Orientación: la llave para desmontar los mitos sobre la Formación Profesional
“Si escoges una FP es porque no vales para estudiar”, “la FP está peor valorada por las empresas”, “los titulados en FP tienen peores trabajos y ganan menos dinero”. Estos son algunos de los mantras que con demasiada frecuencia se aplican a los estudios de Formación Profesional.
En el IES Trinidad Arroyo de Palencia, donde se imparten ciclos de Formación Profesional básica, de grado medio, superior y FP Dual, están hartos de oírlos. “Hay mucho desconocimiento sobre lo que es la FP” , sostiene Ana María Rodríguez, profesora de Organización y Proyectos de Fabricación Mecánica. “Se sigue pensando que los estudiantes que no valen tienen que ir a FP. Sigue existiendo ese estigma. La gente sigue pensando que venir a FP es degradarse”, sostiene.
La realidad es muy distinta. Por sus clases pasan titulados universitarios que no encuentran empleo y deciden hacer un ciclo superior para acercarse al mercado laboral. Y otros que deciden hacer Formación Profesional como puente hacia la Universidad. “Lo uno no cierra lo otro”, opina esta profesora.
Entre sus alumnas, Aroa Merino, que cursa primero del Grado Superior de Fabricación Mecánica, pone rostro a la encrucijada en la que se encuentran muchos alumnos cuando terminan la ESO: “Cuando salí de la ESO no tenía claro que hacer, era muy buena en Maths pero muy mala en inglés y no quería hacer Bachillerato”, reconoce esta joven de 20 años. Fue su hermano quien le recomendó estudiar Mecanizado porque había estado trabajando en una empresa con fresadoras y había visto que esta rama tenía muchas salidas profesionales y hoy ella reconoce que su elección fue un acierto que sin duda la conducirá directamente a un empleo.
“Esto va a ser el futuro”, afirma Mónica Dios, alumna de Grado Medio de Mecanizado mientras comparte la opinión de que en Secundaria hay mucha desinformación sobre la FP y se mantienen algunos prejuicios sobre los roles que deben desempeñar hombres y mujeres. “A las chicas nos siguen hablando de peluquería y estética ya los chicos de mecánica y automoción. Ahí todavía no hemos evolucionado mucho”, sostiene.
A esto se une un desajuste importante entre la oferta educativa y la demanda de las empresas. Así lo confirman las cifras de abandono escolar, de jóvenes ‘nini’, la sobrecualificación profesional y el desempleo juvenil. “Cuatro indicadores que nos decían que las empresas teníamos que dar un paso adelante y hacer algo”, explica Alberto Guerra, director de la Fundación Empresa Familiar de Castilla y León, una entidad creada por la asociación de empresas familiares con el objetivo de mejorar la empleabilidad de los jóvenes de la Comunidad.
Esto pasa por el impulso de la Formación Profesional, especialmente en su modalidad Dual, y por la adaptación de los contenidos de los planes de estudios a las demandas del tejido productivo de cada territorio. Pero sobre todo, «tenemos que conseguir que los estudiantes y las familias entiendan que se puede ser un profesional de éxito estudiando Formación Profesional” , explica Alberto Guerra.
Primero había que hablar con la Comunidad Educativa. “Nos dimos cuenta de que había un déficit de orientación, que los jóvenes dudan mucho lo que quieren hacer con su vida, y que en general desconocen el tejido productivo y económico del entorno donde viven”, explica Guerra.
Tuvieron claro entonces que la clave y la llave que había que girar para revertir la situación eran los orientadores. “Teníamos que saber cómo trabajaban los orientadores y cuál era su situación, para saber cómo apoyarles y ayudar a que los estudiantes tomen la mejor decisión y se decanten por itinerarios de éxito de cara a su futuro”, explica el director de la Fundación Empresa Familiar .
La primera carencia que apreciaron fue que el ratio de orientadores por alumno era menor que en otros países europeos, y que además tenían que dedicar sus esfuerzos a los alumnos con necesidades especiales. También, que el conocimiento del tejido productivo y económico alrededor de su centro educativo era mejorable. “Decidimos entonces crear todo el contenido y las herramientas necesarias para facilitar su trabajo”, explica Alberto Guerra. Y hacerlo de la mano de toda la Comunidad Educativa, los centros, los profesores, las familias y los alumnos y de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León.
Es en este contexto donde echa a andar Hola Futuro , un proyecto de orientación pensado desde la Fundación Empresa Familiar para que los jóvenes tengan más opciones formativas y laborales, para que las empresas sean más competitivas, para que desaparezcan los desajustes entre oferta educativa y la demanda de empleo, y para posicionar Castilla y León como la comunidad donde el talento se queda.
Sobre esta idea han desarrollado este proyecto pionero que ha sido distinguido por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes como Proyecto de Interés Singular para la FP porque incluye contenidos muy diversos y herramientas que combinan las nuevas tecnologías, la realidad aumentada y propuestas multiplataforma dirigidas. . a estudiantes, familias, profesores y orientadores.
