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El próximo 2 de marzo es el Día del Bienestar Mental para Adolescentes

La familia es clave en la salud mental de los adolescentes, por lo que los psicólogos de ‘Clínicas Origen’ dan cinco consejos para establecer un entorno familiar sólido en el desarrollo afectivo.
RedacciónMartes, 27 de febrero de 2024
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La adolescencia es un periodo vital de extraordinaria importancia. Entre los 10 y 19 años, y, sobre todo a partir de los 12 y hasta los 14, comienza la búsqueda de la identidad personal y en ese camino se siembran las semillas de la propia imagen y la autoestima.

Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen, explica que la adolescencia es una etapa de cambios físicos y afectivos, a los que pueden sumarse, alterando el equilibro emocional, modificaciones en los hábitos diarios.

Algunos de los factores de estrés en esta etapa tienen que ver con cambios de residencia o de centro de estudios, –lo que conlleva distanciamiento del grupo de amigos habitual– y con el inicio o ruptura de relaciones sentimentales.

Además, en la actualidad, ese entorno que muchas veces el adolescente percibe como hostil o en el que le cuesta integrarse se ha visto invadido por la presencia de lo digital.  Según la Organización de Consumidores y Usuarios, los chicos y chicas de estas edades pasan un promedio de cuatro horas al día en Internet. Las redes sociales son el escenario desde el que contemplan otra realidad. Esto puede dar lugar a insatisfacciones y complejos o simplemente a imitaciones de conductas inadecuadas.

En este contexto en el que se está también experimentando una transformación física relacionada con la sexualidad, la presencia y guía de los padres puede suponer un salvavidas para los más jóvenes. Pero ¿cómo conducirse ante comportamientos inesperados, malos modos, contestaciones y demás de actos de rebeldía?

Dinámicas en la familia

La psicóloga, destaca la importancia de haber creado en la familia un entorno de respeto y confianza, de manera que “cuando se quieren poner líneas rojas, el adolescente entiende que, si lo son, y se puede negociar con el mismo”.

Este entorno tiene unos pilares afectivos, desde la clínica destacan cinco:

  • Dialogar con los hijos, dejándoles hablar, practicando la escucha activa.
  • Invitarles a que expresen sus opiniones.
  • Potenciar diversas actividades de ocio, con la familia, individuales o con amigos, para que puedan nutrirse de sus beneficios y para que tengan diversos grupos de amistades.
  • Respetar su espacio y su tiempo individuales.
  • Negociar el tiempo y el lugar para el uso del teléfono y dispositivos móviles.

En definitiva, evitar la línea unidireccional de diálogo, escucharlos y tener en cuenta sus opiniones, pero mantenerse firmes en cuestiones innegociables. En este último punto el objetivo es arrancar al adolescente un compromiso de cambio, tratando de evitar las imposiciones.

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