de 3.000 participantes entre alumnos de Secundaria, Formación Profesional y Bachillerato, educadores y padres.
«Nuestro planteamiento era que los jóvenes espectadores descubrieran un tesoro en las películas, lo que queda reflejado en el póster de este año. No deja de sorprenderme cada año la afluencia masiva de público. Y las aportaciones de los chicos y chicas, que en algún caso confiesan que no habían acudido antes a una sala de cine a ver una película», explicó, con gran satisfacción, José María Aresté, director de la cita.
La décima edición no solo celebró la fusión de cine y educación, sino que también proporcionó una plataforma única para que los estudiantes y educadores exploraran y reflexionaran sobre diversas temáticas a través del Séptimo Arte. Con un éxito rotundo, el festival ha dejado una huella positiva en la comunidad educativa, consolidándose como un referente en la promoción del cine como herramienta pedagógica.
El festival ha sido posible gracias a la colaboración entre el diario digital de cine y series Decine21 y el periódico Magisterio, con el respaldo del Ayuntamiento de Madrid. Además, ha contado con la colaboración de Methos Media, Aula Siena, Inav y Fundación Diálogos.
Este año, el Festival Educacine comenzó con la proyección de The Lost King, un filme con el que los organizadores del evento pretendían despertar en los alumnos la curiosidad por la arqueología.
La película fue presentada por el profesor y autor Carlos Tejerizo, que participó también en el debate posterior. «¿Cuál es el mayor descubrimiento en el que ha estado presente?», le preguntó uno de los alumnos durante el mismo. «He estado en una excavación de un cementerio del siglo XIX, donde se encontraron ataúdes con cristal, algo poco común», contestó él, maravillando a los estudiantes.
En la segunda sesión de la mañana, la arquitecta Avelina Prat, reconvertida en guionista y directora cinematográfica, presentó su film Vasil. Este, dijo, «nació de una historia real». «Un día llamé a mi padre, y me dijo que estaba con un inmigrante, un tipo bastante culto, que iba a pasar con él unos días. Esos días se convirtieron en meses», narró al presentar la película, fruto de la sorpresa que le causó esa historia.
Prat aprovechó el evento para hablar de las dificultades por las que pasan quienes llegan a un país extranjero en busca de una vida mejor. «Muchas veces se les discrimina por la falta de recursos económicos. Los que tienen dinero se integran sin problemas», apuntó.
El martes, Arturo Menor, director de Iberia, Naturaleza Infinita, encandiló a los jóvenes estudiantes con «el viaje de un águila real desde la Cordillera Cantábrica por toda la Península Ibérica». En la cinta, según dijo, se repasan los principales ecosistemas y las especies más emblemáticas, además de ponerse el foco en los «problemas de conservación» de algunos de estos animales. Con ello, Menor trató de despertar la conciencia ecológica en los chicos.
Después, Aresté y Juan Luis Sánchez, miembro del equipo organizador del festival, dirigieron un debate en torno a El gran Maurice. «La película es muy humana, habla de que es importante luchar para cumplir con los objetivos personales, prepararse concienzudamente, asumir que se puede fracasar y contar con el respaldo de la familia», apuntó Aresté.
La jornada se completó con el preestreno exclusivo de Perfect Days, último trabajo del alemán Wim Wenders, que representa a Japón en los Oscars de este año. La cinta sigue el periplo de Hirayama, un tipo de mediana edad que ejerce de limpiador de aseos públicos en Tokio y lleva una vida con rutinas bien pautadas. Cuenta con los actores nipones Koji Yakusho, Yumi Aso, Tokio Emoto y Sayuri Ishikawa.
El tercer día, fue el turno para Goya, el ojo que escucha, documental donde el legendario libretista Jean-Claude Carrière, colaborador de Luis Buñuel durante cerca de veinte años, y experto en escribir películas sobre grandes creadores, reflexiona sobre Francisco de Goya. Presentó el largometraje Cristina Otero Roth, guionista del film, quien destacó la importancia de los referentes y las influencias. «Los artistas entregan una carta a las generaciones que les siguen y la nuestra quería ser una carta para los siguientes. El propio Goya decía que tenía grandes influencias, sobre todo de Velázquez, Rembrandt y la propia naturaleza. Los creadores no parten de cero, sino que siguen a partir de lo que han hecho sus precursores. Así que nuestro documental quiere ser una aportación para los próximos artistas», expresó.
En la segunda sesión, el experto en seguridad informática Damián Ruiz Soriano habló sobre Missing, de Nicholas D. Johnson y Will Merrick. El invitado impresionó a los asistentes con sus palabras sobre el cibercrimen. Según dijo, este negocio «mueve más que el tráfico de drogas y el tráfico ilegal de armas». «Se trata de un problema nacional. Trabajo para un banco, que cada día recibe numerosos ataques informáticos», advirtió.
El jueves acudieron a Educacine Ana Belén Arcones y Carlos Martínez, fundadores de IMF, para guiar el debate sobre Living, película protagonizada por Bill Nighy con guión de Kazuo Ishiguro. «Hemos dedicado muchos años a defender nuestro proyecto profesional, IMF. Hemos empleado en él muchísimas horas, pero aún así tenemos muy claro cuáles son las cosas importantes en la vida», señaló Martínez. Siguiendo por esta línea, Arcones recordó la importancia de construir un equipo en el que reine la empatía. «Siempre nos hemos rodeado de colaboradores que puedan ser mejores que nosotros, pues de esta manera cubrimos aquello a lo que no podemos llegar y aprendemos mucho de ellos».
A continuación llegaron los flamantes nominados a los Premios Goya, Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez, directores de Upon Entry (La llegada), la película española sorpresa del año. Tras el visionado de la misma, contaron a los estudiantes cómo el film nació de su «experiencia personal en diferentes aeropuertos. «Somos venezolanos, así que muchas veces nos ponen pegas. Si eres ciudadano español, puedes justificar fácilmente que vuelas a París, por ejemplo, pero si vienes de nuestro país te pueden hacer muchas preguntas», analizó Rojas. «A veces, comenzar de nuevo en otro país trae consigo demasiadas dificultades e injusticias», añadió Vásquez.
El último día, Guillermo Rocafort, escritor de libros de temática histórica, jurídica y económica, presentó Padre y soldado, sobre la participación de africanos de las colonias francesas en la Primera Guerra Mundial, y que describe una emotiva relación padre-hijo. «Las guerras son el gran fracaso de la sociedad. Lo último a lo que se debe llegar, pues causa mucho dolor», valoró Rocafort.
Durante el debate, los estudiantes, entregados, le preguntaron por el estallido de la Gran Guerra, tema complejo que el autor supo resumirles de manera brillante. «Se debió sobre todo a causas diplomáticas. Tras el asesinato del archiduque Fernando de Austria, no había voluntad de que se generase una escalada bélica, pero la situación se les fue de las manos», afirmó.
El broche de oro a la jornada y el festival lo puso la proyección de Repostero y chef . Sobre todo las palabras del crítico de Decine21, Pablo de Santiago , en el debate posterior. De Santiago llamó la atención en torno a la inspiración que provoca la película, en la que se anima al espectador a trabajar por sus sueños. «No se puede estar en la vida sin pensar qué se quiere hacer. Vosotros precisamente estáis en la edad en la que hay que alimentar las aspiraciones. Sin trabajo no se llega a nada. Lo resumía muy bien Picasso, que dijo que la inspiración te tenía que pillar trabajando», zanjó.