Precisamente una de las cosas más novedosas de este proyecto es la incorporación de las Nuevas Tecnologías en la Orientación, como asegura el director de la Fundación. También que incluye diferentes iniciativas para llegar a los jóvenes de diferentes ciclos formativos de la FP, la FP Dual y la FP STEM, una guía de aulas de emprendimiento, herramientas novedosas, una videoteca con casos de éxito para inspirar y motivar a los jóvenes. ya las familias y otros muchos contenidos.
Pero sobre todo, porque tiene en cuenta el sector productivo de Castilla y León y las necesidades de empleo a corto y medio plazo, sobre la base de que las profesiones que más inserción laboral tienen son las relacionadas con el sector industrial y agroalimentario y, de forma transversal, los estudios relacionados con las nuevas tecnologías, la informática, la robótica, la mecatrónica, el mantenimiento industrial.
Para hablar el mismo lenguaje que hablan los jóvenes y llegar a ellos se ha creado una Guía de Orientación , un recurso digital novedoso en España en el que se integran varias herramientas en el ámbito de la orientación vocacional y profesional. Estas herramientas sirven de apoyo a orientadores, familias y estudiantes, a quienes se brinda ayuda para tomar decisiones sobre el futuro académico y profesional para evitar el abandono escolar temprano.
El recurso incluye un ‘Scape Room’ para conocer, a través del juego, las familias profesionales de la FP; una app bautizada Atrapa la FP que usa la realidad aumentada “para atrapar ciclos de FP en Castilla y León y conocer toda la oferta formativa”. Y una propuesta multiplataforma denominada Metaverso , que permite a estudiantes y familias sumergirse con gafas de realidad virtual y vídeos demostrativos en el mundo empresarial de Castilla y León, en los centros educativos, hacer un recorrido virtual por los itinerarios formativos, ver en qué sectores está el empleo en cada provincia ya qué empresas de Castilla y León les pueden llevar cada ciclo formativo.
La última herramienta incorporada, NeoIkigai y NeoIkigai pro, ha sido diseñada por pedagogos, psicólogos, psicopedagogos y docentes, y está dirigida a los orientadores formativos. “Queremos que cuando el alumno tome una decisión, elija un itinerario formativo de éxito y tenga en cuenta cuatro elementos basados en la metodología japonesa Ikigai”, explica.
Una metodología muy sencilla que han trasladado a su plataforma de orientación y que se basa en que el alumno sepa lo que le gusta, en lo que es bueno, lo que el mundo necesita y por lo que le puede pagar. “Si somos capaces de cuadrar esos cuatro elementos podemos decir que va a encontrar su propósito de vida, lo que le va a motivar a lo largo de vida”, continúa Guerra.
Para saberlo el orientador utiliza cuestionarios con preguntas relativas a sus estudios, causas sociales que le pueden movilizar, sus intereses y aficiones, las inquietudes de futuro. También se les pregunta por sus competencias, el autodesarrollo, el trabajo colaborativo, la inteligencia emocional, las habilidades comunicativas.
“El objetivo es llegar a un diagnóstico de las competencias del alumno y saber cuál es el itinerario formativo que más se ajusta a ese alumno siguiendo el modelo Ikigai, que en definitiva va a responder a lo que el mundo necesita y por lo que le van a pagar y que va a estar relacionado con las profesiones del futuro”, resume Alberto Guerra.
A pesar de que la puesta en marcha de esta plataforma es muy reciente, la Fundación ya trabaja con 425 orientadores de Castilla y León que dan soporte a 3.000 alumnos y ha editado más de 5.600 informes. “Estamos muy satisfechos, porque la práctica totalidad de los orientadores están utilizando esta plataforma que solo lleva funcionando tres meses y que está constantemente actualizándose con las aportaciones y sugerencias que nos plantean los orientadores. Para nosotros es todo un éxito”, sostiene Alberto Guerra.
Con todo este esfuerzo la Fundación Empresa Familiar ha sentado las bases para corregir ese desajuste entre la oferta formativa y la demanda laboral, un trabajo que llevará tiempo, pero que ya ha dado los primeros pasos. “Hemos conseguido acercar el mundo empresarial a los centros educativos ya la inversa, para visibilizar la demanda de los puestos de trabajo”, explica.
Además, con este proyecto la Fundación Empresa Familiar se ha convertido en un referente para la Comunidad Educativa en el ámbito de la Formación Profesional. “Tenemos una base sólida sobre la que co-creamos contenidos con la Comunidad Educativa, les prestamos apoyo y asesoramiento para cumplir propósito nuestro como Fundación”, concluye Guerra.
Todo sobre la base de que hay que ayudar a la Orientación porque es la mejor herramienta para romper la visión negativa de la FP y desmontar el mito de que los estudiantes de FP no sirven para estudiar.
Algo que poco a poco se va consiguiendo, como demuestra el constante incremento de alumnado de FP en una Comunidad que ofrece 44 grados, 19 de ellos en el medio rural, y 47 cursos de especialización.
“Aun queda trabajo por hacer, pero las barreras se están rompiendo poco a poco. Además, el nivel de inserción laboral que tienen los jóvenes egresados de FP (85%) y de FP Dual (100%), así lo demuestra”, concluye el director de Fundación Empresa Familiar de Castilla y León.